Índice de contenidos
Número 297-298
Serie XXX
- Textos Pontificios
- Noticias
-
Monográficos
-
Origen moral y político de la cuestión social
-
La «Rerum novarum» en el magisterio de León XIII
-
La recepción de la «Rerum novarum» en Europa y en España
-
La repercusión de la «Rerum novarum» en México, Chile y Argentina
-
«Rerum novarum» en los Estados Unidos
-
Del «Derecho público» cristiano a la «Doctrina social» de la Iglesia
-
Razón de la doctrina social de la Iglesia
-
Naturaleza de la doctrina social católica
-
Valor de la doctrina social de la Iglesia
-
El desarrollo de la doctrina social de la Iglesia
-
El tema de la libertad. Ejemplo de continuidad en el Magisterio de la Iglesia y fundamento de su doctrina social
-
De la «Rerum novarum» a la ilusión neoliberal
-
La condena del socialismo en la «Rerum novarum» de León XIII
-
Teología de la liberación y doctrina social de la Iglesia
-
Democracia y doctrina católica
-
La encíclica «Centesimus annus» en la tradición de la doctrina social de la Iglesia proyectada a «cosas nuevas»
-
Sobre la encíclica «Centesimus annus» del 1º de mayo de 1991
-
Doctrina social y «nuevo orden mundial»
-
Una nueva política para un mundo nuevo
-
Una nueva sociología
-
«Rerum novarum» y la tecnología nueva
-
Doctrina social de la Iglesia y progresismo católico
-
Cautelas ante el futuro
-
Tras la crisis de las democracias
-
Derecho público cristiano y derecho público eclesiástico
-
Entre Lutero y Pelagio
-
A propósito del servicio militar obligatorio
-
- Información bibliográfica
- Crónicas
Autores
1991
Gabriel Paternot, Jacques y Veraldi: ¿Está Dios contra la economía? Carta a Juan Pablo II
lNFORMACION BIBÜOGRAFICA
Jacques Paterrwt;.Gabriel Verakli: ¿ESTA DIOS CON'.['JtA
LA ECONOMIA? CARTA AJUANPABLOII(*) .
La lectura de este libro es, a la vez, excitante y turbadora. Ex
citante porque, escrito
inmediatamente antes de la caída del «muro
de. Berlín» y del «socialismo reMI>, se refiere al mundci que nos
toca vivir; turbadora, porque es una crítica de algo que nos con
cierne
fundamentalmente: el c6mo. se ha leído en la práctica la
doctrina social de la Iglesia. En la contraportada de la edici6n · es
pafiola se lee: «Los autores de;esie .libro, que Sl)n cat6licos practi
cantes y
adniiradores def gran ¡,itpa'Juan Pablo II, se dirigen di
rectamente a él párii decir a la Iglesia, a las Iglesias: La igoorancia
de las realidades
económicas hace que las instituciones cristianas,
creyendo
servir a los pcibres, · cootribuyan a lapobréza, al subde
sarrollo». Obviamente, esta actitud ha
escocidci a los aludidos y,
como dicen los autores én la «Advertencia» a los lectores· de la
edici6n española,
"la edición francesa de nuestro librq· ha conmo
yido
hasta en las más altas instancias de la jerarquía eclesiá~tiica,
que lo creyó un ataque contra la doctrina social lle fa Iglesia ...
· Por el corittafio, nos adherimos totalmente a la doctrina social;
lo que criticamos es, ímitamerire¡ el discurso ecón6mico que se
mezcla en ella». Podemos añadir que la «doctrina social», enten
dida en
el prístino sentido leoniano de «la cuestión obrera», es
decir, referida a las relaciones· entré 'los factores de la producción
económica, trabajo y capital, necesariamente tiene consecuencias
ecori6micas, por
lo que ·ilo es c
social de la Iglesia
como-correcta y,a la vez; recha>:ar como errada
o comó insuficiente una determinada p~uesta económica para ha
cerla electiva, por buena que sea la inl!ención· de la' misma;
El desarrollo de la obra ·es alternativo: ·por uil lado expoiae el
discurrir histórico de la doctrina
social católica; por otro, la rea
lidad económica, mostrando las tesis de los autores.sobre el tema.
(*)' Planeta, 1991. Citas de pági.tias entre paréntesis.
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INFORMACION BIBLIOGRAFIC.A.
Con tal visión, los comentarios históricos son agudamente críticos,
no con lcis principios doctrinales, sino con las interpretaciones de
ellos según diversos
-y aun cualificados--- expositores. En los
capítulos temáticos
-II y III y, sobre todo, VI y VIII-expo
nen, sin grandes pretensiones cietífkas y con lenguaje sencillo,
los principios de la
ciehcia económica que están"involucrados en la
,problemática social: el reparto social de los bienes económicos y
el desarrollo productivo. Obviamente,
dentro de la unidad temá
tica, y de propósito de toda la obra, también hay .diyersidad crítica,
según se toque lo histórico o lo 01entífíco. · · ·
Empiezan señalando cómo «ei problema se presenta excesiva
mente complejo y oscuro. Cuando se interroga a
la mayoría de
los sacerdotes
de nuestras parroquias acerca de este tema, suelen
éom~ar ~n ,;espuestas estereotipadas; Juego dejan t,aslucir una
incomprensión
más o .menos ansiosa. y ·~aban por xefogiarse en la
co!lfianza.de sus superiores y en Dios» (13). L9s resultados de este
modo
de. abordar la doctri!ÍI!, so\'Íal, han c!k:hQ:irunediatamente '!fi·
tes, «han contribuido -y ello ~uede dempstrarse--a alej¡ir a mu
chos fieles y hacer que la .descpstianización pr9gresara de ,una ma
nera
dramátiéa» (ibidem), )lábié!ldóse impui;sto en grandes secto
res de
la Iglesia una visión de :la doctrinác social .que· «sería más
<=eta llamarlo cristianis~O:.l'!J'inismo» ( 12.) y cuya expresión so
ciopolítica fue la «teología efe ,laJiberación», tomada como «semi
lla» de una «nueva Iglesia»,. partieodo de una eclesiogénesis revo
lucionaria que,
nacida eo Europa, es implantada en .el Tercer Mun
do y desde allí propuesta como la autétrtica lectura de la doctrina
social católica.
, . , ~. ,, , · . . ..
Para los autores se trata, !lada menos,de la posibilidad de «d
segundo gran cisma de Occidente» l<;> cual, n<:,:esariamente, originó
d «contrataque»
dd papa Juan, )?ablo II que «multiplicaba l,¡s
advertencias y ern;eñanzas» (20).sdest1lcando las instrucciones pu
blicadas eo
1984 y1986 ¡,orla Congregación de.laDoclrina de la
Fe sobre la «teol9gfa de la ·liberación», d9¡¡de se aborda una pro
blelll\ÚÍca que fue muy peligro,,a en sl\, día, pero que ahora, tras
d derrumbe
del socialismo, real ·en agosto,,d,e 1991, ha ;quedado
fuera de órbita al descubrirse la realidad social, de econo¡nías no
subdesarrolladas .. en. los país~ donde, l¡a imperado: d .«socialismo
real» que las teologí.as . de la liberació¡i propoolan como paradigma
a causa del «ánálisis marxista» que hacían de la realidad socioeco
nómica.
La tesis de. toda la obra está contenida en estos párrafos: «Des
de los comienzos de la civilización hasta finales
dd siglo XVIII la
producción de bienes materiales ha permanecido estable y baja en
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INFORMAClON BIBLIOG-RAFICA
la totalidad del· planeta ... P.osteriolitnente, la revolución ind,ístrial
ha permitido producir una masa creciente de bienes y e,¡uipo,r: en
una palabra,
ehnmdo entero vivia ewlo,q,re nosotros <:O
moo súbdesarro11o» {24 ). Po, el tonnariP, , ahora impera, «riiibmoc
delo económico y pollti®'tot
quinas
con la energía artificial, el: mode> é:a'pitallsta ,de•finandación
y p.oduéci6n: ... Allí donde funcioni;:,es,te tipli' de bcrmoii,¡a,,, fa,pro
porción de
pobres no d.;;ja de dismlriÜir y hasta los· desfavorecidos,
parados y marginales; sé benefician.,, Por primera vez eó. la sl,isto
ria, el rico puede•entlqueeerse sin empobrecer a lós:.deó.iás, sipo,
por el contrario; enrit¡ueciéndoles también a ellos:».( 4,n,Antes, «la
economía era W1 :juego de, :s11ll1a prácticamen~ .nusla, ,Ja aeaciiln
de
riqueza próxima a ceró, · y -uno no•·t,odfi enriquecerse sioo 'a
través del 'empobrecimiento del., ótro;· U. suma •de· ganilncias :i •pér
didas se anulaba; entonces, ¿cómó'M condenar,a:,aqúcl,qmfanmmú·
!aba bienes, puesto que "segaba á!lll ''donde n~ había :sembra'
W~(~~ , ..
Esta presentación del tema muestra· cómo los principios inniu
tables de· la moral cristiana . sobre la justicia precisan el acomodo
a diversas situaciones existe11ciale8; por:: él contrario,. -~la \Eticá
idealista del siglo pasado ha olvidado y negado la. détetminabili·
dad de lo moral por la realidad» ( l), :nos dii::e J. Pieper¡ darido
lugar a
-las utopías. socioecon6micas que son las que los autm:es
quieren evitar en la: ,interpretación ,de, la doctrina .social e,¡tóli-
señalando cómo una variación de
deración actual de la doctrina eterna. No les falta rarori: asLcomo
el simplismo estructural de una economía primitiva.· es fácil de
captar en una visión ingenua
, é inmediata por todo homb~, los
principios y
mecanismos de' llll8. economía muy. tecnificada no ,pue
den aprehenderse. sin precisos conocimientos . especializ,¡dos: . Por
ende, lo que evidentemente no es iurto -~· ,el-.aplicar aqullós inge
nuos
aiterios de reparto de "Sl"Seces -,que eso es ;la ecqnoi;úa-,,-,
segÚn la «cuenta de [a vieja», a Jas complicai:li,s interacciones de
la economía
moderua; Por muy buenas inten\iones. que "" tengan.
Y o¡¡to es lo ocurrido se:gÚn los autor~ y as(, [os es~os de
nuestro papa han estado.
«mmados, neu,tr,¡;lizad95; por ll_11, guna en su concepción del mu,ndo, No es un déficit pei:~nal, pqr
cierto: la Iglesia ~nte,;a ha padecido gr,av.,, daños y, peor ;,.ún, los
provoca
involuntariamente,porq11e no con¡prende .. nada: de ... econo
mía. Las causas ylos efectos d,el desarrollo económico, los m~an.is
mos económicos
siempre.s~J~han es,capado».(24), Est¡¡. grav1cde-
. ' .
