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Número 385-386

Serie XXXIX

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Rehabilitación del 11 de septiembre. Homenaje al pueblo catalán

REHABILITACIÓN DEL 11 DE SEPTIEMBRE
HOMENAJE AL PUEBLO CATALÁN
POR
JOSÉ MARIA CUSELL MALLOL (')
Al celebrar esta fecha, los catalanes, irónicamente, somos
tenidos
por algo masoquistas. Con ironía, nos preguntan: ¿Cómo
se os ocurre celebrar
un derrota?
Y, de ser correcta esta apreciación, no les faltaría algo de
razón a los críticos.
Pero es
que el contenido y la significación de la fecha, ha
sido vaciado, manipulado, envilecido, en estos últimos años.
La desinformación sobre el tema, llega a presentar el 11 de
septiembre como
una "diada" en la que se conmemora una lucha
de Cataluña contra España. Nada más lejos de
la verdad.
(•) Cuando escribo "pueblo", no me refiero a una aldea o villa de menor
categoría; ni a gente humilde; tampoco a un país, Estado o nación con gobierno
independiente. Me refiero a
un conjunto de personas de un mismo origen étnico,
con una religión, cultura e idioma comunes, que conviven en un mismo territo­
rio y tienen conciencia de un destino compartido.
Después de esta conveniente precisión, deseo recordar a grandes rasgos que,
después
de la Marca Hispánica, el Condado de Barcelona -no como Cataluña-,
tuvo proyección exterior; que en el siglo xm, uno de los condes Berenguer tomó
partido por los moros, y, su hennano, otro Berenguer, en contra. Los súbditos de
ambos feudales, todos catalanes, se enfrentaron entre sí a favor y en contra de la
morisma; pasó Cataluña a la Corona de Aragón, y se cumplieron ya cinco siglos que
pasó a la de España bajo los Reyes Católicos. Nunca jamás fue, ni es, una nación.
Por mucho
que se empeñen los nacional-separatistas.
Ha escrito J. Juaristi: "La nación no preexiste al nacionalismo" y "¿Cómo llega
un pueblo a ser eterno? Renunciando a ser una nación".
Así, mi homenaje va dirigido a mis antepasados que en sus luchas contra-revo­
lucionarias
se enfrentaron contra la Revolución Francesa, contra Napoleón y, en las
guerras carlistas, lucharon por recuperar las tradiciones patrias.-A.MD.G. (N. del A.).
Verbo, núm. 385-386 (2000), 459-466. 459
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/OSE MARÍA CUSELL MALLOL
No fue así.
La presencia en los actos de algún miembro de la Mesa de HB
-espero que después de la masacre consumada en Hipercor por
sus patrocinadores les retiren la invitación-y de algún inde­
pendentista gallego y andaluz, invitados
por el colectivo "Terra
Lliure", tiene
una sola lectura: su común vinculación a la Revolu­
ción marxista.
Contexto histórico
Hay que situar los hechos dentro de la cronología de la Guerra
de Sucesión española, que con sus antecedentes abarca desde
1698 hasta 1725, con los acuerdos entre Francia, Inglaterra y
Holanda para repartirse los dominios españoles y la ambición
de
Luis XIV -rey de Francia-de sentar a su nieto en el trono de
Espafia. Después que jurara Felipe V
en las Cortes de Barcelona
(1701) las Leyes y constituciones catalanas, sobrevino la declara­
ción
de guerra de Holanda e Inglaterra contra Francia y España, y
al afio siguiente, Portugal se unió a la alianza contra los Borbones,
interviniendo el archiduque Carlos de Austria, reivindicando sus
derechos a la corona
de España con el nombre de Carlos III. En
1704, ingleses y holandeses tomaron por sorpresa Gibraltar.
El 7 de noviembre de 1705, entra en Barcelona el Archiduque
Carlos, como Rey
de España. En abril-mayo del afio siguiente,
fracasa
un asalto francés a Barcelona y en el mes siguiente se
levanta
en la Ciudad Condal un monumento a la Inmaculada, en
acción de gracias por la victoria.
