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Número 297-298

Serie XXX

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Teología de la liberación y doctrina social de la Iglesia

JOSE MARIA PETIT SULLA
siendo los puntos de referencia en la construcción de una sociedad
económicamente justa y progresiva,
al servicio del hombre enten­
dido siempre en la totalidad de
sus dimensiones y que, como tan­
tas veces lo recuerda León
XIII en este magnífico documentd, se
entiende plenamente en su referencia a Dios, teniendo en cuenta
que, en cuestión tan difícil, según las palabras finales de la
Rerum
novarum -en perfecta sintonía con las iniciales-«el verdadero
y radical remedio tan sólo puede venir de la religión y que todos
deben persuadirse de cuán necesario
es volver plenamente a la
vida cristiana, sin la cual aun los medios más prudentes y que se
consideren lds más idóneos en la materia de muy poco servirán
para lo que
se desea» (núm. 48).
TEOLOGIA DE LA LIBERACION
Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
POR
CARMELO E. PALUMBO ('")
I. ESTADO DE LA CUESTIÓN
Sin ambages ni rodeos nos referiremos a la Teología de la
Liberación en Latinoamérica, a la más difundida, a
la que tuvd y
sigue teniendo gravitación en la vida pública; aquella
TL que
condujo a tomar el fusil y
la metralleta a los P. P. Camilo Torres,
Cardenal y D'Escoto; a aquella que inspiró a G. Gutiérrez, Boff,
Puijagné, Segundo Galilea; a la TL que
logró colocar un presi­
dente electo en Haití, al ex-sacerdote salesiano Arístide; aquélla
a la que
se dirige en forma directa y terminante la instrucción va­
ticana Libertatis nuntius, cuando rechaza el mesianismo tempo-
('") Universidad Católica Argentina. Centro de Investigaciones de Etica
Social (CIES).
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ral, la lucha de clases, el análisis marxista y la manipulación de las
Sagradas Escrituras.
Dirá alguno:
¿ no se puede hablar de una correcta TL? Plena·
mente de acuerdo, así lo ha hecho Pablo
VI en Evangeli nuntian­
di
y la Instrucción del Vaticano en Libertatis conscientia.
Sin embargo, desde el punto de vista de la difusión y de los
sangrientos hechos y consecuencias conocidos en América Latina,
es la falsa Teología de la Liberaci6n la que ha predominado; no
nos engañemos ni nos dejemos manipular por los medios de
con­
fusión masivos.
Pero, ¿ por qué seguir hablando de la falsa TL? Muy sencillo,
sus pioneros siguen trabajando a la mejor manera comunista: un
paso atrás esperando dar dos adelante.
A guisa de ejemplo:
l. Encuentro cristiano (1987), Buenos Aires.-Es un nu­
cleamiento dirigido por sacerdotes (Dri, Paoli, Wetty, Ramondet­
ti), al modo de «instituto para
la enseñanza de la "Teología de
la Liberación"». Pretende revitalizar la Iglesia Profética -com­
prometida con los pobres-y debilitar con duras criticas a la
Iglesia de la Cristiandad.
Este «grupo de estudio» trabaja ensamblado con el MTP, «Mo­
vimiento todos por la patria», que tuvo preponderante actuación
en los sucesos sangrientos de «La Tablada», en 1989 (cuartel del
ejércitd argentino que pretendieron tomar las fuerzas guerrilleras
pro-marxistas)
; entre sus ptincipales animadores se hallaba el pa­
dre Puijagné, hoy condenado a prisión, y muchos laicos católicos
de la «liberación».
2. Proyecto Palabra-Vida de la CLAR.-Observaciones, crí­
tica y rechazo de la Comisión Permanente de la Conferencia Epis­
copal Colombiana (18-11-1988).
Este
proyecto de los religiosos de América Latina «suscita en
nosotros
- dad» ( ... ) nada se dice de la tradición y del Magisterio ( ... ) el
método para interpretar la Sagrada Escritura resulta manipulán-
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dola ( ... ) es notoria la falla eclesiológica que se .encuentra en el
Proyecto ( ... ) Es muy evidente que el Proyecto lleva a una Iglesia
popular. Los autores del proyecto,
¿ desconocen la realidad de Ni­
caragua? ¿ Han palpado el peligro de hacer más sectas en nuestras
iglesias particulares? Tanto
el «pueblo» como los «pobres» son la
anútesis de los ricos, de quienes tienen
el poder, de los «opreso­
res»; (
el Proyecto) plantea así todo el esquema de dominación-de­
pendencia: unas veces en forma velada, otras en forma escueta y
se concluye en la necesaria lucha de
clases. «Las consideraciones
anteriores hacen que el "Proyecto" sea inaceptable en sí mismo
y como instrumento de evangelización».
