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Número 297-298

Serie XXX

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Doctrina social de la Iglesia y progresismo católico

RAPA.EL GAMBRA
semillas de un mundo nuevo que, de otra manera, se quedaría a
la deriva. (Esta posibilidad negativa queda fuera de estas líneas).
Si pensamos y actuamos positivamente, Rerum novarum podrá ser
una brújula para el futuro.
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Y PROGRESISMO CATOLICO
POR
RAFAEL GAMBRA (*)
La llamada doctrina social de la Iglesia que defendieron desde
el siglo pasado pontífices
y autores cat6licos, coincide ---romo no
podía por menos-con la estructura social y el régimen político
que la Iglesia
inspiro a lo largo de los siglos de la Cristiandad.
Supone esta doctrina, ante todo, una fundamentaci6n religiosa
de
la sociedad con un poder que reconoce en Dios su origen y en
el Decálogo la norma inalterable de
su ejercicio. Propugna, en se­
gundo término, la familia como núcleo primero del entramado
social, familia basada en un matrimonio sacramental e indisoluble.
Defiende, asimismo, la propiedad privada con un carácter patti­
monial-familiar hereditario. Sostiene la asociaci6n laboral
y profe­
sional como medio de defensa corporativa y de representaci6n po­
lítica. Afirma, en fin, el principio de subsidiariedad en el conjunto
de la sociedad
y la funci6n meramente de gobierno y supletoria
del Estado. Todo lo cual coincide, salvadas las diferencias de lugar
y época, con la estructura· política que fue creando lentamente
la
Iglesia durante los siglos cristianos. Rerum n{jt)arum es, segura­
mente, la
más completa exposici6n de esa doctrina social.
La democracia moderna y los llamados Derechos del Hombre,
que proclam6 la Revoluci6n, suponen
la antítesis de aquella socie-
(*) Colegio Universitario San Pablo (Madrid).
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Fundaci\363n Speiro

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Y PROGRESISMO CATOLICO
dad y de ese modelo de reforma social. La democracia niega el
fundamento religioso de
la sociedad y del poder, haciendo emanar
una y
otro de la voluntad humana. Niega a la familia en su proyec­
ci6n temporal cuando elimina la libertad de testar y
la preserva­
ci6n de los patrimonios, y acaba disolviendo toda estructura
fami­
liar con su individualismo: el divorcio vincular y la igualdad de
sexos. Deshizo la agremiaci6n corporativa para dar paso, median­
te un régimen de opini6n, a los sindicatos políticos nacidos, no de
la cooperaci6n social, sino de la: lucha de clases marxista. Suprimi6,
en
fin, la noci6n de subsidiariedad al declarar al Estado fuente
única de poder y considerar a cuanto
no sea él como «poderes
fácticos», eliminables.
La Iglesia conciliar de nuestra época, al proclamar la libettad
religiosa como
detecho humano y hacer suya la Declaraci6n de
Derechos, rompe con
su obra milenaria y abjura de su doctrina
social, absolutamente incompatible con esa democracia a la que
las actuales jerarquías eclesiásticas se adhieren hoy sin reservas,
considerándolo
como el régimen normal y deseable para toda la
humanidad.
CAUTELAS ANTE EL FUTURO
,POR
!-.fANuEL DB SANTA CRUZ(*)
Los previsibles adelantos de las técnica_s de comunicaci6n van
a hacer al hombre
más sociable, lo cual no quiere decir que más
solidario. Cabe, pues, prever un mayor interés popular por la doc­
trina social y política de la Iglesia; ésta habrá de atender a más
cuestiones y especializarse. Quisiera advertir acerca
de esta espe­
cializaci6n, que es buena, pero que tiene algún riesgo que ya asoma
y que conviene corregir para que en el futuro no empeore.
(*) Historiador y publicista.
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Fundaci\363n Speiro