En diciembre
de 1707, el parlamento británico, declara que la
guerra contra España continuará hasta la exclusión
de Felipe V
del trono espafiol. En 1708, el ejército borbónico entra
en Tortosa
y
en diciembre del mismo afio los aliados conquistan Menorca,
donde se establece la soberanía británica sobre la isla.
En noviembre
de 1710, el Archiduque Carlos entra en Madrid
como Rey
de Espafia. En enero de 1711, los ejércitos franceses
ocupan Gerona y un año más tarde empiezan en Utrech las con­
versaciones
de paz, que finalizan en abril de 1713, firmándose el
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tratado por el que Inglaterra y Holanda reconocen a Felipe V
como
Rey de España y, a cambio, Luis XIV reconoce a la reina
Ana, y con ello la sucesión protestante
en Gran Bretaña.
El 22 de junio de 1713, se pacta entre los austríacos y el ejér­
cito borbónico
la evacuación de Cataluña y su entrega a Felipe V.
Días más tarde, el 9 de julio, la Diputación General de Cataluña
o Generalidad
-del estilo tradicional, no del talante actual­
acuerda proseguir la guerra y mantener la fidelidad a Carlos III
como Rey de España.
El 7 de julio de 1714 el Duque de Berwick (J acobo Fitzjames,
hijo natural del Rey Jacobo
II Stuard de Inglaterra) y mariscal de
Francia, al mando de su ejército comienza el sitio de Barcelona.
El 3 de agosto, la ciudad de Barcelona hace votos: "que
perpetuamente se dirá el rosario públicamente
en las plazas y se
hará observar la honestidad en los trajes de las mujeres" que
expresan el arrepentimiento por haber confiado en la palabra de
los herejes (protestantes ingleses y holandeses) que no cumplie­
ron sus compromisos.
El 12 de agosto, fracasa el primer asalto a la ciudad por las
tropas de Berwick.
El 5 de septiembre el general Vtllarroel, par­
tidario de
la capitulación, dimite del mando militar.
El 11 de septiembre de 1714, último asalto y rendición de
Barcelona. Dos días más tarde entran
en la Ciudad Condal los
ejércitos franco-castellanos. En julio de
1715 capitulan Malloca e
lbiza,
y el 23 de abril de 1725 se firma el tratado de Viena, por
el que el Emperador de Austria reconoce a Felipe V como Rey de
España,
y se concede amnistía a los que fueron partidarios de la
Casa de Austria frente a los Borbones.
El documento más lmportante (y revelador)
Traduzco literalmente:
"Todos los verdaderos hijos de la patria, amantes de la libertad,
acudirán a los lugares señalados, a fin de derramar gloriosamen­
te su sangre y vida por su Rey, por su honor, por la patria, y por
la libertad de toda España ... ".
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]OSE MARÍA CUSELL MALLOL .
Extracto del pregón ciado a las tres de la tarde del 11 de sep­
tiembre de 1714.
El texto completo aparece en Los Fueros de Cataluña de don
JOSÉ CoROLEY y don JOSÉ PEILA y FORGAS, abogados del ilustre Co­
legio de Barcelona y socios correspondientes de la Real Acade­
mia
de la Historia (Barcelona,· edición 1878, pág. 689).
Queda bien claro que el 11 de septiembre de 1714 en Barce­
lona
no se luchaba por una "independencia" de España, como
dicen hoy algunos independentistas, faltando a la verdad, sino
por el Rey que consideraban
legitimo, y por la libertad de tocia
España, quee entendían sojuzgada
por la dinastía borbónica,
impuesta con el apoyo del ejército francés.
En la víspera del asalto definitivo, el 10 de septiembre, se
decidió por el Gobierno
de la Ciudad la defensa hasta la muerte,
y se ordenó
la celebración de quinientas misas, y que el Santísi­
mo estuviese expuesto
en todas las iglesias no expuestas a las
bombas
(VERNEDA, citado por CASTELLvl, Narraciones Históricas,
desde
1700 hasta 1725, VI, págs. 354 y sigs.).