(!) JoSEF PmPER: El de;~ubrimiento de la Realidad, ÍUALP, 197{¡,á-
girul 94. '
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IN_FORMACION., JJlBJ;,lOG/lA,FlCA
nuncia, -«turbadora"', =o. antes se die~, me,rece un .atento
comen;ário, El pa~,.dicen l<:>s.,autores,·«a·la opción.de ,muchos
episco.· ·. pados en favor,,de ,:m. so. ci.alismoro,ls .o menos larvado. , res
ponclió. cQO· su segunda ·:gran encíclica· consagradi a la e<;Ononúa,
desCl!,)ifkando igualmente al capitalismo y.id socialismo» {22). Si
la referencia·~ a la SQllit:itud,r,, rei socfa/,is,.. el: juicio no es exacto,
como.·
<;ollfirma" la. µltiµta
después de· la aparici(jn · del, iibt
reics.bciali,, wmo·eoinentamos ~V:erbn,,·2.65-26p;,pág, 612":,-, el
papa, refiriéndose a la «Labwem exercenf,.7,,,baBla·de ."]as .Uver;
slis Í-Ol'lllas.:de capitalismo»; refirién~e a),,mis.t¡10 "en un d,eter,
minada, senúdo», que ,en eb§:,·~ puntualiza CO!llo "favorecido por
él .>istema wcippolíúco.Ji),eral"_»,c.es cledr, c\entro del am9ralismo
ideológico
J.ibeya].; ,ahora IJllperante .én eLmundo tras.lar desapari
ción cleL~socia;lismo,:real»,
.i,,n el .que S\! 1'91'ela «u;ii\idad» (:Ben
tham,Stuátt Mlll) como.,:ú]tima y·~pretll!l;~erencia de,t9do bien.
Por ahora, señalemos aquí que las lecturas hechas cu!'Qdo se pu,
blicatonJ ~ .L«borem exercens ·y, ,]ji So(licit,µlo. ,rei social is, no cala
ban,
.. por lo general; el fonqo doctrÍ1lal de. eUas .. yJas redi1cian en
función: de ló&. a priori ideológicos del expositor,· fuera colecúvista
o .individualista, inteatando cargar· las· descalificaciones a la posi
ción ,contraria. Lo interesante aquí es la postura de los autores;
«Hemos.leído .minuciosamente Sollicitudo rei. socia/is. Entre las
idéas1generosas
y con frecuehcia,cdntradictorias,.las confusiones y
los silencios, ,henios encontrado ·de 'todas mruieras una certeza: la
ausencia flagrante· y. peligrosa, .de .una; doctrina .económica , de la
Iglesia» (27).: . . ·, · · , , . .
• ·
En Verbo ~núm. 253-254, págs., 363 y sigs.-, hace años, se
ñalamos• esta .. misnia'.deficiencil! pídiendó al S en et·desarrollo progreslvd de la, Iglesia en• estos •temas, diera
«una iluínirill
socioeron6mici, dentro·del orden-del-ser se$1ID·el Plan del Crea,
cdor» (384 }, desarrollo ifievitable si se quiete que la doctrina social
dé la Iglesia U
·a set'O],étátiva, pues tt>do ·lo· social c.c.especialmente entendido en
téláción. ton lás necesidades materiales; deberes· Y' derechos huma·
nos, es'decit, irujetos a la llinitaclóri materiál que implica la econo,
mfa·romó
reparto de eféliseces~, lleva·necesariamente aparejada
uriá doctrina ecD!!Ólnica que matt¡ue' los límit~ morales a la eco
·nometña' y t&>ría econónika; mera'ménté' matemáúcas. Pero sin
ignuriir estiis '•últimas ciehcias, legífünanienté autónomas en el ám
bito que les confiere el 9rden-del-ser·creado, pues «la ignorancia
en materia de economía es la causa principal de esta derrota» (30),
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INFORMACION,BIBLIOGRA..FICA
dic,,n los autores, refiriéndose a. la claudicaciqn. ante el,1µarx,ismo
del discurso .de la ,Jeología de la liberación y pen~ál!liento afí¡:,.
En e{ecto, «tal ignprancia- le ha impe<:lido en principio co_m;
prender la revc,lución industrialy.jugat)lll· pap,el en elll\, lo,C\ll!J
es un gi;an prejui<;io, tanto para la. reJigión,.comp para la sociedad
contemporán¡ea •.•. y Ja.volvió .. vulneral:,le. a. las .tentaciones ideoló
gicas más
peljgrosas: ... JEIJ? l resulta tanio ¡n~ ~ágico por PJ\Ulto
la economía seconvieri;e en disciplina científica,.y e~ reconocida
como tal desde 1969 poi: el.Premio Nobi,l~'(ib,.idel/1). Qato que
esta visión
de. la ~9mía <;<>mo. ciencia .es . justamente la. ."°¡¡¡,;a
ria de la que t\lVP ,Marx, ;para qµien el obj~y9 J11e 1a 3.QP]jdón
de la economía, .. es, pecir, el in,tent\> pe ro¡npei:-eUimitl';.impuestc¡
por el Creador _en)l\S, leyes (científic'!") de. lo o:c;adq. M,= n,o
admite ot:ra dependencia,;pel hombre que Ja, del ,pr<>p\o hon;ibre;
« Un. ser no se considera. illdependienn; ¡,¡ienJras d~de .qe ,0tro;
y sólo .deja. de dep,en.der de-ot-ro .cuando, debe. su;.~stencia ,>.•sí
mismó~, nos dice ene! Manuso:ito de•l!J4!¡ --,QME N",)86,-. Es
bueno recordar
aql!Í esto que muestra la oposición, irreductjble · a
la
religión, subyacente en el pemál!liento socialis¡¡¡, .utopía., que
ahora.
-fracasada ·en la política,-pretende presen,tarse como la
auténtica lectura de la doctrioa social de
la Iglesia; lectuta, SQSPJ!,
chosiunente ·parecida,a las lucubraciones fantásticas .del.},fa,¡ifie:,,
to comunista. Los,,autdres ven· en, tal opción una. ideología, pues
«el tercermundismo ideológico subyacente-en :el discursc,-político
mundial no sólo.no puede,'sciprimir-la miseria, es que··tampocó
lo quiere» (34), porqué. ésta justifica situaciones revolucionárias.
-Pór esto, la posición ·que ·dice que· «ciencia sin conciencia' ei la
ruina del alma, ahora> débe rom:prender, scvpena de hacer• por sí
misma mucho
·daño a fa comunidad, que fa recíproca és ignahnente
cierta: Conciencia sin.ciencia es kruina»úbidem).• . · .· , .
Con esto entrah!os en el comentario . del. tema central . de la
obra,
en lo que - mijuitioc-'-ritme de aciérto ·y :di lo que creó
tiene de error. Bajo el título general «; Iglesia de lc5s pobres o
Iglesia
de la póbreza?», el capítulo•H,aborda el tema de «la ri
queza
y la pobreza», señalando cóiíi
líos se ha justificado cualquier, cosa» (,39 ),'-siendo: J,r v'etdad que
«cuando en el Evangelio-se basca lecciones' y ·no argumentos, re
sultan muy eirplícitos . .c. Sin embargo, la pobreza tiene una impor
tancia partictilar en una religión que; mucho más que en las otras,
está centrada en
el amor. . . El cristianismo debe amar a Dios y a
los hermanos como así
mismo» (ibídem). Pero, en el discurrir his
tórico, «durante mil
ochocientos años la Iglesia no imaginó que
la pobreza, fenómeno normal, pudiera disminuir an díá; más-aún,
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lNFORMAClON BlBLIOGRAFICA
desaparecer» (40), al pasar de:una economía cerrada, estática, a
otra
dinámica, abierta. Por lo menos entendida la pobreza como
escasez material; ya que no los pobres'cmnó indigentes de algo res
pectd a los más ricos poseedores de ese algo, pues en este sentido,
«pobres los tendréis siémpre con vosotros»· (Mateo, 26,' tl)c
A esto añade: «Ahora' bien/la Iglesia no supo éOm.prender ese
decisivo vitaje'.'histórico, No . cómprendió -ningUna ·
ideas
y principios cjue presidieron nuestro progreso, en principio
económico, después social» {41). Los autores dicen algo evidente.
Pqo creo qúe'\i>''dicen mal;pues sila jetárqula de lá Iglesia, como
hómbtes de su 'tiempo de formación· clásica, descalificaban· el cam
bio desconfiando' de fa nueva ·ecónomfa -y"no otra cosa, cuenta
Tdynbee, sobre Pedro el Grande, al que 'Considera el primer hom
bre•
moderno, que «páre<:Íá a lc,s ojos de un obispo inglés como
Burnet, o de ilil rey 'holanclés como Guillermo 11, y también a los
ojos
de un _átzObispo ruso tomo• Avvakum, utcincomprensible, y
por lo mismo desagradable lusus naturae» (Estudio de la Historia,
III, '.299)-'--fueron lo suficientemente• prudentes para no cerrarse
en lo doctrinal, dejando d desarrollo de lo técnico al pasd del
tiempo y juicio de la historia, como se ve leyendo los dócumentos
c;loctrinales
de la época. Los autores hacen un Juicio reductivo, como
ahora veremos, pues si en lo técnico hubo una. prudente <'-tal vez
'imprudente-expectativa, esto no cabfa respecto a lo .político
--'¡:,or ende, a lo" moral-,-. implicado en la .evolución sdcial de la
Rerum novarum, las cosas nuevas. de la moqernidad.
· No dejan de recónocer. esfo, pues explícitamente admiten que
«históricamente existen motivos ciréunstanciales bien conocidos
para tan c¡¡tegórico rechazd... El liberalismo m1:2daba frecuente
mente
el laisse; faire económico, q1,1e permitió al espíritu de em
presa desencadenar su poder transformador, en dejar pasar la mo
ral, etc.» ( 42) •.. La confusión, pues, está ert los «motivos circuns
tanciales»: obviamente, para
el capitaUsmo, o ,«economía de mer
cadg», como diée la Centes'imus c¡nnus, § 42, es «circunstancial»
el la'issez fa'ire moral siempre qué las leyes. establezcan una igual
compet!'flcia para todos,, porqµe igual significa el «poder transfor
mador del espíritu
de -empresa», y erttónces sólo es expresión de
el principio de subsidiariedad en
lo económico ; o puede tomarse
en sentidd absoJuto, postulando toda abstención del Estado ante
la «ley de la selv-á» de la competencia .. económica sin límites, in
cluso arite el «negocio del vicio». Lo grave es, pues, el laissez faire
en el terreno de la ortodoxia pública vigente, una neutra conside
ración política
y social de· Jas ideologfas que es ronsustahcial. y no
circunstancial
en el. discurso liberal político que es pura y simple-
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INFORMA.CION BIBLIOGRA.FICA.
mente amoralismo social que nunca podrá set admitido por la
Iglesia.
Y como vimds en la Laborem exeraens, ·§ 8, la acepción
rechazada del liberalismo económiw ,es la que es «favorecida por
el marco sociopo!ftico liberal» donde e] vicio pµede ser un nego
cio.totalmente
Hcito; este capitalismo liberal no significa otra cosa
que entronizar
el bien útil o deleitable conío 'Úllico «bien» social.
