Índice de contenidos

Número 305-306

Serie XXXI

Volver
  • Índice

Luis María Sandoval Pinillos: Cuando se rasga el telón

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Sandoval Pinillos, Luis M.ª: CUANDO SE RASGA
EL TELON (*)
No hay duda de que la catástrofe político-económica adonde,
en definitiva, acabó desembocando el comunismo implantado,
por
primera vez, en Rusia en 1917, y la ulterior desintegración de la
Unión Soviética, son los acontecimientos más trascendentes de
esta segunda mitad del siglo xx.
No ha de causar, pues, extrañeza que ellos sean fuente de
una ya abundante literatura nacida
en torno a la descripción d
glosa de tales importantes acontecimientos. Literatura que, como
suele suceder en casos similares, resulta bastante heterogénea en
la valoración que merece cada una
de las . obras que la vienen a
componer. Y, así, dentro de la misma cabe distinguir aquellos
estudios serios y
asentados en un auténtico esfuerzo intelectual,
basados en datos históricos, políticos, econ6micos, sociales, etc.,
contrastados, de aquellos otros que se conciben desde la superfi­
cialidad y el
oportunismo y sin procurar otro efecto que el mero
sensacionalismo
por quienes hasta ahora nunca habían revelado
la
mínima preocupación por el fenómeno marxista-leninista y
que, tras una breve estancia en la Unión Soviética, albergan la
pretensión
de presentarse ante el público como «expertos» acerca
de esta temática. La primera advertencia que deseo hacer es que
la obra
de Sandoval se ha .de incluir necesariamente en el prime­
ro de los grupos de
la anterior distinción. Estamos en presencia
de uno de los estudios realmente dignos que han visto la luz en
lengua castellana a
. propósito de aquellos sucesos., que presupo­
nen en el autor
un seguimiento antecedente del fenómeno comu­
nista
y que no responde desde luego a la improvisación típica
del sensacionalismo
oportunista ·
El libro de Sandoval contiene una primera parte histórica en
la que, a su vez, es posible diferenciar
también una parcela donde
se describe
lo que el autor llama la «historia bélica del comunis­
mo» y otra posterior que contiene la narración del proceso que
(*) Editorial Speiro, Madrid, 1992.
Verbo, núm. 305-306 (1992), 715-750 715
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
condujo a la caída del mismo y desintegración de la Unión So­
viética.
En la que llama Sandoval «historia bélica del comunismo» se
narra el itinerarid agresivo del mismo, desde que con la Revolu­
ci6n de Octubre una exigua minoría partidista armada, a través
de
un golpe de fuerza, se alza, no contra el Imperio zarista, sino
contra un gobierno revolucionario. presidido por Kerensky y
com­
puesto por socialistas, que precisamente tenía convóc:ada una
asamblea constituyente para
.pocos días después de las fechas del
golpe comunista. Y
es entonces cuando se abre un nuevo período
históricd y nace lo que se conoce como «Segundo Mundo» para
distinguirlo del Primero, integrado por las· naciones
democráticas
desarrolladas y del Tercero, que lo forman los países subdesarro­
llados.
Es en ciertó modo 'la consolidación, a trávés de la acción mi­
litar de Lenin -quien no tuvo el · menor escrúpulo en desear la
derrota de su patria, para convertir la guerra imperialista en
guerra civil-'-, del comunismo y la expansión externa posterior
del mismo
lo que se describe por medio de una síntesis verdade­
ramente notable
en. esta primera parte del relatd histórico. Síntesis
que, no por su carácter de tal, deja de ser, sin embargo, exhaus­
tiva.
El examen de tal relato permite verifi<;ar cómo desde su inicio
el sistema impuesto por
Lenin constituyó una fuente de conflic­
tos y de violencias que
se han desarrollado a lo largo de los añós
ulteriores a 1917, sucesiva o simultáneamente, en los cinco cdnti­
nentes.
Lo que comi=a por lo que Sandoval llama «las guerras de
Lenin»
-las campañas contra los blancos, contra los aliados, contra
Pofonia, Finlandia, Ucrania, Gedrgia, etc.-, sigue con los intentos
insurreccionales en Alemania tras
la derrota de 1919, el régimen
de Bela Kun en Hungría, la intervención en
la guerra de España,
para concluir con
las guerras de Indochina, las motivadas por la
descolonización portuguesa, en
las que, ante la indiferencia gene­
ral, se entregaron vastos territorios del . mundo al comunismo sin
cumplir el trámite
·de consultar a las. poblaciones afectadas, las
guerras del Cuerno de Africa y de Afganistán ...
Como digo, el .examen de esta. tray!!(:toria agresiva del comu­
nismo, una vez consolidada y formada la Unión Soviética, no pue­
de resultar
más completo y exacto. y· es sumamente ilustrativo,
al demostrar cómd ha sido un polo del que ha itradiado casi sin
cesar la subversión· y la violencia, trastocando, por acción o
reacción, todas las latitudes del globo térfáqued. La extensión del
716
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
comunismo -según concluye, con acierto, Sandoval-se ha pro­
ducido por medio de incesantes guerras y violencias y causando
decenas de millones de muertes de seres humanos. Tal ha sido
la cosecha recogida por el sistema que aquella
minoría partidista
armada implantó por la violencia, también ejercida
frente a los
que pocos ,meses antes habían derrocado al zar y que profesaban
asimismo una ideología socialista.
La segunda parcela de la parte histórica
· del libro comentado
describe el proceso seguido desde que accede Gorbachov al
po­
der ; quien -según registra Sandoval-en principio fue el motor
y protagonista indiscutible de los
cambios; después, por el con­
trario, intentó mantenerse al frente de ellos y refrenarlqs sin
éxito, porque no los compartía.
Patece que el propósito inicial de aquél fue mejorar la crítica
situación interna de
la Unión Soviética, sobre todo su ineficaz
economia
y

