III Premio Elías de Tejada de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

CRÓNICAS
recordar la situación de los católicos durante la Segunda Repú­
blica y a compararlos con los actuales: unos, aceptaban las esen­
cias malas y luego
coman como bomberos alocados de un lado
a otro a apagar sus manifestaciones accidentales; estaban agru­
pados
en la Confederación Española de Derechas Autónomas
(CEDA) presidida por don José Maria Gil Robles. Otros, sin des­
cuidar las batallas sueltas, planteaban la reconquista del Estado y
el enderezamiento global de la España confesionalmente católi­
ca; sus polos de atracción
eran los tradicionalistas de Acción
Española y los carlistas de
don Manuel Fal Conde.
J. UÚllARRI
111 PREMIO ELÍAS DE TEJADA
DE LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES
Y POLÍTICAS
La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas viene con­
vocando
con carácter trienal un premio acogido al nombre citne­
ro de Francisco Elías de Tejada para distintos trabajos monográ­
ficos relativos a la historia del pensamiento político y jurídico
español anterior a 1800, esto es, circunscrito
al ámbito geográfi­
co y cultural de lo
que el eximio polígrafo que da nombre al pre­
mio gustaba denominar "las Españas".
Si el primero se centró en
la obra equivoca, variada y fecunda de Antonio de Capmany, a
caballo entre los siglos
XVIII y XlX, y el segundo del celoso anti­
maquiavelismo del jesuita francocomtés, e hispano
por lo mismo,
del
XVII, Claudio Clemente, en su tercera edición se ha ocupado
-en el alborear del siglo XVI--de hecho tan complejo como las
Comunidades de Castilla. Por cierto que la satisfacción
de esta
casa
no sólo se cumple con el hecho del premio, su temática y
patrocinio, sino
que -por el momento-ha de añadirse igual­
mente el discernimiento que de los mismos
ha hecho la docta
Corporación.
Ya que la primera edición recayó en el trabajo pre­
sentado
por Estanislao Cantero y Francisco José Femández de la
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CRÓNICAS
Cigoña, ambos colaboradores desde antiguo desde estas páginas,
y sin el menor género de duda dos de los puntales de nuestro
equipo intelectual.
Su trabajo, acribioso y minucioso, publicado
después
por la Fundación que lleva el mismo nombre del pre­
mio, es desde entonces
punto de referencia obligado para quie­
nes se ocupan
no sólo de la obra del historiador, lingüista y polí­
tico catalán, sino incluso para los estudiosos de todo
el periodo
de nuestra historia que cubre con su fama. Y ahora, el tercero,
pues el segundo desgraciadamente fue declarado desierto, ha
sido otorgado a nuestro también
buen amigo -y colaborador no
tan frecuente como deseáramos--José Joaquín Jerez. Brillante
licenciado de
ICADE y en poco tiempo letrado del Consejo de
Estado, Josefo Jerez ha realizado
un notable trabajo de síntesis
sobre las fuentes y
el alcance del proyecto constitucional de los
Comuneros
de Castilla, que ha merecido el juicio favorable del
jurado designado
por el Pleno de Numerarios de la Academia y
que luego éste
ha hecho suyo, integrado por Gonzalo Femández
de la Mora, Juan Velarde Fuertes y Carmelo Lisón Tolosana.
El
prestigio indubitado del jurado como el de la institución que lo
otorga hacen ociosa cualquier consideración adicional
de nuestra
parte. Sólo queda, pues, insistir
en la especial satisfacción con la
que recibimos la noticia de que un premio tan querido como el
que lleva
el nombre de Elías de Tejada haya ido a parar a uno de
nuestros amigos, joven promesa de la
que tanto esperamos. En
octubre (D. m.) tendrá lugar
la entrega del premio y la presenta­
ción de los últimos trabajos de
la Fundación. Luego aparecerá el
volumen
por los tipos de la Fundación Elías de Tejada. Daremos
puntual cuenta.
A. T.
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