Por
otro lado, la ignorancia de lo económico ha llevado a una
visión deformada
de la realidad a muchos calólicos. Así, señalan
cómo en publicaciones y .comentarios, hechos sin duda con la me,.
jor voluntad, su ignorancia eco)lómica Jes cegaba para no ve:r «el
aumento de la riqueza
general,, que, había permitido dar. mucho
más a mucha más gente» ( 43 ), donde imperaba .una ecollomía .ca
pitalista. Y que, donde aún subsiste el modelo socioeconómico
precapitalista,
como. ocurre en el ,tercer mundo, donde. continúan
las estructuras agrarias y artesanas tan añor,adas por muchos cris
tianos, es donde se ha anclado-la pobre¡,a g<:neralizada. Lo mismo
ocurre,con la tópica denlll),cia al «capitalismo,sa\vaje» sin recouo
cet. que, no sólo ahora, sino ya, desde el siglo XIX, ]a legislacióu
social iba, paso a. paso, corrigiendo deficiencias: recordemos las
«leyes antitrust», de «defensa de la competencia», las ordeu!l"Zas
laborales sobre sanidad, salarios y. vacaciones, la seguridad social
y fondos de
retito, etc., para _comprender que si ha ex:i¡¡tidp alguna
vez
-<:orno caso puntual, no coni.o teona generai-, atacar ahora
el «capitalismo salvaje»
es dar «a moro muerto, gran lanzada» en
un brindis
al tendido de sol. Una .lectura de las notas de.El Capi
tal, de Marx, muestra el' progresivo, desarrollo de. la· 1eglslaci6n
social y protección al trabajadori.Por !o demás, estas ·legislaciones,
más que debidas a luchas sociales
reivindicativas', son derivaciones
lógicas de
las «leyes 9-" los pqbres», anieces,óras de toda p9Htica
de protección social y que se dieron en toda la Europa cristia,
na (2). Lo mismo que e] aumento del poder adquisitivo dé los tra'.
bajadores,
además de un idéal social, . es . necesidad inéfudible de
una economía capitalista con
una «demánda solvente>> ásegcirada
como vfo
Keynes con toda .claridad. ' .. · . . _· ·
Por eso señalan cómo «el socialismo ha plagiado al cristianis
mo» ( 45) y Pablo-VI llega a decir 'que «el desarrollo se ha conver
tido en el nuevo
nombre-de fa paz»; y, hoy, el papa nos dice·que
«la obligación de. ,orisaghirse al desarrollo · de los pueblos no sólo
(2) Cfr. l), ~E• SoTQ: ,Deliberacl6n e_n la causa ._de los pobres, y J. DE
ROBLES: «De la o_rden que en_ algutiOs pUeblos de España.se ha puesto en la
limosii.a, para rem~ de IoS verdaderos ·pol?ris» (Ordenatizas -de 1523 de
las Cortes de Valladolid, Toledo y Madrid, I, Estudios Políticos, -Madrid,
1965).
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IN·Fé>RMACIOfti .. Ji[Bt.IOGRA.FICJl.
es UD· deber irtdividual y hasta. individualista, como sí fuera posible
réalizarlo por los esfuerzos aísládos de· cada uno (Sallicituda rei
sociális)» ( 46 ). Lo malo es·que, por laignoralicia de la ciencia. eco
nómica,. «por desgracia, si la ·Iglesia, \idmite finalmente que es. po
sible luchar contra la pobreza, preconiza mediosfacohereutes. Aun
.que S\Iscribe Jos objetivos del progreso social, no realiza el esfuer
zo de•c<'llllptender s,;,s mecanismoS>>>(ibidem). Y, lo peor,:es que
«resulta :muy ·diE!<:il combatirila herejía teológica cuando se com
parten las· ber cuales se funda
la· disidencia, religiosa»• ( 49. Aunque el ·contexto
del discurso se refiera, a .las,teológfas de.lál;iberaci6n de matiz
marxista,.
en estas citas !os autores repiten lo que dijo Santo To
más
de Aquino con un alcance mas generah «Es notoriamente falsa
la
opiní6n d,flos que sostienen que.es·indíferente, respecto a la
verdad de · la ·Fe, lo0qiie 'se piense ·d,da Creacl6n, siempre que se
tenga una opjili~n: cérterá de Dios:· un erti>r sobre la Creaci6n
pr9duce una idea fa)sa•de Dios» (C. G.1 66). •Lo cual es absoluta
mente lógicc por set,'. Dios el lmtór dé la Fe y de la ciencia, pues
«la
inVestigacióri · metódica en todos los campos del saber, si está
reáli:iadá' en una forma auténticamente científica y conforme á las
leyes morales, nunca será ámtraria a la Fe; porque· las realidades
profanas
y fas de la Fe tienen SÜ origen en. el mismo Dios» (Gau
diuffl étspes, 36); rio! dice el Coricillo Vaticano II.
· Ld inalo qué es que much~s de «ésas homilías económicas apa
recen forzosamente ante los ojos de los profesionales ... como es
péqilaciones de: instituciones irresponsables.,. no son dignas de
ctéctito y redunétilh en pérdida de prestigio y disminución perjudí
dál. de confianza y fe en :Oüesirós. sacerdotes y pastores ... y a no
se confiesa: ya no llily más peotdos capitales, sino s6lo el pecado
del
capital» (.53 }. · · .· ... · , ·
.
Esto .es un resm;nep. d~ la parte positiv~ clel libro: la denuncia
de
.un· evidente desconocimiento de la .ciencia económica instru
merito impresciridíbl~ de toda . doctrina. social. Por eso, ~o basta
con decir
qµe .«la)glesia sólo. da los prinqpios y sú ejecución prác
tic~ corresponde'
a los .fieles», si.esos «principios» son expuestos
e
mterpretado~,,¡x,mo concreta~. exigen~ \'(:on6micas que son,
además, incoherentes eritre sí
y wn r~ci611 a los fin~ pro¡:,uestos.
Esta
pars construens de la obra, la integración de lo específicamen
te más valioso del mundo moderno,
qµe es el conocimiento y la
acción
econ6mica racional <;>bjeto de fa .ciencia ~nómica, en el
corpus doctrinal· de la Iglesia coriio .explícitamente .reclaman los
autores al fin del libro, brindando inclusb un título para una posi
ble encíclica: la Sapientia rei economicae --capitule VIII-.. Las
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INFORMACION BIBLIOG.RABIC,4
críticas, .cqrtantes: y agudas, que ·hacen sobre lo ocurrido desde el
,siglo xvm ,sobre los ,efectos de esta def¡cienciil o .rerraso, de Ji< doo
trina eclesial, en buena pme son, desg~aciadiunente, ciertas.df, ex:
,:,licables, p¡¡es ell0$·Q1Ísmos no dejan de reconocer las r¡¡w,nes·del
redial!o
que hace la pioposición SO del Syllqbus . de. Pip JX ---',.j
pontífice romanó no puede;}' no,debe r!'ConciUarse y traQsigir COI!
el progreso, ,el liberalismo,¡¡ la sociedad.moderna»'---, pues•«his
tóricamente, .~ste11.,.,1¡,¡iotivps: circunstl!llci¡¡l,,s · bien ,conm:idc¡¡¡ para
un t.a.n categórico, x<;cl,azo. La .revolucipn in.dustrial habí~ llegado
al mismo tiempo qµe la rev:ol;iciqn política Y. c¡¡l!:UJ;al que comenzó
en . Francia y bahía intenta4I> aniquilar el cristianismo, proyecto
que
perseguíanlos herederos deck
acfos. de 178,?. ,Una concomí,
tancia análoga había unido. anres la ,i~ricippd<;l capitalismo con
la reforma protestante» (42). En otras ,palabras: el. «pro~so», el
«liberalismo» y la. «sociedad. mpdema», tal, e.orno éran enrend(clps
en aque,!la ép
tianismo». Además, fa cóncomiíancia. con otrós factores.· históricos
los.
hacía aparecer como algo . PF . clistingu1ble de ellos. eotrt!. sí y
en relació;,_ con el aritlc±istianismo .. No otra es. fa' adtií,l actitud de
gra11de's sectores soci.ales ré'speéti,'a la 'energía :atamica qne; para
ellos, está
inevitahlémente unida . a la «bofü.bá atómica».· Cúando
anté los
hombres .ápareéé!I nuev~ fenómenos' y huevas opciones,
el iuicio político del manejo aqul 1 ahora de una sitúacióri, ,s 'mu'y
otro que el ¡uicio histórico que se hace aiando:ylt se conote:n los
resultados y las
rdacióJ;!es realmente ócürridas. .
·
· · · ' ·
Ahora entraremOs 'ert la pars d~ittueni, aquHtii 'que origina la
turbación al lectc
católico' y que está causada pór el vínculo, para
los autores
indestructible/que establecerl erltre la econpinfa y. tÍná
determinada forma política: AEri economía el métódo IJ.ve' tiene
como mótór principal la iniciativa ~anal es lb qúe se derlOJrulla
impropiamente capit'alismo -"-un· nombre tnás' exacto. setíá', 'por
ejemplo, empresarismo-.. ·. En-·politica·es la detnoéracia 'efectiva
en la cual los ciudadands ejercen su .. sob
rechos de delegación y de sanción» (58 ), declarándose' en estÓ se
guidores de M. Novak :que, para ellos, «ha den'íostrado ... [cómo}
democtacia y. capitalismO' son recíprocamente · dependientes : .. eHe
troceso, de uno se traduce rápidamente .en, la ·regresión, del otro»
(ibídem). Más .adelante ,..,.,.págs. 158 y sígs.-, explicitanín.
samierito de Novak. ·
El problema de fondo ·en este tema no es tan simple y empieza
en .el olvido de lo qud,ace ocho siglos, dijo el Aquinare:, «A dií'e,
reni.:ia de los espiritúaleS,Jos,bienes materiales:ÍlO puederl pertene
cer íntegra
ysimultánl'"ffiente más que a un~ . .(S .. Th, II1; q 2},
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JN,FORMA.CION BIBLIOGRAFICA
·a l,,ar 3.y'q 25, a' 4;,ar 2), por su.condición física, ligada al nú
mero, romo señala San Agustín, pues «los cuerpos, hasta los que
ocupan>elcmá~ ínfimo grado del ,ser, tienen sus números,» (De
libero ·arbitrio, II; 125) y esto permite ordeñarlos y medirlos segw,
grados de-preferencia en el-universo intencional del hombre, pro
pio
de: lás almas racional et ·«ctm,o, si_ en ellas -hubiera colocado la
sábiditl'Ía su trono, -de,de el que ,disponeiiodas cOias» (ibídem).
En este·universo intenciona:1 racional, lós bienes espirituales -'-el
an:ior; lá belleza, las virtudes, etc:-'-'- puedefi-1:ener «cantidad», ser
mayores &'menores, perd no están limitados pót el «número»: el
amor
de una níaclte a, su hijo, no dismjnuye el amor a los otros
hijos.