a
tal fin evitar la actitud externa de beligetan\ia frente
a Occidente y tratat de obtener la cooperación financiera de éste.
. Sandoval llama la atención sobte la circunstancia .de que· hay
que
distinguir dos facetas difetentes· de la política de GorbachQv
de los primeros años: la acción internacional y la interna. En la
política
intetnacional creó rápidamente un clima de distensión
creciente, que sería recibido con entusiasmo por Occidente.
Sin
embargo, en política interior, las reformas.legales tanto políticas
como sociales
y económicas fueron escasas y lentas, pero la libe­
ralización del régimen fue real y resultó decisiva, a la postre, por
lo que
se refiere a la apatición de la franqueza desde· el poder y
la
glasnost (transpatencia) .informativa. En cambio, la cuestión na­
cional no fue abordada en absoluto y terminaría por explotar.
Después
de. darnos un relato .fidedigno y ·bastante completo
de la evolución de la Unión Soviética y del comunismo durante
el mandato de Gorbachov y del dertumbre_ del Segundo Mundo,
trata de revelarnos las causas de este proceso. Y, así, lo primero
que registra
es que el comunismo no ha visto truncada . su expan­
sión externamente: «No ha perecido
víctima de i;,na derrota mi­
litat absoluta, como ocurrió con el ~eich nazi». De ahí que San­
doval llegue a la conclusión de· que el detrumbe del poder comu­
nista
ha obedecido a causas internas.
Aun siendo cierto lo. anterior, creo que, no obstante, ~o se
destaca suficientemente el influjo -si no se. quiere· clecisivo, sí
muy importante-- que tuvo la política, del presidente Reagan,
de
la llamada «guerra de las galaxias», que, a no dudatlo, colocó
a· Gorbachov ante un dilema hartQ delicado, pues, aunqµe la
Unión Soviética, según parece, disponía de tecnología para seguir-
7,17· ' '
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGR.AFJCA.
lo, de emprender esa vía, carecía de capacidad económica para
desarrollar un esfuerzo que condenaba a la población a una
pe­
nuria, que ya resultaba casi imposible -dadas las causas internas
que señala muy · bien Sandoval y a las que luego aludiremos-­
exigir, pese a que en tiempos pretéritos, sí se hubiese requerido,
lo que indica
el. cambio que efecrívamente se había operado en
el interior de la Unión Soviética.
Y este cambio lo caracteriza
muy bien aquél, cuando precisa
con exactitud una
serie de . alteraciones que presentaba la socie­
dad soviética y que operaron como causas del proceso.
La falta de fe en la ideología marxista-leninista de la nomen­
klatura de los partidos comunistas instalados en el poder y· el
descontento de la población fueron los factores desencadenantes
o
__.i se quiere--coadyuvadores del proceso. Comd expone San­
doval: «Sólo se explica esa dejación colectiva del poder, sin ma­
yor resistencia, por una conciencia íntima del fracaso y de la
mentira», que precisamente se da en los dirigentes mejor infor­
mados
-los procedentes del KGB-· quienes -dada la peculiar
situación
de la Unión Soviética sin sociedad civil propiamente di­
cha-son los que toman la iniciativa desde el vértice, que era
desde el único lugar del que podía partir
y · la toman porque co­
nocen el verdadero estado de cosas y son conscientes del enorme
descontento del pueblo
al respecto. Pero -<:orno observa Sando­
val-lo más probable es que· los comunistas no pensaron en re­
nunciar al poder, sino que se propusieron conservarlo sobre bases
remozadas y humanizadas.
A las anteriores, se unieron· también causas externas,· como la
política de Reagan -a la que, según indiqué antes, no creo que
se le reconoce el importante
papel que tuvo-, el desgaste de la
guerra de Afganistán y la ocupación de la Santa Sede por el car­
denal polaco Karol Wojtyla, quien, con su visita a Polonia en
1979, la solemne consagración del Mundo al Sagrado Corazón de
María y sus enseñanzas sobre e1 comunismo, que identificaban
su materialismo dialéctico e histórico con el pecado contra
el Es­
píritu Santd, desempeñaría un papel muy trascendente en el de­
rrumbe del comunismo.
La valoración que Sandoval efectúa de la figura política de
Gorbachov
es -,,n mi · opinión-' bastante certera, y ajustada a
la realidad. Tiene, sin duda, dos méritos: de un lado haber puesto
en marcha
el proceso de liberalización de. la órbita soviética, tra­
yendd, primero, una auténtica distensión, permitiendo luego la
independencia de los satélites, con especial mención de la reunifi­
caci6n alemana,
y, de otro, haber abierto el camino para el des-
718
Fundaci\363n Speiro