Rafael de Casanova
Barcelona estaba gobernada por el Consejo de Ciento, en el
que estaban representados los distintos estamentos y gremios de
la Ciudad. No habla partidos políticos, y Rafael de Casanova era
"Conseller
en Cap" -puede traducirse como que presidía el
Consejo, lo que se
hacia por rotación--. Tomó oportunas medi­
das para la defensa de la ciudad, su comportamiento fue herói­
co, fue herido leve, evacuado, desterrado
y, habiendo regresado,
ejerció la abogada y murió
en Sant Boi en 1743.
La figura de Casanova, ha sido también manipulada. Muchos
aún creen que murió
en la defensa de Barcelona y así lo mani­
fiestan si se les pregunta en la ofrenda floral que se hace er¡ esta
fecha
en su monumento. Nos lo pintan -y se venden estatuilla&­
abrazando la bandera cuatribarracla.
En la estatua original, del escultor Nobas, se ve el asta rema­
tado por
una cruz, y lo que sostenla era el pendón de Santa
Eulalia, patrona de Barcelona.
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REHABILITACIÓN DEL ll DE SEPTIEMBRE
De bandera catalana, nada.
Otro mito,
que los catalanistas, si fueran honestos, deberían
arrimar.
"El Cant dels Aucells" (El Canto de los Pájaros)
Pablo Casals, virtuoso violoncelista de fama mundial, después
del
39, vivió exiliado en San Juan de Puerto Rico y encontrándo­
me
allí en febrero del 57, dio lugar a un incidente en el que qui­
sieron implicar
al cónsul de España. Fue una burda jugarreta que
no tuvo trascendencia fuera de la isla, pero puso en evidencia el
talante del músico, que afirmaba
que mientras gobernara Franco
no pisaría la Pen1nsula; pero no ponla reparos en percibir perió­
dicamente las rentas
que le producían sus propiedades en Catalu­
ña, y que puntualmente
el gobierno del general autorizaba para
que le llegasen a su dorado exilio.
Con la excusa del funcionamiento de
una supuesta universi­
dad catalana de verano en Prades (Francia), Casals acudía a dar
unos conciertos a los que asistía una burguesía progresista
que
quería presumir de catalanismo y algunos -los menos--aficio­
nados a la
buena música. Recuerdo que entre estos pocos se
contaba
don Pablo Elola, que acudía puntualmente desde Las
Palmas.
Una pieza obligada era
el "Cant deis Aucells".
La misma que interpretó en ocasión memorable, ante la
Asamblea General
de las Naciones Unidas. No creo que exista
ningún catalán que
no sintiese "algo" dentro de sí cuando la tele­
visión transmitió el acto.
El título original de esta pieza, que indudablemente contri­
buyó a la fama del violoncelista universal, es (traduzco): ''El
Canto
de los Pájaros, cuando llegaron los bajeles, delante de
Barcelona, y del desembarco de Carlos III, que Dios guarde". Una
de sus estrofas dice
así:
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JOSÉ MARIA CUSELL MALLOL
"canntan los cruixidells
y tots los pasarells,
viva
Jo Rey de Espanya
Carlos tercer es
Jo nom ".
Por tanto, el "Cant del Aucells" que tanto prodigó Pablo
Casals, con verdadera maestría
y que algunos quieren ver como
una expresión artística de "catalanismo", originariamente no es
más que una poética expresión del amor de los catalanes al Rey
de España
de la época.
En el mismo tono, contenido
y estilo, son "Can~o Nova" ¡Viva
Carlos Ill! (Los Gozos de Carlos IIL Archiduque de Austria, Rey de
España, Conde de Barcelona, Príncipe de Gerona,
etc., impresos
todos ellos
en la primera década del siglo XVIII.