Por eso e(I )os 'bienes ri:fateriales hay problemas de distribu
ci&; o sea, ecoriiSíniéos, i¡ue son-pactables por naturaleza, mien
tras
Cjue fos bienes espultuales no lo son, sino que son jerárquicos,
Órdénables en un orden nó pactáble. -,_
"El olvido ele este,' ha producido dosértores ideoÍógiros en clis
urito sentido: el cllii:ursq social «progresista» ignora el «l!nrlte»
material
y p,!eten& una íusticia s_ocial coció distribución de «todo
y p¡¡ra todos» por igu"1,; por el rontr,irió, d discurso liberal indi
vidualista
ign_Qrl', 1a jerarquja de lo,s bieni,,s_'lllorales cambiando el
orden-del-bieri-objetivo en-subjetiyos órcleries-cle-valores que, como
ha demostradí:) K. J Airow -Social choice_ and individual values, ''. J. ·._. ~ _.., • .,,_, --. --·-'" ·.· ' '. . ,_ ' , . '., ' Ya!\!, UP~, no pueden reducirse en una élección democrática a
un único orden de valo,; satisfac1¡orio p¡¡ra todos, por lo que el
cttd<¡!O im¡,<;raote:ha de sér «dictatorial», bien impuesto por la fuer
za,,:__totalftiírisrnp,,-,
bien por latiranía clel número -democra
ga.,:...,. En la mqclern~ .sociedl!(I pluralista el_ «esta_do de justicia»
es
sustituido por un «est~do de ~o»; _un formalismo meramen
t<1j1;1i:idico (Kelsen) que liQStiene la· ideologla imp,;rante. Si esJa
ideología se
impone.por la-fµerza de los votos igualitarios de una
sotjedad de masas, que :1'<> _de,:«~sonas»,, es ·.el resultado de Ja
manipulación , por su_ cowljción emocional; ya _no racional. _
-
__ . ,En el d\scu,;so de. los autores d orden jurícli,o de una demo
!']'acia
formal. n0c rechaz~ n;iás que una «herejía»: la herejía.,eco
nómica del social¡smo: Excluida ésta .cteen .que el mero orden for
mal-. es suficiente: para no interferir el _ proceso económico .. Pero
esto,
¿ es suficiente? Obviamente este marco amoral tenía que ser
rechazado por la Iglesia como doctrina social
y pol!tica .determinan
te de lo
económico,' aunque· asegurase el ·crecimiento de la riqueza
social y aun el mejor reparto posible: la Iglesia no podía aceptar
la sustitución·del Bien-én-sípot el bien-iitil-o-déleitable como últi
µ,a referencia niara!. Y el unir, como proponen los autores, un
11JO
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I'N'llOR'MA-CION BIBLIOGRA.FICA
modo político ~la democracia ·liberal-· con• el desarrollo econó
mico con
un lazo indestructibk es, por lo menos, arriesgado.
Así,
v. gr., cuando dicen que .. «en káctualidad el corporati
vismo está totalmente desprestigiado
· por· el uso que de él hicie
ron los regímenes de Mussolini, Petain y Sajazar ... resulta que ese
9rden social. cristiano· convenía demasiado,~ dictadores cuyo itnpe
rativo era la estabilidad def poder más ',!Ue ef desarrollo econ6mi
co0social» ( 67), están haciendo un juicio:de intención político más
que
un análisis de posibilidad econó¡nico, además· de poner· «el
desarrollo
económico-.social» por encima del orden político-social,
lo que es, por Jo menos, discntihle. Y, además, olvidan gue con
el fascismo, guste o no, en el
ter,eno económico se hizo la Italia
moderna e industrial, igual
que la España de Franco, aunque no
ocurriera esto en el Portugal de Salazar, N'o puede admitirse, aun
que así
lo diga M. N'ovak, «que .la economía .llamada .capitalista y
la democrllcia están estructuralmente ligadas» ( 160), proposición
cuya falsedad histórica salta a
la vista con sólo recordar el creci
miento de la potencia industtial · alemana bajo el Imperio y Bis
mard:, el «Canciller de Hierro», con una mµy discutible déinocra:.
cia, asl como su auge·económico bajo Hitler, que le· permitió de
rrotar
a la Francia·& la tercera Repúblíea y tesistir años de acosó
be1ico de los aliados. Mutatis mtitandi, Ígual piiedi, decirsé de
el Japón militarista de antes dé la 'II .Guerra Mundiiil o dd Chile
de Pinochet.
Esta distorsión de
la visión · de los autores viene determinada
por algo que, ahora, al esctibk estas líneas (agosto 1991). es evi
dente: era
ju~tificable el temor al poder. soviético ctel «socialismo
real», pero éste ha demostrado ser tm ,,huevo hüeto» y, como dijo
Th.
Molnar hace· áílos, «el marxismo era ,:u\'cadáver putrefacto e
insepulto que había que
enterrar»-; que és lo que · ahora se ha
heého. Dejando en ridículo a los intelectuales prO¡lteSistas, ·ª los
clérigos
liberadores y á los ingenuos teóldgós o .Pa.store¡¡. qde in
tentaron sustituir la. teología por. sociólogia y, ló qué, es peor, por
mala sociología. . . . .. . .· . . .
Pot eso la tesis del libro; siendo básicamente válida :,-;no es
admis,ible la ignorancia de .la cienc)¡¡ económiCl\:-n¡:, I¡.ecesita re
clamar el «sistema trinitario» ( 157 y sigs.') propues.to por N'ovak,
que· pretendén .mediante
el «agregado 9eÍ ºcon'ipo~ente "~spfritu"
a los dos compo~entes,, "dernoctaci:i'~ y, "capitalis~o" .. ,. _et.pro
greso social que tiene, por asl decirlo, .tres dimensiones: un siste
ma político respetuoso del individuo en sus dereéhos a la vida, a
laübertad y a la búsqueda del.desarrollo integral ene! sentido:que
lo entiende el papa;
un sistema económico en el cual las decisiones
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INFORfJA·c,oN BIBl,IOGJt1t,FlOA.
están descentralizadas; es-decil:, donde predomina el mercado; un
sistema cultural insph:ado por los prlncipids . de libertad, justicia y
honestidad, responsabilidad y contribución a la comunidad» (161).
A no ser que las palabras -clave -que aquí hemos subra}'a
do--,-
se· entiendan. en. «en d. sentido que loe entiende el. papa», ·es
d~, como valores: objetivos. basados en la verdad y, por ende,
por ellcima de un cónsenso electoral, fruto de la'sanción de lama
yotía sobre la ·cual el «contenido» de esas palabras -'-no es,obvia
mente,
lo mismo el contenido de la libertad, la. ;usticia y la hones-
tkiad. en un materialista que. en el cree en un Dios Creador y Su
premo ,Ordenador--'--, pues, como ahora dice .d papa, «excluyendo
los
.valores espirituales ... al negar su existencia autónoma y su
valor. a
la. moral y· al derecho, así como a la cultura y la religión.,.
coincide con el niaodsmo al reducir totalmente al hombre y a la sa
tisfacción
de las.necesidades materiales» (Centesimus annus; § 19).
lo. cual vemos es lo que. ahora ocurre en. España en régimen de
«democra,ia formal». ... . . .. . . . _
. Par"' alc;mzar
un .. ,icapit¡¡lii,mo democrático y ético» { 171) que
p¡;oponen los autores,.es prepso defWr en sus p_ropios ám,bitos.qué
sea
la democracia polltiq1; y cu'! la étira propuesta, así como el Qr
den de las relaciones entre.ellas,· Y es de tenier:que la,propuesta
de una demc;,cracia. c¡:,tólica que pretenda que la. n¡oral cristiana
está'por eÍicin:\a. del copseJ!SP ele\)to,ra] y sea C0\15tituida como mar
co determinante
de la ortodoxia pública vigente, sería hoy recha
zada como «totalitarismo religioso» pqr los autotitulados demó
cratas' de todo el mundo,: pues, como se!íala D. Bell' --en una
11bra (3) que cit;ui, pero nq eii este locui-, «el catqlitjsmc, tradi
doruil
y .el comuJlis¡nq conten1pciráneo, 'puesto que preteoden estar
en posesión de la verdad, cal$,c;¡n, a todos Jcis que están fuera de
la fé. cóino víctimas de =qres y heréjías q,ue deben, ser combati
dqs ... El liberalismo rechaza esta doctr~a porque pone de relieve,
no los aspectc>s comunes d~ los hombres, sino su diversidad como
individuos y como grupos». . -. . · ...
El capítulo VII --'-«'¿ El socialismo puede servir de doctrina
económica de
la Iglesfa?» (173 y sigs,)-es al¡!o hqy sobrepasado
P?r la hli(~oria tras ~gos~o de 1991, Pero es interesante su alusión
id tema a~p,ecad{tde)a,s eJir1t,tur,;r ~~ P_ecado que_ se e.studian
en la Solltcttµda r~z. !aetalis y la Reconcilzarzo et poenztentza, &,n
de se eó'seña qué és,ta «se fundatl en el pecado personal y' por con
siguiente,
están siempre.únidas·:a .actCJs concretos .de las personas,
que las introducen y ha.cen. difícil su elimin:acion}> (176), sea en
(3f-D. BELL: Las confradi~iones -~Ufturales de~· capitalismo, Alianza,
pág .. 261.
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fN_J:Q~,4CION-·BIBLIOGRA-FICA
un régimen_ de economía J¡bre o sea sQ<;iali,zad,¡., Es, precisainente,
la «negación del pecado» ( 178) que los autores ponen comQ :«&e
glll)do pecadq social¡sta», ¡¡lgo inherente-a tc;,\la la ,civiliz~ción mo
derna de raíz inmanente que,
sigui!'lldo, ,;, Spip,~a,cc:-TrJ!l(Jdo ,Po
lítico, II, §§ \8 y,19...,,,. soslien_e que.<(el p«ado.sók} puede.darse
en el Estado» al desobedecet l¡¡s l(eyes,civiles, úni'"'8. admisibles,
que han de prevalecerpor encima , de las COllcifencias indivkluales
-Hegl, Marx, Kelsen-, siendo indif"'""'1te $Lel podet político
se funda en
. «el consentinúento común» td"ltlocracia) se flll)de en
«el decretó»
totalitario.{,Spino~a, loe. cit.) .. , .: i - _ ,
Pero es obirio q1,1e «eLsoci¡ui~o no puede s.et_ la doe,trina eco
nómica de una, Iglesia que s,e, p~é pc¡r el. ~sar¡;o)lo y Ja ~'f',ld_a
real a.los pobres l?Pr.una eii:tjenti: razón.sufi901)te,.1el,~ocialis1f10
es incapaz d<; prc;,\lucir desarrollo» ( 189). Siempre ~Y que_ tener
presente que .«en !~ vida de la sociedad len¡pq,ral,la \;Ual .,,-,como
indica
la palabra misma-pertene<;e a la ¡;eali todo
Jo que _conlleva df im~ci y pi:ov~fonal» (Centesimus
annus § 25), nos advierte hoyeJ papa, porque «el hombre tiende
al blen, pero también. ~s \"!Paz del mal» (ibidem) y asi, cualquier
sociedad
PQ)itigt, :que tie¡ie, su Pf leyes,
.nunca podrá conf,iñclirse, ~n el. Reino de Piós», (ibídem).