JNFORMACJON BJBLIOGRAFICA
mantelamiento del comunismo en su misma metrópoli soviética.
También tiene en
su haber la honradez de su compromiso libera­
lizador.
Pero
ahí acaba su haber. Gorbachov no albergó un designio
inicial o reservado
de conceder a Rusia la libertad absoluta, que
luego fuese conducido con
extrema cautela. En el mejor de los
casos se le atribuirá haber abierto un resquicio a la libertad, pero
a partir
de ahí fue llevado a remolque de los acontecimientos,
adoptando
sus convicciones de modo oportunista, para procurar
mantenerse al frente de los mismos y del deseo de ruptura con
el comunismo, pero sin satisfacer éste plenamente.
«Gorbachov no es el innovador del siglo -concluye Sando­
val-( ... ). Es de justicia decir que la verdadera obra original del
siglo y
la que· Id ha signado por completo fue la Revolución de
Octubre, obra de Lenin. Lo que ha hecho Gorbachov ( o más bien
posibilitado)
ha sido enterrar esa perturbación del sigld y retor­
nar, salvadas las distancias, al marco mundial prerrevolucionario,
pero no innovar».
Según puede verificarse, la antedicha valoración es de lo más
acertada y encuadra las figuras históricas de Lenin y Gorbachov
en auténticas dimensiones, rechazandd
la admiración, a primera
vista bobalicona, que no pocos han manifestado respecto
al se­
gundo, pero, al mismo tiempo, si no justificada, sí muy explicable
ante el hombre que en definitiva, con su acción, dio lugar al tér­
mino de la pesadilla mundial que representó el comunismo.
Finalmente, aparece sumamente oportuno el recordatorio al
respecto de que, en verdad, Gorbachov
no ha hecho sino seguir,
en no
poca medida, los jalones que ya había marcado Soljenitsin
para sacar a Rusia del atolladero en que estaba sumida por causa
del comunismo, destacando cómo precisamente el premio Nobel
era el que había resaltado el papel esencial de
la mentira en el
sistema comunista y que «basta que la gente se aleje de la men­
tira para que éste deje de existir».
Y nadie puede dejar de suscribir el juicio de Sandoval al
ma­
nifestar que, en este siglo, entre los rusos, «la personalidad pre­
clara, admirable y ejemplar por su entera trayectoria vital, por
su elevación moral y por su lucidez mental es y será Soljenitsin»,
cuya persona le hace a uno congratularse de pertenecer a la raza
humana, siendo éste quizá
· el momento adecuado· para soltar la
carcajada
al evocar los comentarios que mereció de algunos «in­
telectuales» españoles a propósito de su visita a España hace
ya
bastantes años, pues, al fin, la realidad acaba situando a cada
uno en el sitio que le corresponde. Pero los hay que ni después
719
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBL.JOGRAFICA.
de incurrir en el más grande de los ridículos aprenden, porque
la venda intelectual, que voluntariamente se han colocado, les
impide reconocer los propios yerros cuando son ya notorios para
todo el mundo.
De lo expuesto se desprende el interés que despierta la lec­
tura de esta obra de Sandoval. Pero es -a mi juicio-la teroera
parte de la misma la más lúcida.
Bajo el subtítulo de
El sentido de la tragedia comienza por
hacer el balance histórico del comunismo, dando
la razón a los
anticomunistas,
ya que aquél ha sido el mayor promotor de gue­
rras y violencias del siglo ; ha sido el sostén de la Internacional
del terror y ha creado regímenes, cuya naturaleza eminentemente
policial resulta
ya incontrovertida, convirtiendo, además, a las
llamadas democracias populares en auténticos satélites de la po­