3. Seminarios de formación teológica: en varias diócesis de
Argentina se vienen realizando estos seminarios, inspirados y, casi
se diría, dirigidos por el P. G. Gutiérrez, quien ha sido expositor
en
más de uno de ellos. Bajo el lema «Biblia y opción por los
pobres»,
se realizó el V Seminario en febrero de 1991. Asistieron
algunos obispos, sacerdotes, religiosas y laicos «comprometidos
con la liberación» y representantes de jóvenes radicalizados de
ultra-izquierda que actúan en
el país. El periodista Emilio J. Cor­
biere, comunista, comentando el espíritu de la liberación vigente,
escribió: «La Teología de
la Liberación constituye una reserva so­
cial y cultural para el proceso transformador de nuestro continen­
te». La «Iglesia profética» enfrenta a una Iglesia jerárquica o
sacerdotal (
... ) Un resurgimiento de la Iglesia profética que mira
al mundo real a partir de la expetiencia escatológica, ha sido el
reciente V Seminario de formación teológica, realizado en el Cd­
legio Emaús de Haedo, provincia de Buenos Aires, donde medio
centenar de religiosos y laicos reflexionaron sobre «Biblia y opción
por
los pobres» ( 1 ).
4. Nueva edición de Teologla de la liberación. Perspectivas,
del P. G. Gutiérrez (1989).-Mons. Ricardo Durand, presidente
de la Conferencia Episcopal peruana,
ha efectuado duras críticas
a esta nueva edición de la obra ptincipal de G. Gutiérrez.
Expre-
(1) Diario La Prensa, Buenos Aires, 25-IV-1990.
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sa Mons. Durand: «Gutiérrez demuestra su deseo de aclarar, como
si no hubiera sido comprendido; en realidad lo que debería hacer
es
corregir». Mons. Durand confirma algunas modificaciones rea­
lizadas
por el teólogo peruano, pero agrega: «En su nueva edición
deja tales y cuales partes que son
inadmisibles y que por otra parte
no concuerdan
con los cambios introducidos en el capítulo "Fra­
ternidad cristiana y lucha
de clases". Por ejemplo, el capítulo II,
que contiene tesis marxistas, permanece prácticamente inaltera­
do» (2).
La vigencia de la TL es incuestionable. El que tiene oídos
para oír que escuche y el que
tenga ojos para ver que mire.
II. PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
En apretada síntesis pasamos revista a los siguientes temas
que animan a
los teólogos de la liberación antes y después de las
dos Instrucciones del Vaticano
al respecto, velada algunas veces,
abiertamente en otras ( 3
):
l. Teológicos
a) Negación de la distinción entre natural y sobrenatural. Es
quizás uno de los erróneos principios que da origen a las ulterio­
res desviaciones de la TL. No hay construcción teológica en esta
materia, ni en
Gutiérrez ni ~ucho menos en sus seguidores. Se
afirma. Se acepta como una realidad que lo natural deviene «cons­
titutivamente» en lo sobrenatural.
Si es así, caen las barreras de
los profano y de lo sacro; del mundo y de la Iglesia. ¿ Pelagianis­
mo? ¿ Semipelagianismo? ¿Hegelianismo?
«Las distinciones temporal-espiritual, sagrado-profano tie­
nen como fundamento la distinción natural-sobrenatural.
Pero precisamente la evolución teológica de esta cuestión
se
(2) Revista semanal Esquiú, Buenos Aires, 25-VIII-1990, núm. 1.581.
(3)
Libertatis nuntius (LN), 1984, y Libertatis conscientia (LC), 1986.
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orienta en la línea de una acentuaci6n de la unidad tenden­
te a
eliminar todo dualismo ( ... )» ( 4 ).
b) La Iglesia es vista desde el mundo y no el mundo desde la
Iglesia: se instala así una falsa eclesiología que derivatá en el mo­
vimiento de las denominadas «Iglesias de base» o «Iglesia Popu­
lar» o «Iglesia profética».
El mundo está orientado a Dio•; Dios se revela en la Histo­
ria ; el mundo es el de los pobres y no el de los ric:ds; éstos son
epifenómenos o engendros de una «superestructura» de la
histo­
ria (Marx}.
La Iglesia, por tanto, debe tomat pattido por los pobres, in­
sertándose en el mundo
y luchar para desalojat a los capitalistas.
Esta es la obra de evangelización, según la TL (5).
e) Mesianismo temporal: la cosmovisión, en consecuencia,
deja de ser genuinamente escatológica y se constituye en una ex­
presión o variante del «mesianismo temporal». Liberación es si­
nónimo de liberaci6n temporal de los pobres, oprimidos por los
ricos (6).