Tras esto, en. el último capifúlo es donde píden al Magisterio
que se
pfonuncje sobre los principios, morales de la: S~pientia rei
oeconomicae, né<:esatlo ccin¡pl~tc;> de, la «cues#ón. socia)» . ir de
la doctrina social<:lé_lalglesia, ccinclusión quesuscyÍgílµ~ con todo
el entusiasmoposible., . , '. , , ' .. ·. , ' :
ANróNIO .SEG!raA FERNS,
Pedro de fu H,erranz-Fema,u)t, Comminas: URGENCIA >
DE LA CATEQUESIS, :FAMILIAR(*)
Pedro de Ía Herranz es docto~ en,. Filos¿fía y licenciado en
Derecho. Coordinador
de J~l;'l!1ación religiosa d~ un gtupo de co
legios católicos, tíen,e publicados nun¡ei-osos libros sobre enseñanza
de
la relig:i6n y 4 cafequesis., , , · . ,
Femando Corominas es d~or en_ Ingeniería naval y,lleya más
(•) Edicionos P¡tlabra, colección. «Hacer Filosoffa»,c Madri'4 l991.
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Jacques Paterrwt;.Gabriel Verakli: ¿ESTA DIOS CON'.['JtA
LA ECONOMIA? CARTA AJUANPABLOII(*) .
La lectura de este libro es, a la vez, excitante y turbadora. Ex
citante porque, escrito
inmediatamente antes de la caída del «muro
de. Berlín» y del «socialismo reMI>, se refiere al mundci que nos
toca vivir; turbadora, porque es una crítica de algo que nos con
cierne
fundamentalmente: el c6mo. se ha leído en la práctica la
doctrina social de la Iglesia. En la contraportada de la edici6n · es
pafiola se lee: «Los autores de;esie .libro, que Sl)n cat6licos practi
cantes y
adniiradores def gran ¡,itpa'Juan Pablo II, se dirigen di
rectamente a él párii decir a la Iglesia, a las Iglesias: La igoorancia
de las realidades
económicas hace que las instituciones cristianas,
creyendo
servir a los pcibres, · cootribuyan a lapobréza, al subde
sarrollo». Obviamente, esta actitud ha
escocidci a los aludidos y,
como dicen los autores én la «Advertencia» a los lectores· de la
edici6n española,
"la edición francesa de nuestro librq· ha conmo
yido
hasta en las más altas instancias de la jerarquía eclesiá~tiica,
que lo creyó un ataque contra la doctrina social lle fa Iglesia ...
· Por el corittafio, nos adherimos totalmente a la doctrina social;
lo que criticamos es, ímitamerire¡ el discurso ecón6mico que se
mezcla en ella». Podemos añadir que la «doctrina social», enten
dida en
el prístino sentido leoniano de «la cuestión obrera», es
decir, referida a las relaciones· entré 'los factores de la producción
económica, trabajo y capital, necesariamente tiene consecuencias
ecori6micas, por
lo que ·ilo es c
como-correcta y,a la vez; recha>:ar como errada
o comó insuficiente una determinada p~uesta económica para ha
cerla electiva, por buena que sea la inl!ención· de la' misma;
El desarrollo de la obra ·es alternativo: ·por uil lado expoiae el
discurrir histórico de la doctrina
social católica; por otro, la rea
lidad económica, mostrando las tesis de los autores.sobre el tema.
(*)' Planeta, 1991. Citas de pági.tias entre paréntesis.
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INFORMACION BIBLIOGRAFIC.A.
Con tal visión, los comentarios históricos son agudamente críticos,
no con lcis principios doctrinales, sino con las interpretaciones de
ellos según diversos
-y aun cualificados--- expositores. En los
capítulos temáticos
-II y III y, sobre todo, VI y VIII-expo
nen, sin grandes pretensiones cietífkas y con lenguaje sencillo,
los principios de la
ciehcia económica que están"involucrados en la
,problemática social: el reparto social de los bienes económicos y
el desarrollo productivo. Obviamente,
dentro de la unidad temá
tica, y de propósito de toda la obra, también hay .diyersidad crítica,
según se toque lo histórico o lo 01entífíco. · · ·
Empiezan señalando cómo «ei problema se presenta excesiva
mente complejo y oscuro. Cuando se interroga a
la mayoría de
los sacerdotes
de nuestras parroquias acerca de este tema, suelen
éom~ar ~n ,;espuestas estereotipadas; Juego dejan t,aslucir una
incomprensión
más o .menos ansiosa. y ·~aban por xefogiarse en la
co!lfianza.de sus superiores y en Dios» (13). L9s resultados de este
modo
de. abordar la doctri!ÍI!, so\'Íal, han c!k:hQ:irunediatamente '!fi·
tes, «han contribuido -y ello ~uede dempstrarse--a alej¡ir a mu
chos fieles y hacer que la .descpstianización pr9gresara de ,una ma
nera
dramátiéa» (ibidem), )lábié!ldóse impui;sto en grandes secto
res de
la Iglesia una visión de :la doctrinác social .que· «sería más
<=eta llamarlo cristianis~O:.l'!J'inismo» ( 12.) y cuya expresión so
ciopolítica fue la «teología efe ,laJiberación», tomada como «semi
lla» de una «nueva Iglesia»,. partieodo de una eclesiogénesis revo
lucionaria que,
nacida eo Europa, es implantada en .el Tercer Mun
do y desde allí propuesta como la autétrtica lectura de la doctrina
social católica.
, . , ~. ,, , · . . ..
Para los autores se trata, !lada menos,de la posibilidad de «d
segundo gran cisma de Occidente» l<;> cual, n<:,:esariamente, originó
d «contrataque»
dd papa Juan, )?ablo II que «multiplicaba l,¡s
advertencias y ern;eñanzas» (20).sdest1lcando las instrucciones pu
blicadas eo
1984 y1986 ¡,orla Congregación de.laDoclrina de la
Fe sobre la «teol9gfa de la ·liberación», d9¡¡de se aborda una pro
blelll\ÚÍca que fue muy peligro,,a en sl\, día, pero que ahora, tras
d derrumbe
del socialismo, real ·en agosto,,d,e 1991, ha ;quedado
fuera de órbita al descubrirse la realidad social, de econo¡nías no
subdesarrolladas .. en. los país~ donde, l¡a imperado: d .«socialismo
real» que las teologí.as . de la liberació¡i propoolan como paradigma
a causa del «ánálisis marxista» que hacían de la realidad socioeco
nómica.
La tesis de. toda la obra está contenida en estos párrafos: «Des
de los comienzos de la civilización hasta finales
dd siglo XVIII la
producción de bienes materiales ha permanecido estable y baja en
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INFORMAClON BIBLIOG-RAFICA
la totalidad del· planeta ... P.osteriolitnente, la revolución ind,ístrial
ha permitido producir una masa creciente de bienes y e,¡uipo,r: en
una palabra,
ehnmdo entero vivia ewlo,q,re nosotros <:O
delo económico y pollti®'tot
con la energía artificial, el: mode> é:a'pitallsta ,de•finandación
y p.oduéci6n: ... Allí donde funcioni;:,es,te tipli' de bcrmoii,¡a,,, fa,pro
porción de
pobres no d.;;ja de dismlriÜir y hasta los· desfavorecidos,
parados y marginales; sé benefician.,, Por primera vez eó. la sl,isto
ria, el rico puede•entlqueeerse sin empobrecer a lós:.deó.iás, sipo,
por el contrario; enrit¡ueciéndoles también a ellos:».( 4,n,Antes, «la
economía era W1 :juego de, :s11ll1a prácticamen~ .nusla, ,Ja aeaciiln
de
riqueza próxima a ceró, · y -uno no•·t,odfi enriquecerse sioo 'a
través del 'empobrecimiento del., ótro;· U. suma •de· ganilncias :i •pér
didas se anulaba; entonces, ¿cómó'M condenar,a:,aqúcl,qmfanmmú·
!aba bienes, puesto que "segaba á!lll ''donde n~ había :sembra'
W~(~~ , ..
Esta presentación del tema muestra· cómo los principios inniu
tables de· la moral cristiana . sobre la justicia precisan el acomodo
a diversas situaciones existe11ciale8; por:: él contrario,. -~la \Eticá
idealista del siglo pasado ha olvidado y negado la. détetminabili·
dad de lo moral por la realidad» ( l), :nos dii::e J. Pieper¡ darido
lugar a
-las utopías. socioecon6micas que son las que los autm:es
quieren evitar en la: ,interpretación ,de, la doctrina .social e,¡tóli-
el simplismo estructural de una economía primitiva.· es fácil de
captar en una visión ingenua
, é inmediata por todo homb~, los
principios y
mecanismos de' llll8. economía muy. tecnificada no ,pue
den aprehenderse. sin precisos conocimientos . especializ,¡dos: . Por
ende, lo que evidentemente no es iurto -~· ,el-.aplicar aqullós inge
nuos
aiterios de reparto de "Sl"Seces -,que eso es ;la ecqnoi;úa-,,-,
segÚn la «cuenta de [a vieja», a Jas complicai:li,s interacciones de
la economía
moderua; Por muy buenas inten\iones. que "" tengan.
Y o¡¡to es lo ocurrido se:gÚn los autor~ y as(, [os es~os de
nuestro papa han estado.
«mmados, neu,tr,¡;lizad95; por ll_11, guna en su concepción del mu,ndo, No es un déficit pei:~nal, pqr
cierto: la Iglesia ~nte,;a ha padecido gr,av.,, daños y, peor ;,.ún, los
provoca
involuntariamente,porq11e no con¡prende .. nada: de ... econo
mía. Las causas ylos efectos d,el desarrollo económico, los m~an.is
mos económicos
siempre.s~J~han es,capado».(24), Est¡¡. grav1cde-
. ' .
(!) JoSEF PmPER: El de;~ubrimiento de la Realidad, ÍUALP, 197{¡,á-
girul 94. '
1113
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IN_FORMACION., JJlBJ;,lOG/lA,FlCA
nuncia, -«turbadora"', =o. antes se die~, me,rece un .atento
comen;ário, El pa~,.dicen l<:>s.,autores,·«a·la opción.de ,muchos
episco.· ·. pados en favor,,de ,:m. so. ci.alismoro,ls .o menos larvado. , res
ponclió. cQO· su segunda ·:gran encíclica· consagradi a la e<;Ononúa,
desCl!,)ifkando igualmente al capitalismo y.id socialismo» {22). Si
la referencia·~ a la SQllit:itud,r,, rei socfa/,is,.. el: juicio no es exacto,
como.·
<;ollfirma" la. µltiµta
papa, refiriéndose a la «Labwem exercenf,.7,,,baBla·de ."]as .Uver;
slis Í-Ol'lllas.:de capitalismo»; refirién~e a),,mis.t¡10 "en un d,eter,
minada, senúdo», que ,en eb§:,·~ puntualiza CO!llo "favorecido por
él .>istema wcippolíúco.Ji),eral"_»,c.es cledr, c\entro del am9ralismo
ideológico
J.ibeya].; ,ahora IJllperante .én eLmundo tras.lar desapari
ción cleL~socia;lismo,:real»,
.i,,n el .que S\! 1'91'ela «u;ii\idad» (:Ben
tham,Stuátt Mlll) como.,:ú]tima y·~pretll!l;~erencia de,t9do bien.