Otro mito que se resquebraja.
Mientras los babiecas
creian oir un canto a la independencia
de Cataluña, se interpretaba
un elogio de Cataluña al Rey de
España.
Los legítimos herederos del 11 de septiembre
El historiador A. RoVIRA y VIRGILI, en su Historia dels Movt­
ments Naciona!Jstes (Sdad. Catalana de Ediciones, 3.' serie, Bar­
celona,
1914, págs. 191 y 192), afirmaba (traduzco):
"La trayectoria de la línea indicada por Prat de la Riba, es dife­
rente; es la que pasa por el movimiento catalán de la guerra con­
tra Francia, después ¡x,r la guerra de la Independencia y va a
parar a las guerras carlistas. EN REAIIDAD LOS HEREDEROS DE 1640 Y
DE 1714 SON LOS CARLISTAS DE LA MONTAÑA CATALANA ... ) (el subraya­
do es mio).
No se trata de un criterio aislado. En el sentido de que los
verdaderos herederos
de los catalanes de 1714 somos los carlis­
tas, se han pronunciado, entre otros, el doctor FRANCISCO CANALS
y VmAL, Catedrático de la Universidad de Barcelona, en Política
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Española: Pasado y Futuro (Ed. Acervo, 1977); J. J. EcHAVE
SUSTAETA, ex-Director de El Pensamiento Navarro, en el número
extraordinario
de Cristiandad, 1977, JUAN VAJJ.ET DE GoYTis010, de
la Real Academia
de Jurisprudencia y Legislación, en Verbo núms.
197-198, págs. 915-917; el "Grup Universitari NORD (Norte) de
Girona', que editó el número extraordinario 32 de su revista,
dedicado
al 11 de septiembre, donde encontramos citas de PIERRE
CHAUNU sobre la rotura de la continuidad en La civilisation de
J'Europe dassique y la referencia a la edición
de 1709 de Los
Anales de Cataluña. de
NARCISO FELIU DE LA PEI'IA, preso en 1704
por afecto a la causa del Archiduque Carlos, permaneció en la
cárcel quince meses y después de la llegada de Carlos
III a Bar­
celona, publicó los Anales que comprenden tres tomos dedicados
a "la Majestad Suprema de Cristo Crucificado", a "la Majestad del
Católico Monarca Carlos
II y, por su muerte a la Majestad de
nuestro venerado y deseado Carlos
III y al Fidelísimo y Excelen­
tisimo Principado
de Cataluña", "para cumplir la obligación de
Dios, Rey y Patria,
que ha sido el fin de mis tareas'. Estos Anales
fueron condenados
por autoridad judicial a ser destruidos en
1714.
Podña aportar más citas, pero creo que son suficientes al
caso. Con estas referencias históricas
deben retirarse de la conme­
moración del
11 de septiembre los batasuneros, los separatistas,
los jóvenes mercenarios que
no sienten el espíritu que anidaba a
los barceloneses de
1714, defensores de la Religión, de los dere­
chos del que consideraban Rey legitimo,
de las libertades del
Principado y las de toda España.
Sobran los que se tapan la cara
con pañuelos negros con
estrella roja de cinco puntas, para quemar banderas españolas o
tirar provocativamente cócteles Molotov.
Así, por estar presentes estos indeseables, hace años pudo
suceder que los padres de algunos detenidos, castellano parlan­
tes, afirmaran
que sus hijos nunca habían pertenecido a ningún
movimiento independentista,
y, por no haberse propalado la
noticia
-recogida a las puertas de la Audiencia de Barcelona-
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JOSÉ MARIA CUSELL MALLOL
algunos de los revoltosos detenidos pudieron ser presentados
como jóvenes "catalanes"
que clamaban por la "independencia",
cuando realmente habían sido contratados
por mil duros para
desempeñar
ese papel. ..
Devolvamos
al 11 de septiembre su verdadero e histórico sig­
nificado: Religioso, Monárquico legitimista, Patriótico
y Español.
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