lítica soviética, todo ello para registrar el descomunal fracaso de
la economía comunista, siendo para más inri, éste, el .ámbito de
la vida --observa Sandoval-al que se supeditaba todo y que
ideológicamente lo justificaba todo; y la consecuencia de tal
fra­
caso fue que el nivel y la calidad de vida de los · súbditos sovié­
ticos eran bajísimos: desabastecimiento, colas, · déficit de vivien­
das, subempleo y atención sanitaria primitiva han sido los logros
visibles de
la ecdnonúa comunista. De ahí que el muodo .comu­
nista fuera sórdido, gris y contaminado, ya que, respecto de esa úl­
tima nota, el socialismo real ha superado al capitalismo en expolio
de
la naturaleza y. desprecio de la salubridad del ambiente. Por
tanto, los anticomunistas
tenían razón al denuociar la tiranía más
opresiva, sanguinaria y extendida de la historia y al· considerar
al bloque comunista, si no el «imperio del
mal», por lo menos
«el país de la gran
mentira». ·
La se11tencia que se deriva de dicho balance y que Sandoval
dicta conforme a
la objetividad histórica más irreprochable no
exenta de valor, es que el comuoismo ha sido el protagonista
fundamental del siglo
xx y ha constituido la mayor tiranía de la
historia, incluso mayor que
la· nazi, primero por su duración más
larga y luegd porque la extensión de su régimen en el orbe 'ha
sido incomparablemente mayor y además · porque las guerras y
agresiones que ha promovido y
las víctimas que causó sobrepasan
a
las del nazismo, auoque a éste se atribuya en exclusiva la res­
ponsabilidad de la lI Guerra Mundial,· siendo la. opresión civil
comunista bastante
.más intensa y omnicomprensiva que l~ del
III Reich, que sólo ·en el campo· del racismo supo rebasar a su
rival marxista-leninista. .·
Ante ese juicio, naée espontap.eo el interrogante que Sandoval
120
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BJBLIOGRAFICA
formula de modo expreso: «¿C6mo se ha podido alcan:t.ar la cul­
minación de la tiranía?».
Y de nuevo acude a la respuesta soljenitsiana. Lo que distin­
gue
al tirano antiguo del tiráno moderno, totalitario, es que éste
tiene una ideología y está al setvicio de ella
... «son esclavos de
la ideología.
La ideología los dirige», explicaba el premio Nobel.
Por eso, no
se debe creer-que lo pernicioso del comunismo radi­
caba en la violencia, pues -como también expuso Soljenitsin­
el · comunismo ha consistido en la simbiosis entre la violencia · y
la mentira.
La violencia no puede encubrirse con nada salvo con
la mentira y la mentira tiene como
. único sostén la violencia.
Cuando, una
sola vez, se proclama; como método, la violencia,
inexorablemente deberá elegirse, como principio, la mentira.
La
mentira de la ideología comunista es la responsable de esa violen­
cia y de la opresi6n cotidiana en todos los terrenos
y, no se ol­
vide, del apartamiento de las almas de Dios, intentando matar
en ellas todo vestigio de vida
sobrenatural_ Debe recordarse que
Cristo no llam6 al Demonio «padre
·de la violencia», sino «padre
de la mentira».
De
ahí que los males del comunismo fueran previsibles por un
recto análisis del mismo, que es lo que hizo la Iglesia Católica
desde
su aparici6n, incluso antes de su toma · del poder en ·alguna
parte, evocando al respecto las cortdenas· formuladas desde Pío JX
a Juan Pablo II.
· Y lo realmente grave es que, después de instaurar semejante
tiranía, el comunismo resultara derrotado de modo inequívoco
eo el campo
económico, que fue el que.