Por ahora, señalemos aquí que las lecturas hechas cu!'Qdo se pu,
blicatonJ ~ .L«borem exercens ·y, ,]ji So(licit,µlo. ,rei social is, no cala
ban,
.. por lo general; el fonqo doctrÍ1lal de. eUas .. yJas redi1cian en
función: de ló&. a priori ideológicos del expositor,· fuera colecúvista
o .individualista, inteatando cargar· las· descalificaciones a la posi
ción ,contraria. Lo interesante aquí es la postura de los autores;
«Hemos.leído .minuciosamente Sollicitudo rei. socia/is. Entre las
idéas1generosas
y con frecuehcia,cdntradictorias,.las confusiones y
los silencios, ,henios encontrado ·de 'todas mruieras una certeza: la
ausencia flagrante· y. peligrosa, .de .una; doctrina .económica , de la
Iglesia» (27).: . . ·, · · , , . .
• ·
En Verbo ~núm. 253-254, págs., 363 y sigs.-, hace años, se
ñalamos• esta .. misnia'.deficiencil! pídiendó al S en et·desarrollo progreslvd de la, Iglesia en• estos •temas, diera
«una iluínirill
cdor» (384 }, desarrollo ifievitable si se quiete que la doctrina social
dé la Iglesia U
téláción. ton lás necesidades materiales; deberes· Y' derechos huma·
nos, es'decit, irujetos a la llinitaclóri materiál que implica la econo,
mfa·romó
reparto de eféliseces~, lleva·necesariamente aparejada
uriá doctrina ecD!!Ólnica que matt¡ue' los límit~ morales a la eco
·nometña' y t&>ría econónika; mera'ménté' matemáúcas. Pero sin
ignuriir estiis '•últimas ciehcias, legífünanienté autónomas en el ám
bito que les confiere el 9rden-del-ser·creado, pues «la ignorancia
en materia de economía es la causa principal de esta derrota» (30),
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION,BIBLIOGRA..FICA
dic,,n los autores, refiriéndose a. la claudicaciqn. ante el,1µarx,ismo
del discurso .de la ,Jeología de la liberación y pen~ál!liento afí¡:,.
En e{ecto, «tal ignprancia- le ha impe<:lido en principio co_m;
prender la revc,lución industrialy.jugat)lll· pap,el en elll\, lo,C\ll!J
es un gi;an prejui<;io, tanto para la. reJigión,.comp para la sociedad
contemporán¡ea •.•. y Ja.volvió .. vulneral:,le. a. las .tentaciones ideoló
gicas más
peljgrosas: ... JEIJ? l resulta tanio ¡n~ ~ágico por PJ\Ulto
la economía seconvieri;e en disciplina científica,.y e~ reconocida
como tal desde 1969 poi: el.Premio Nobi,l~'(ib,.idel/1). Qato que
esta visión
de. la ~9mía <;<>mo. ciencia .es . justamente la. ."°¡¡¡,;a
ria de la que t\lVP ,Marx, ;para qµien el obj~y9 J11e 1a 3.QP]jdón
de la economía, .. es, pecir, el in,tent\> pe ro¡npei:-eUimitl';.impuestc¡
por el Creador _en)l\S, leyes (científic'!") de. lo o:c;adq. M,= n,o
admite ot:ra dependencia,;pel hombre que Ja, del ,pr<>p\o hon;ibre;
« Un. ser no se considera. illdependienn; ¡,¡ienJras d~de .qe ,0tro;
y sólo .deja. de dep,en.der de-ot-ro .cuando, debe. su;.~stencia ,>.•sí
mismó~, nos dice ene! Manuso:ito de•l!J4!¡ --,QME N",)86,-. Es
bueno recordar
aql!Í esto que muestra la oposición, irreductjble · a
la
religión, subyacente en el pemál!liento socialis¡¡¡, .utopía., que
ahora.
-fracasada ·en la política,-pretende presen,tarse como la
auténtica lectura de la doctrioa social de
la Iglesia; lectuta, SQSPJ!,
chosiunente ·parecida,a las lucubraciones fantásticas .del.},fa,¡ifie:,,
to comunista. Los,,autdres ven· en, tal opción una. ideología, pues
«el tercermundismo ideológico subyacente-en :el discursc,-político
mundial no sólo.no puede,'sciprimir-la miseria, es que··tampocó
lo quiere» (34), porqué. ésta justifica situaciones revolucionárias.
-Pór esto, la posición ·que ·dice que· «ciencia sin conciencia' ei la
ruina del alma, ahora> débe rom:prender, scvpena de hacer• por sí
misma mucho
·daño a fa comunidad, que fa recíproca és ignahnente
cierta: Conciencia sin.ciencia es kruina»úbidem).• . · .· , .
Con esto entrah!os en el comentario . del. tema central . de la
obra,
en lo que - mijuitioc-'-ritme de aciérto ·y :di lo que creó
tiene de error. Bajo el título general «; Iglesia de lc5s pobres o
Iglesia
de la póbreza?», el capítulo•H,aborda el tema de «la ri
queza
y la pobreza», señalando cóiíi
«cuando en el Evangelio-se basca lecciones' y ·no argumentos, re
sultan muy eirplícitos . .c. Sin embargo, la pobreza tiene una impor
tancia partictilar en una religión que; mucho más que en las otras,
está centrada en
el amor. . . El cristianismo debe amar a Dios y a
los hermanos como así
mismo» (ibídem). Pero, en el discurrir his
tórico, «durante mil
ochocientos años la Iglesia no imaginó que
la pobreza, fenómeno normal, pudiera disminuir an díá; más-aún,
1115
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lNFORMAClON BlBLIOGRAFICA
desaparecer» (40), al pasar de:una economía cerrada, estática, a
otra
dinámica, abierta. Por lo menos entendida la pobreza como
escasez material; ya que no los pobres'cmnó indigentes de algo res
pectd a los más ricos poseedores de ese algo, pues en este sentido,
«pobres los tendréis siémpre con vosotros»· (Mateo, 26,' tl)c
A esto añade: «Ahora' bien/la Iglesia no supo éOm.prender ese
decisivo vitaje'.'histórico, No . cómprendió -ningUna ·
y principios cjue presidieron nuestro progreso, en principio
económico, después social» {41). Los autores dicen algo evidente.
Pqo creo qúe'\i>''dicen mal;pues sila jetárqula de lá Iglesia, como
hómbtes de su 'tiempo de formación· clásica, descalificaban· el cam
bio desconfiando' de fa nueva ·ecónomfa -y"no otra cosa, cuenta
Tdynbee, sobre Pedro el Grande, al que 'Considera el primer hom
bre•
moderno, que «páre<:Íá a lc,s ojos de un obispo inglés como
Burnet, o de ilil rey 'holanclés como Guillermo 11, y también a los
ojos
de un _átzObispo ruso tomo• Avvakum, utcincomprensible, y
por lo mismo desagradable lusus naturae» (Estudio de la Historia,
III, '.299)-'--fueron lo suficientemente• prudentes para no cerrarse
en lo doctrinal, dejando d desarrollo de lo técnico al pasd del
tiempo y juicio de la historia, como se ve leyendo los dócumentos
c;loctrinales
de la época. Los autores hacen un Juicio reductivo, como
ahora veremos, pues si en lo técnico hubo una. prudente <'-tal vez
'imprudente-expectativa, esto no cabfa respecto a lo .político
--'¡:,or ende, a lo" moral-,-. implicado en la .evolución sdcial de la
Rerum novarum, las cosas nuevas. de la moqernidad.
· No dejan de recónocer. esfo, pues explícitamente admiten que
«históricamente existen motivos ciréunstanciales bien conocidos
para tan c¡¡tegórico rechazd... El liberalismo m1:2daba frecuente
mente
el laisse; faire económico, q1,1e permitió al espíritu de em
presa desencadenar su poder transformador, en dejar pasar la mo
ral, etc.» ( 42) •.. La confusión, pues, está ert los «motivos circuns
tanciales»: obviamente, para
el capitaUsmo, o ,«economía de mer
cadg», como diée la Centes'imus c¡nnus, § 42, es «circunstancial»
el la'issez fa'ire moral siempre qué las leyes. establezcan una igual
compet!'flcia para todos,, porqµe igual significa el «poder transfor
mador del espíritu
de -empresa», y erttónces sólo es expresión de
el principio de subsidiariedad en
lo económico ; o puede tomarse
en sentidd absoJuto, postulando toda abstención del Estado ante
la «ley de la selv-á» de la competencia .. económica sin límites, in
cluso arite el «negocio del vicio». Lo grave es, pues, el laissez faire
en el terreno de la ortodoxia pública vigente, una neutra conside
ración política
y social de· Jas ideologfas que es ronsustahcial. y no
circunstancial
en el. discurso liberal político que es pura y simple-
1116
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INFORMA.CION BIBLIOGRA.FICA.
mente amoralismo social que nunca podrá set admitido por la
Iglesia.
Y como vimds en la Laborem exeraens, ·§ 8, la acepción
rechazada del liberalismo económiw ,es la que es «favorecida por
el marco sociopo!ftico liberal» donde e] vicio pµede ser un nego
cio.totalmente
Hcito; este capitalismo liberal no significa otra cosa
que entronizar
el bien útil o deleitable conío 'Úllico «bien» social.