Por otra parte se minimiza, e incluso en algunos casos, se re­
chaza la Iglesia jerárquica, la Iglesia de Roma, por considerársela
comprometida con los opresores (ricos).
d) Manipuleo de los sacramentos y de las Sagradas Escritu­
ras: siguiendo una teología cuyo método es exclusivamente induc­
tivo; dejados de lado el dato
dogmático, la Tradición, el Magis­
terio Eclesiástico ; los teólogos de la liberación parten de la «Pra­
xis» histórica, formulando interpretaciones antojadizas, atbitratias
y absurdas de las Sagradas Escrituras
(El Magníficat, por ejemplo)
y de la práctica de los sacramentos. Esto último se ha notado en
(4) Cfr. C. E. PALUMBO: Cuestiones de Teologia, Etica y FBosofla, Bs.
As. CIES Eclit., 1988, cap. III, pá¡is. 53-58; del mismo autor: Cuestiones
de Doctrina Social de
la Iglesia, caps. VII-VIII.
(5)
G. GUTrÉRREZ: Teología de la Liberaci6n, págs. 352-353.
(6) Libertatis nuntius, cap. IX, 1-5.
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la desaprensión y errónea enseñanza sobre la Eucaristía, que para
muchos es «la comunidad» reunida y no el misterio de la Cruz,
mística
y realmente renovado en el altar (7).
2. Bases políticas
Desacralizada
la Iglesia, privada de su misión evangelizadora
trascendente y escatológica, la
TL concreta su pseudo evangeliza­
ción de los pobres en una propuesta socio-política: instaurar un
socialismo original latinoamericano de autagestión.
Este socialismo implica: erradicación de la propiedad privada
de los medios de producción, socialización de la cultura,
de la po­
lítica y de la economía (8),
Este proyecto simplistamente enunciado, imitación del proyec­
to

yugoslavo
de Tito (9), tiene como eje de reflexión o, diríamos,
slogan de difusión, la teoría de la «dependencia estructural», ver­
sión socialista de la «alienación económica»
de Marx. En efecto,
según esta teoría, toda inversión de capital
causa (inevitablemente)
enriquecimiento para los inversores
y dependencia y empobreci­
miento para los pueblos que «padecen» la inversión (Theotonio
dos Santos, Cardozo, Filetto
).
En consecuencia, dicen los teólogos de la liberación: si nuestra
misión evangelizadora
es liberar al mundo de la opresión, debe­
mos estar del lado de los oprimidos y «arrojar» al capital fuera de
la historia. De aquí
se desgranan finos análisis marxistas de las
realidades históricas concretas
y algunos lfderes implantan una
lucha guerrillera abierta contra los opresores (Foquismo guerri­
llero latinoamericano
de extracción cristiana en la décaca del 70,
(7) Libertatis nuntius, cap. IV, 1-15.
(8) Comunicado
de los sacerdotes para el Tercer Mundo del 27-VI-1969,
Argentina. Cfr. rechazo de esta postura por parte de la Comisión Perma­
neote del Epispocado Argentino, 12-VII-1970. G. GunfaREZ: Op. cit., pá­
ginas 181, 150, 264.
A. METH OL FERRf: Nexo, revista editada eo Argenti­
na, núm. 5, pág. 80, 1985.
(9)
Cfr. ALBERT MEISTER: SocitJ/ismo y autogestión yugoslavos, Ed. Nova
Terra, Barcelona, 1965.
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actualmente vigente, aunque algo «solapado», como dijimos, por
la firme oposición del Vaticano).
Hoy la TL está siendo penetrada, cada
vez con mayor intensi­
dad, por la cosmovisión «gramsciana», en preparación a
un mundo
gobernado
por el maridaje del liberalismo-comunismo. Es decir:
un mundo en el que el socialismo o socialdemocracia, laicista y
masónica, se complemente con una economía de mercado en la
que los propietarios y agentes económicos serán dirigidos y gober­
nados
por algo «super ideológico»: la tecnocracia instalada en el
poder ( 10).
III. LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN y LA DOCTRINA SOCIAL
DE LA IGLESIA
Corresponde en el marco de esta nota, en homenaje al cente­
nario
de la encíclica Rerum Novarum de León XIII, señalar al­
gunos asertos de la DSI contenidos en la misma y que hoy tienen
plena vigencia y están en «conexi6n orgánica» con
el actual Ma­
gisterio Social de la Iglesia ( 11 ).
PRIMERO: Trascendencia contra inmanencia y mesianismo tem­
poral de la TL: El espíritu que anima a Le6n XIII a intervenir en
la denominada «cuestión social»
es el de la vida futura y defini­
tiva del hombre: las cosas temporales deben ubicarse en su justa
relatividad, y
los cristianos han de tratar de suavizar las penurias
de la vida presente, no
prometiendo «paraísos» en la tierra: ni el
de Marx ni el de la utópica economía liberal de L. Von Mises (12).