centró
la atenci6n de sus
teóricos y en donde ni siquiera lcigró el objetivo mínimo de eli­
minar la miseria. El comunismo es, pues, un experimento, defini­
tivamente fallido, que, después de
propugrtar la violencia para
alcanzar sus fines revolucionarios, ha caído derrotado sin necesi­
dad de violencia.
Tal derrota, no obstante, no puede hacemos olvidar que el
comunismo todavía susbsiste,
como realidad política operante, en
parte del mundo, aunque
su dinámica actual parezca· tegtesiva
en todas partes,
excepto en China cuya vida es autónoma, ni que
tal derrota deja como legado principal ruinas: ruinas físicas y
económicas,
pero sobre todo ruinas morales y sociales, que se ex­
presan en la masificación, relativismo, materialismo gtosero y
oportunismo personal.
Además y
como consecuencia de la transición pacífica al post­
comunismo, · 1os comunistas se mantienen como un grupo de pre­
sión importante,
. bien . trabado y· descontento, implantado en la
721
Fundaci\363n Speiro

INFO}{MACION_ BIBLIOG~AFICA
a~stración y principal beneficiario de las privatizaciones de
las propiedades socialistas, que no descarta
su vuelta al poder en
la hipótesis de un i#Jujo
ad descontento ante las dificultades
que ineludiblemente
_habrán de afrontar las naciones excomunistas.
Tampoco cabe perder de vista
--denuncia acertademente San­
ddval-que los comunistas permanecen entre nosotros. Lo están
los
comunistas_