Por
otro lado, la ignorancia de lo económico ha llevado a una
visión deformada
de la realidad a muchos calólicos. Así, señalan
cómo en publicaciones y .comentarios, hechos sin duda con la me,.
jor voluntad, su ignorancia eco)lómica Jes cegaba para no ve:r «el
aumento de la riqueza
general,, que, había permitido dar. mucho
más a mucha más gente» ( 43 ), donde imperaba .una ecollomía .ca
pitalista. Y que, donde aún subsiste el modelo socioeconómico
precapitalista,
como. ocurre en el ,tercer mundo, donde. continúan
las estructuras agrarias y artesanas tan añor,adas por muchos cris
tianos, es donde se ha anclado-la pobre¡,a g<:neralizada. Lo mismo
ocurre,con la tópica denlll),cia al «capitalismo,sa\vaje» sin recouo
cet. que, no sólo ahora, sino ya, desde el siglo XIX, ]a legislacióu
social iba, paso a. paso, corrigiendo deficiencias: recordemos las
«leyes antitrust», de «defensa de la competencia», las ordeu!l"Zas
laborales sobre sanidad, salarios y. vacaciones, la seguridad social
y fondos de
retito, etc., para _comprender que si ha ex:i¡¡tidp alguna
vez
-<:orno caso puntual, no coni.o teona generai-, atacar ahora
el «capitalismo salvaje»
es dar «a moro muerto, gran lanzada» en
un brindis
al tendido de sol. Una .lectura de las notas de.El Capi
tal, de Marx, muestra el' progresivo, desarrollo de. la· 1eglslaci6n
social y protección al trabajadori.Por !o demás, estas ·legislaciones,
más que debidas a luchas sociales
reivindicativas', son derivaciones
lógicas de
las «leyes 9-" los pqbres», anieces,óras de toda p9Htica
de protección social y que se dieron en toda la Europa cristia,
na (2). Lo mismo que e] aumento del poder adquisitivo dé los tra'.
bajadores,
además de un idéal social, . es . necesidad inéfudible de
una economía capitalista con
una «demánda solvente>> ásegcirada
como vfo
Keynes con toda .claridad. ' .. · . . _· ·
Por eso señalan cómo «el socialismo ha plagiado al cristianis
mo» ( 45) y Pablo-VI llega a decir 'que «el desarrollo se ha conver
tido en el nuevo
nombre-de fa paz»; y, hoy, el papa nos dice·que
«la obligación de. ,orisaghirse al desarrollo · de los pueblos no sólo
(2) Cfr. l), ~E• SoTQ: ,Deliberacl6n e_n la causa ._de los pobres, y J. DE
ROBLES: «De la o_rden que en_ algutiOs pUeblos de España.se ha puesto en la
limosii.a, para rem~ de IoS verdaderos ·pol?ris» (Ordenatizas -de 1523 de
las Cortes de Valladolid, Toledo y Madrid, I, Estudios Políticos, -Madrid,
1965).
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IN·Fé>RMACIOfti .. Ji[Bt.IOGRA.FICJl.
es UD· deber irtdividual y hasta. individualista, como sí fuera posible
réalizarlo por los esfuerzos aísládos de· cada uno (Sallicituda rei
sociális)» ( 46 ). Lo malo es·que, por laignoralicia de la ciencia. eco
nómica,. «por desgracia, si la ·Iglesia, \idmite finalmente que es. po
sible luchar contra la pobreza, preconiza mediosfacohereutes. Aun
.que S\Iscribe Jos objetivos del progreso social, no realiza el esfuer
zo de•c<'llllptender s,;,s mecanismoS>>>(ibidem). Y, lo peor,:es que
«resulta :muy ·diE!<:il combatirila herejía teológica cuando se com
parten las· ber cuales se funda
la· disidencia, religiosa»• ( 49. Aunque el ·contexto
del discurso se refiera, a .las,teológfas de.lál;iberaci6n de matiz
marxista,.
en estas citas !os autores repiten lo que dijo Santo To
más
de Aquino con un alcance mas generah «Es notoriamente falsa
la
opiní6n d,flos que sostienen que.es·indíferente, respecto a la
verdad de · la ·Fe, lo0qiie 'se piense ·d,da Creacl6n, siempre que se
tenga una opjili~n: cérterá de Dios:· un erti>r sobre la Creaci6n
pr9duce una idea fa)sa•de Dios» (C. G.1 66). •Lo cual es absoluta
mente lógicc por set,'. Dios el lmtór dé la Fe y de la ciencia, pues
«la
inVestigacióri · metódica en todos los campos del saber, si está
reáli:iadá' en una forma auténticamente científica y conforme á las
leyes morales, nunca será ámtraria a la Fe; porque· las realidades
profanas
y fas de la Fe tienen SÜ origen en. el mismo Dios» (Gau
diuffl étspes, 36); rio! dice el Coricillo Vaticano II.
· Ld inalo qué es que much~s de «ésas homilías económicas apa
recen forzosamente ante los ojos de los profesionales ... como es
péqilaciones de: instituciones irresponsables.,. no son dignas de
ctéctito y redunétilh en pérdida de prestigio y disminución perjudí
dál. de confianza y fe en :Oüesirós. sacerdotes y pastores ... y a no
se confiesa: ya no llily más peotdos capitales, sino s6lo el pecado
del
capital» (.53 }. · · .· ... · , ·
.
Esto .es un resm;nep. d~ la parte positiv~ clel libro: la denuncia
de
.un· evidente desconocimiento de la .ciencia económica instru
merito impresciridíbl~ de toda . doctrina. social. Por eso, ~o basta
con decir
qµe .«la)glesia sólo. da los prinqpios y sú ejecución prác
tic~ corresponde'
a los .fieles», si.esos «principios» son expuestos
e
mterpretado~,,¡x,mo concreta~. exigen~ \'(:on6micas que son,
además, incoherentes eritre sí
y wn r~ci611 a los fin~ pro¡:,uestos.
Esta
pars construens de la obra, la integración de lo específicamen
te más valioso del mundo moderno,
qµe es el conocimiento y la
acción
econ6mica racional <;>bjeto de fa .ciencia ~nómica, en el
corpus doctrinal· de la Iglesia coriio .explícitamente .reclaman los
autores al fin del libro, brindando inclusb un título para una posi
ble encíclica: la Sapientia rei economicae --capitule VIII-.. Las
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INFORMACION BIBLIOG.RABIC,4
críticas, .cqrtantes: y agudas, que ·hacen sobre lo ocurrido desde el
,siglo xvm ,sobre los ,efectos de esta def¡cienciil o .rerraso, de Ji< doo
trina eclesial, en buena pme son, desg~aciadiunente, ciertas.df, ex:
,:,licables, p¡¡es ell0$·Q1Ísmos no dejan de reconocer las r¡¡w,nes·del
redial!o
que hace la pioposición SO del Syllqbus . de. Pip JX ---',.j
el progreso, ,el liberalismo,¡¡ la sociedad.moderna»'---, pues•«his
tóricamente, .~ste11.,.,1¡,¡iotivps: circunstl!llci¡¡l,,s · bien ,conm:idc¡¡¡ para
un t.a.n categórico, x<;cl,azo. La .revolucipn in.dustrial habí~ llegado
al mismo tiempo qµe la rev:ol;iciqn política Y. c¡¡l!:UJ;al que comenzó
en . Francia y bahía intenta4I> aniquilar el cristianismo, proyecto
que
perseguíanlos herederos deck
acfos. de 178,?. ,Una concomí,
tancia análoga había unido. anres la ,i~ricippd<;l capitalismo con
la reforma protestante» (42). En otras ,palabras: el. «pro~so», el
«liberalismo» y la. «sociedad. mpdema», tal, e.orno éran enrend(clps
en aque,!la ép
los.
hacía aparecer como algo . PF . clistingu1ble de ellos. eotrt!. sí y
en relació;,_ con el aritlc±istianismo .. No otra es. fa' adtií,l actitud de
gra11de's sectores soci.ales ré'speéti,'a la 'energía :atamica qne; para
ellos, está
inevitahlémente unida . a la «bofü.bá atómica».· Cúando
anté los
hombres .ápareéé!I nuev~ fenómenos' y huevas opciones,
el iuicio político del manejo aqul 1 ahora de una sitúacióri, ,s 'mu'y
otro que el ¡uicio histórico que se hace aiando:ylt se conote:n los
resultados y las
rdacióJ;!es realmente ócürridas. .
·
· · · ' ·
Ahora entraremOs 'ert la pars d~ittueni, aquHtii 'que origina la
turbación al lectc
católico' y que está causada pór el vínculo, para
los autores
indestructible/que establecerl erltre la econpinfa y. tÍná
determinada forma política: AEri economía el métódo IJ.ve' tiene
como mótór principal la iniciativa ~anal es lb qúe se derlOJrulla
impropiamente capit'alismo -"-un· nombre tnás' exacto. setíá', 'por
ejemplo, empresarismo-.. ·. En-·politica·es la detnoéracia 'efectiva
en la cual los ciudadands ejercen su .. sob
guidores de M. Novak :que, para ellos, «ha den'íostrado ... [cómo}
democtacia y. capitalismO' son recíprocamente · dependientes : .. eHe
troceso, de uno se traduce rápidamente .en, la ·regresión, del otro»
(ibídem). Más .adelante ,..,.,.págs. 158 y sígs.-, explicitanín.
El problema de fondo ·en este tema no es tan simple y empieza
en .el olvido de lo qud,ace ocho siglos, dijo el Aquinare:, «A dií'e,
reni.:ia de los espiritúaleS,Jos,bienes materiales:ÍlO puederl pertene
cer íntegra
ysimultánl'"ffiente más que a un~ . .(S .. Th, II1; q 2},
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JN,FORMA.CION BIBLIOGRAFICA
·a l,,ar 3.y'q 25, a' 4;,ar 2), por su.condición física, ligada al nú
mero, romo señala San Agustín, pues «los cuerpos, hasta los que
ocupan>elcmá~ ínfimo grado del ,ser, tienen sus números,» (De
libero ·arbitrio, II; 125) y esto permite ordeñarlos y medirlos segw,
grados de-preferencia en el-universo intencional del hombre, pro
pio
de: lás almas racional et ·«ctm,o, si_ en ellas -hubiera colocado la
sábiditl'Ía su trono, -de,de el que ,disponeiiodas cOias» (ibídem).
En este·universo intenciona:1 racional, lós bienes espirituales -'-el
an:ior; lá belleza, las virtudes, etc:-'-'- puedefi-1:ener «cantidad», ser
mayores &'menores, perd no están limitados pót el «número»: el
amor
de una níaclte a, su hijo, no dismjnuye el amor a los otros
hijos.
Por eso e(I )os 'bienes ri:fateriales hay problemas de distribu
ci&; o sea, ecoriiSíniéos, i¡ue son-pactables por naturaleza, mien
tras
Cjue fos bienes espultuales no lo son, sino que son jerárquicos,
Órdénables en un orden nó pactáble. -,_
"El olvido ele este,' ha producido dosértores ideoÍógiros en clis
urito sentido: el cllii:ursq social «progresista» ignora el «l!nrlte»
material
y p,!eten& una íusticia s_ocial coció distribución de «todo
y p¡¡ra todos» por igu"1,; por el rontr,irió, d discurso liberal indi
vidualista
ign_Qrl', 1a jerarquja de lo,s bieni,,s_'lllorales cambiando el
orden-del-bieri-objetivo en-subjetiyos órcleries-cle-valores que, como
ha demostradí:) K. J Airow -Social choice_ and individual values, ''. J. ·._. ~ _.., • .,,_, --. --·-'" ·.· ' '. . ,_ ' , . '., ' Ya!\!, UP~, no pueden reducirse en una élección democrática a
un único orden de valo,; satisfac1¡orio p¡¡ra todos, por lo que el
cttd<¡!O im¡,<;raote:ha de sér «dictatorial», bien impuesto por la fuer
za,,:__totalftiírisrnp,,-,
bien por latiranía clel número -democra
ga.,:...,. En la mqclern~ .sociedl!(I pluralista el_ «esta_do de justicia»
es
sustituido por un «est~do de ~o»; _un formalismo meramen
t<1j1;1i:idico (Kelsen) que liQStiene la· ideologla imp,;rante. Si esJa
ideología se
impone.por la-fµerza de los votos igualitarios de una
sotjedad de masas, que :1'<> _de,:«~sonas»,, es ·.el resultado de Ja
manipulación , por su_ cowljción emocional; ya _no racional. _
-
__ . ,En el d\scu,;so de. los autores d orden jurícli,o de una demo
!']'acia
formal. n0c rechaz~ n;iás que una «herejía»: la herejía.,eco
nómica del social¡smo: Excluida ésta .cteen .que el mero orden for
mal-. es suficiente: para no interferir el _ proceso económico .. Pero
esto,
¿ es suficiente? Obviamente este marco amoral tenía que ser
rechazado por la Iglesia como doctrina social
y pol!tica .determinan
te de lo
económico,' aunque· asegurase el ·crecimiento de la riqueza
social y aun el mejor reparto posible: la Iglesia no podía aceptar
la sustitución·del Bien-én-sípot el bien-iitil-o-déleitable como últi
µ,a referencia niara!. Y el unir, como proponen los autores, un
11JO
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I'N'llOR'MA-CION BIBLIOGRA.FICA
modo político ~la democracia ·liberal-· con• el desarrollo econó
mico con
un lazo indestructibk es, por lo menos, arriesgado.