«Pues que Dios
-escribe Le6n XIII-no cre6 al hom­
bre para estas cosas frágiles y perecederas, sino para las
ce­
lestiales y eternas, dándonos la tierra como lugar de exilio
y no de residencia permanente» (
13 ).
(10) PABLO VI: Octogesima adveniens, núm. 29.
(11) JUAN PABLO II: Laborem exercens, núm. 2.
(12) Cfr.
CARMELO E. PALUMBO: Cuestiones de DSI, caps. IV, V, VI.
(13) Rerum novarum, núm. 15.
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SEGUNDO: Jerarquía social contra la igualdad económica y lucha
de clases
pregonada por la TL: El principio de «jerarquía», eje de
todo el orden creado (aun el angélico, en el cual los ángeles supe­
riores iluminan a los inferiores),
es reivindicado por León XIII
al referirse a la igualdad económica defendida por los socialistas:
«Establézcase, por tanto, en
primer lugar, que debe ser
respetada la condición humana, que no se puede igualar en
la sociedad civil lo alto,
con lo bajo. Los socialistas lo pre­
tenden,
es verdad, pero todo es vana tentativa contra la na­
turaleza de las cosas» (14).
TERCERO: Son necesarios el capital y el trabaio: la tesis mar­
xista, adoptada
en versión folclórica por la TL, sostiene que el
«capital» es malo de por sl; León XIII afirma que, por el con­
trario, éste es necesario como el trabajo. El uso del capital puede
ser malo, cuando se obtiene, mantiene o acrecienta a costa del
derecho ajeno y
se pone como fin de la vida humana. Escribe
León
XIII:
« ... así ha dispuesto la naturaleza que, en la sociedad hu­
mana, dichas clases
gemelas concuerden armónicamente y se
ajusten para lograr el equilibrio. Ambas
se necesitan en ab­
soluto: ni el capital puede subsistir sin el trabajo, ni el tra­
bajo sin
el capital» (15).
CUARTO: Defensa de la propiedad privada ;ontra la pretendida
socialización de los medios de producción de la TL: es notable en
la Rerum novarum la defensa de la propiedad privada. Introduce
León
XIII la distinción entre «dominio y uso», ya enunciada por
Aristóteles, frente al
comunismo de bienes propuesto por Platón.
Esta distinción
la desarrolló Santo Tomás en la 11-11, q. 66. El
dominio de las cosas es natural que sea privado, pero el uso que
se les
ha de dar debe ser común, es decir, el dominio es exclusivo
y excluyente de la pretensión ilegítima de terceros,
empero el uso
debe
comunicarse, una vez satisfechas las necesidades de estado
(14) Ibídem, núm. 13.
(15)
Ibídem, núm. 14.
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CA.RMELO E. PA.LUMBO
del poseedor. «Comunicar» el. uso no es «comunizar» el dominio ;
«comunicar» pertenece a la caridad y a la justicia social, «comu­
nizar» es una pretensión que atenta contra la estricta justicia del
derecho natural. «Comunicar»
es una actitud subjetiva de la vo­
luntad del dueño, conducta que practicaban las comunidades cris­
tianas primitivas y a la que exhortaban los Santos Padres ; «co­
munizar» es una acción objetiva que se dirige a desapoderar del
bien
al que lo posee legítimamente, pretensión que defienden los
marxistas, socialistas y la
'rL con su bandera de «la socialización
de los medios de producción» ( 16
).
APOSTILLA FINAL
Llama la atención el silencio de los teólogos de la TL frente
al fracaso, al menos económico, del comunismo soviético y a la
propuesta
de la «Perestroika».
Llama la atención que no
se hicieran eco del colapso económi­
co del «socialismo d~ autogestión» yugoslavo, sistern.a que con­
dujo al. país a una deuda l'Xterna superior a los 30.000 millones
de dólares.
¿ Qué actitud adoptarán frente a este insinuado y avanzado
maridaje entre
el liberalismo y el comunismo, entre la socialde­
mocracia
y .la perestroika?
.. Frente a estos silencios y ;;_uevas circunstancias mundiales, gue­
rra del «Golfo Pérsico» incluida, cabe una pregunta final: ¿ La
Teología de la Liberación,. aquélla a la que nos hemos referido en
este trabajo,
no será una UTOPÍA que al que atrapa no sólo lo
aleja
de la Iglesia, sino también de la tierra?
(16) Cfr. C. E. PALUMBO: Cuestiones de Doctrina Social ·de la Iglesia,
cap. III, pág. 83, «Los Sanros Padres y la Propiedad Privada».
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