del Primer Mundo, que mantenían relaciones
fra­
ternas con los tiranos del Segundo, y que, al parecer, nada vieron,
nada contaron,
ni nada indagaron dentro de la mayor tiranía que
ha existido, y que visitaban con frecuencia, y que ahora van a
engrosar las
filas de la socialdemocracia, cuya Internacional -corre
el riesgd de
radicalizar sus posturas con tales ingresos de estos
militantes. Por otra parte,
se asiste al fenómeno de que. aquella intelec­
tualidad, dominada hasta hace bien poco por el marxismo, parece
haberse esfumado como por ensalmo y de que entre quienes
de­
fendieron y disculparon a los comunistas no se haya visto _ todavía
una pública confesión de error
generalizada, ni un mea culpa
colectivo. Descartada una conversión automática y en masa
de
los mismos; hemos de concluir que siguen en sus puestos o tribu­
nas, pues los
clrculds intelectuales no les han sometido a ninguna
cuarentena, y hay que recordar al
respecto la preponderancia que
la parcialidad filocomunista adquirió en la prensa.
Actualmente los llamados
«movimientos alternativos» que,
aunque no
se identifiquen con .el comunismo, siempre fueron apo­
yados por éste, adquieren una importancia creciente y son hoy los
herederos de la subversión comunista. Tales movimientos son los
pacifistas, ecologistas y feministas.
La influencia comunista en Occidente
-concluye Sandoval-,
es amplia y está intacta. Por su -naturaleza utópica, sólo hay co­
munistas convencidos allí donde,nd gobierna.n. Y cortemos el ries,
go de que suceda igual que con las ideas de la Revolución fran­
cesa, que, tras el hundimiento en Waterloo del poderío militar
de la misma,_ restaurándose el antigud -orden, .en definitiva, una
vez descartadas las notas violentas del Terror, el siglo xx fue -el
siglo del liberalismo y de las ideas que motivó aquélla.
Por eso, Sandoval
no duda en brindar.las vías que se deben
usar para que la derrota comunista sea irreversible, entre las que
destaca el
frente doctrinal: «Hay que combatir la ideología que
informó
el socialismo real hasta que quede desacreditada por com­
pleto y pierda toda su vigencia social» y, desde luego, abrir las
puertas a Cristo, siendo .necesaria una nueva
evangelización, cuyo
fruto ha de ser una nueva -civilización impregnada de doctrina
122
Fundaci\363n Speiro

INl!ORMA.CI.ON BlBLIOGRAFICA
cristiana, en la cual los hombres, no s61o han de encontrar más
fácil la peregrinaci6n hacia la otra vida, sino que la misma orga­
nizaci6n
terrena alcance una plenitud superior· a toda ·esperanza.
Finalmente, se exponen las lecciones que la historia del co­
munismo nos enseña: la primera, que el orden natural no puede
ser burlado
. impunemente; la segunda, la. trascendencia de los
errores
filos6ficos; y la tercera, que Dios es el Señor de la. historia
y
el único que conoce su final. De ahí que la historia es imprede­
cible, pero su curso no
es irremisible. Por ello --añado siguiendo
a Marcel
Clément-, hay que obrar .como indicaba Santa Juana
de Arco, nuestro deber. es combatir y es Dios el que concede o
no la victoria. Y
al respecto me permito recordar que, cuando
tal decía Oément, anunciaba ~hace veinte años cuando el comu­
nismo recorría su marcha ascedente y. cosechaba un triunfo detrás
de otro-, tras reiterar el señorío de Dios sobre la historia, que
las campanas
ya doblaban a muerto por el comunismo.
Poco me
cabe añadir a lo expuesto, en donde, a prop6sito
me he querido extender . algo más de lo normal, para que se apre­
cie la importancia de este último trabajo de Luis M.ª Sandoval,
por la claridad de su exposici6n, la valentía de sus planteamientos
y
lo certero de su crítica. No hay duda de que ha sabido pene­
trar y comunicar al lector la auténtica índole del comunismo, as!
como el significado de la trayectoria seguida por el mismo y el
trágico legado que,
al final, dej6 tras su derrota, sin echar en .el
olvido describir el peligto potencial que todavía supone y los me­
dios de evitarlo.
La obra de Sandoval es, sin duda, una de las más importan­
tes que sobre este tema
han aparecido en España. La que mejor
centra el problema eludiendo el optitnismo inconsciente y el
pe­
simismo estéril, para extraer con acierto las enseñanzas de la his­
toria que
nos sirvan a fin de sortear errores pretéritos ante situa­
ciones,
si nd iguales, sí análogas. Para ello, no bastaba la impro­
visaci6n,
sino que era necesaria una riqueza de conocimientos y
una lucidez intelectual iluminada por una s6lida doctrina, que
son las que vienen a sostener este estudio.
GONZALO MUÑIZ VEGA .
.723
Fundaci\363n Speiro