Así,
v. gr., cuando dicen que .. «en káctualidad el corporati
vismo está totalmente desprestigiado
· por· el uso que de él hicie
ron los regímenes de Mussolini, Petain y Sajazar ... resulta que ese
9rden social. cristiano· convenía demasiado,~ dictadores cuyo itnpe
rativo era la estabilidad def poder más ',!Ue ef desarrollo econ6mi
co0social» ( 67), están haciendo un juicio:de intención político más
que
un análisis de posibilidad econó¡nico, además· de poner· «el
desarrollo
económico-.social» por encima del orden político-social,
lo que es, por Jo menos, discntihle. Y, además, olvidan gue con
el fascismo, guste o no, en el
ter,eno económico se hizo la Italia
moderna e industrial, igual
que la España de Franco, aunque no
ocurriera esto en el Portugal de Salazar, N'o puede admitirse, aun
que así
lo diga M. N'ovak, «que .la economía .llamada .capitalista y
la democrllcia están estructuralmente ligadas» ( 160), proposición
cuya falsedad histórica salta a
la vista con sólo recordar el creci
miento de la potencia industtial · alemana bajo el Imperio y Bis
mard:, el «Canciller de Hierro», con una mµy discutible déinocra:.
cia, asl como su auge·económico bajo Hitler, que le· permitió de
rrotar
a la Francia·& la tercera Repúblíea y tesistir años de acosó
be1ico de los aliados. Mutatis mtitandi, Ígual piiedi, decirsé de
el Japón militarista de antes dé la 'II .Guerra Mundiiil o dd Chile
de Pinochet.
Esta distorsión de
la visión · de los autores viene determinada
por algo que, ahora, al esctibk estas líneas (agosto 1991). es evi
dente: era
ju~tificable el temor al poder. soviético ctel «socialismo
real», pero éste ha demostrado ser tm ,,huevo hüeto» y, como dijo
Th.
Molnar hace· áílos, «el marxismo era ,:u\'cadáver putrefacto e
insepulto que había que
enterrar»-; que és lo que · ahora se ha
heého. Dejando en ridículo a los intelectuales prO¡lteSistas, ·ª los
clérigos
liberadores y á los ingenuos teóldgós o .Pa.store¡¡. qde in
tentaron sustituir la. teología por. sociólogia y, ló qué, es peor, por
mala sociología. . . . .. . .· . . .
Pot eso la tesis del libro; siendo básicamente válida :,-;no es
admis,ible la ignorancia de .la cienc)¡¡ económiCl\:-n¡:, I¡.ecesita re
clamar el «sistema trinitario» ( 157 y sigs.') propues.to por N'ovak,
que· pretendén .mediante
el «agregado 9eÍ ºcon'ipo~ente "~spfritu"
a los dos compo~entes,, "dernoctaci:i'~ y, "capitalis~o" .. ,. _et.pro
greso social que tiene, por asl decirlo, .tres dimensiones: un siste
ma político respetuoso del individuo en sus dereéhos a la vida, a
laübertad y a la búsqueda del.desarrollo integral ene! sentido:que
lo entiende el papa;
un sistema económico en el cual las decisiones
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INFORfJA·c,oN BIBl,IOGJt1t,FlOA.
están descentralizadas; es-decil:, donde predomina el mercado; un
sistema cultural insph:ado por los prlncipids . de libertad, justicia y
honestidad, responsabilidad y contribución a la comunidad» (161).
A no ser que las palabras -clave -que aquí hemos subra}'a
do--,-
se· entiendan. en. «en d. sentido que loe entiende el. papa», ·es
d~, como valores: objetivos. basados en la verdad y, por ende,
por ellcima de un cónsenso electoral, fruto de la'sanción de lama
yotía sobre la ·cual el «contenido» de esas palabras -'-no es,obvia
mente,
lo mismo el contenido de la libertad, la. ;usticia y la hones-
tkiad. en un materialista que. en el cree en un Dios Creador y Su
premo ,Ordenador--'--, pues, como ahora dice .d papa, «excluyendo
los
.valores espirituales ... al negar su existencia autónoma y su
valor. a
la. moral y· al derecho, así como a la cultura y la religión.,.
coincide con el niaodsmo al reducir totalmente al hombre y a la sa
tisfacción
de las.necesidades materiales» (Centesimus annus; § 19).
lo. cual vemos es lo que. ahora ocurre en. España en régimen de
«democra,ia formal». ... . . .. . . . _
. Par"' alc;mzar
un .. ,icapit¡¡lii,mo democrático y ético» { 171) que
p¡;oponen los autores,.es prepso defWr en sus p_ropios ám,bitos.qué
sea
la democracia polltiq1; y cu'! la étira propuesta, así como el Qr
den de las relaciones entre.ellas,· Y es de tenier:que la,propuesta
de una demc;,cracia. c¡:,tólica que pretenda que la. n¡oral cristiana
está'por eÍicin:\a. del copseJ!SP ele\)to,ra] y sea C0\15tituida como mar
co determinante
de la ortodoxia pública vigente, sería hoy recha
zada como «totalitarismo religioso» pqr los autotitulados demó
cratas' de todo el mundo,: pues, como se!íala D. Bell' --en una
11bra (3) que cit;ui, pero nq eii este locui-, «el catqlitjsmc, tradi
doruil
y .el comuJlis¡nq conten1pciráneo, 'puesto que preteoden estar
en posesión de la verdad, cal$,c;¡n, a todos Jcis que están fuera de
la fé. cóino víctimas de =qres y heréjías q,ue deben, ser combati
dqs ... El liberalismo rechaza esta doctr~a porque pone de relieve,
no los aspectc>s comunes d~ los hombres, sino su diversidad como
individuos y como grupos». . -. . · ...
El capítulo VII --'-«'¿ El socialismo puede servir de doctrina
económica de
la Iglesfa?» (173 y sigs,)-es al¡!o hqy sobrepasado
P?r la hli(~oria tras ~gos~o de 1991, Pero es interesante su alusión
id tema a~p,ecad{tde)a,s eJir1t,tur,;r ~~ P_ecado que_ se e.studian
en la Solltcttµda r~z. !aetalis y la Reconcilzarzo et poenztentza, &,n
de se eó'seña qué és,ta «se fundatl en el pecado personal y' por con
siguiente,
están siempre.únidas·:a .actCJs concretos .de las personas,
que las introducen y ha.cen. difícil su elimin:acion}> (176), sea en
(3f-D. BELL: Las confradi~iones -~Ufturales de~· capitalismo, Alianza,
pág .. 261.
1122
Fundaci\363n Speiro
fN_J:Q~,4CION-·BIBLIOGRA-FICA
un régimen_ de economía J¡bre o sea sQ<;iali,zad,¡., Es, precisainente,
la «negación del pecado» ( 178) que los autores ponen comQ :«&e
glll)do pecadq social¡sta», ¡¡lgo inherente-a tc;,\la la ,civiliz~ción mo
derna de raíz inmanente que,
sigui!'lldo, ,;, Spip,~a,cc:-TrJ!l(Jdo ,Po
lítico, II, §§ \8 y,19...,,,. soslien_e que.<(el p«ado.sók} puede.darse
en el Estado» al desobedecet l¡¡s l(eyes,civiles, úni'"'8. admisibles,
que han de prevalecerpor encima , de las COllcifencias indivkluales
-Hegl, Marx, Kelsen-, siendo indif"'""'1te $Lel podet político
se funda en
. «el consentinúento común» td"ltlocracia) se flll)de en
«el decretó»
totalitario.{,Spino~a, loe. cit.) .. , .: i - _ ,
Pero es obirio q1,1e «eLsoci¡ui~o no puede s.et_ la doe,trina eco
nómica de una, Iglesia que s,e, p~é pc¡r el. ~sar¡;o)lo y Ja ~'f',ld_a
real a.los pobres l?Pr.una eii:tjenti: razón.sufi901)te,.1el,~ocialis1f10
es incapaz d<; prc;,\lucir desarrollo» ( 189). Siempre ~Y que_ tener
presente que .«en !~ vida de la sociedad len¡pq,ral,la \;Ual .,,-,como
indica
la palabra misma-pertene<;e a la ¡;eali todo
Jo que _conlleva df im~ci y pi:ov~fonal» (Centesimus
annus § 25), nos advierte hoyeJ papa, porque «el hombre tiende
al blen, pero también. ~s \"!Paz del mal» (ibidem) y asi, cualquier
sociedad
PQ)itigt, :que tie¡ie, su Pf leyes,
.nunca podrá conf,iñclirse, ~n el. Reino de Piós», (ibídem).
Tras esto, en. el último capifúlo es donde píden al Magisterio
que se
pfonuncje sobre los principios, morales de la: S~pientia rei
oeconomicae, né<:esatlo ccin¡pl~tc;> de, la «cues#ón. socia)» . ir de
la doctrina social<:lé_lalglesia, ccinclusión quesuscyÍgílµ~ con todo
el entusiasmoposible., . , '. , , ' .. ·. , ' :
ANróNIO .SEG!raA FERNS,
Pedro de fu H,erranz-Fema,u)t, Comminas: URGENCIA >
DE LA CATEQUESIS, :FAMILIAR(*)
Pedro de Ía Herranz es docto~ en,. Filos¿fía y licenciado en
Derecho. Coordinador
de J~l;'l!1ación religiosa d~ un gtupo de co
legios católicos, tíen,e publicados nun¡ei-osos libros sobre enseñanza
de
la relig:i6n y 4 cafequesis., , , · . ,
Femando Corominas es d~or en_ Ingeniería naval y,lleya más
(•) Edicionos P¡tlabra, colección. «Hacer Filosoffa»,c Madri'4 l991.
Fundaci\363n Speiro