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Número 421-422

Serie XLII

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Rafael Gambra y la deformación nacionalista

INMEMORIAM
IV
RAFAEL GAMBRA Y LA DEFORMACIÓN
NACIONALISTA
Al preparar el envío de la ponencia pronunciada en Barcelo­
na en el último Congreso de la Ciudad Católica ("), me parece
oportuno añadir unas notas sobre la filosofía profunda de los
nacionalismos, a
modo de homenaje al eminente pensador RAFAEL
GAMBRA,
recientemente fallecido, y que durante tantos años habla
colaborado-activamente manteniendo la presencia del pensa­
miento tradicional en tantos ámbitos de la vida española.
En un iluminador trabajo titulado Patriotismo y nacionalismo,
publicado en la revista barcelonesa Cristiandad (n.º 160, noviem­
bre 1950, págs. 507-508), RAFAEL GAMBRA formuló un análisis pro­
fundo y fundamental sobre la génesis y el sentido de la ideolo­
gía nacionalista que me parece oportuno citar literahnente con
alguna extensión:
"Para los ilustrados, las_ diversas religiones ... eran visiones bur­
das, representadones populares de una más profunda verdad,
que es la comprensión radonal, científica, del universo. Y como
complemento de este nuevo gnostidsmo vulgarizado dominó, en el
ambiente de las luces, una filosofía de la historia según la cual se
va operando lentamente un proceso de racionalizadón en el cual
la razón va abriéndose paso a través de las nieblas de la ignoran­
da, de la superstición y de la creenda ".
(*) El profesor CANALS VIDAL, al enviar a Verbo el texto escrito de su ponen­
cia pronunciada en la XLl Reunión de amigos de la Ciudad Católica, celebrada en
Barcelona el noviembre último, ha considerado oportuno añadir unas considera­
ciones
en homenaje a RAFAEL GAMBRA. Aunque el texto integro se publicará en su
momento, con el resto de las ponencias, publicamos ahora estas páginas fmales
jllnto
con los artículos de MIGUEL AYUSO, MANuEL DE SANTA CRUZ y JUAN VAllET DE
GoTIISOLO (N. de la R.).
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"La actitud personal del enciclopedista, congruente con esta
concepción, habría de ser idéntica a la del antiguo ~otos» griego,
que fue heredada
por el gnosticismo: un aristocrático desdén
hacia las perecederas creencias del pueblo y del medio ambiente,
y la pasividad meramente espectadora del dniciado, que espera lo
que necesariamente y por sus pasos contados ha de suceder",
''Sin embargo, en el seno de la llustradón, swgió una voz
que, si participante del espíritu general del movimiento, ,era disi­
dente respecto de la Filosofía de la Historia ... fue la voz la J J
Rousseau. Para el autor del «Emilio», el advenimiento de la era
radonal de la humanidad no ha de venir por sus pasos contados,
en un lento pero necesario abandono de los ddolos,, JXlrque la
irracionalidad no es meramente un estrato previo que se trans­
formará en ilustración, sino que es causa del @al», del único
mal posible, origen de la perversión del hombre, naturalmente
bueno
... es preciso, en consecuencia, destruir esa sociedad para,
sobre
ella, edificar la mueva sociedad radona/,, en la que el
hombre, libre de estas influencias deletéreas ... recupere el máxi­
mo posible de libertad, y con ello de espontánea inocencia ".
''Entonces surge de un modo expUcito el espíritu revolucio­
nario, por oposición y en contraste con
el plácido espíritu enci­
clopedista que, simplemente, esperaba la evolución. Esta orga­
nizadón de la sociedad sobre bases racionales a partir de una
ruptura con el pasado debería realizarse, para ser lógica, sobre la
sociedad universal, o
al menos sobre un ideal universalista, 1:anti­
nacionab ".
«Sin embargo, contra la lógica interna del sistema, el consti­
tucionalismo dedmonónico admitió
y se aplicó a las nacionali­
dades existentes, estableciéndose para cada
nadón una Cons­
titución racional y definitiva> que tomaba como objeto y califica­
tivo, predsamente, el nombre de la nadonalidad. Entonces surge
un nuevo y extraño sentimiento que, como el antiguo patriotismo,
representa
una adhesión afectiva a la propia nación, pero que
no puede llamarse ya patriotismo, porque reniega de la obra de
los padres
y antepasados, y se funda sobre una ruptura con su
mundo y sus valores. Este sentimiento es el nacionalismo".
A continuación, GAMBRA señala dos características del nacio­
nalismo
como "nueva fuerza espiritual del mundo moderno": su
naturaleza teórica frente a la meramente afectiva y existencial del
patriotismo ... y su "absolutividad".
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"AJ paso que el patriotismo puede ser un sentimiento condí­
donado y jerarqul.zado ... en el nadonalismo la ,razón de Estada»
es causa suprema e inapelable, y la nadón o Estado, hipostasia­
dos, comunidad abstracta, constituyen una instancia superior si.n
ulterior recurso".
El fundamentado juicio de RAFAEL GAMBRA responde a un
conocimiento auténtico de las bases filosóficas y los condiciona­
mientos culturales
en que se gestó la doctrina nacionalista: el
Idealismo filosófico, elaborado
en el contexto cultural del Ro-
1nanticismo alemán. En esta. nota de homenaje a GAMBRA, no haré
sino subrayar los rasgos caracteñsticos
de este pensamiento en el
doctrinario del nacionalismo catalán ENRic PRAT DE LA RIBA, quien
en su decisivo manifiesto La nacionalitat catalana, afirma:
"Descentralización, autogobierno, federalismo, estado com­
puesto, autonomismo, particularismo, suben con el astro nuevo,
pero
no Jo son. Una Catalunya libre podría ser uniformista, cen­
tralizadora, democrática, absolutista, católica, librepensadora,
unitaria, federal, individualista, estatista, autonomista, imperia­
lista, sin
dfjar de ser catalana. Son problemas internos que se
resuelven
en la conciencia y en la voluntad de un pueblo, como
sus equivalentes se resuelven en el alma de un hombre, sin que el
hombre
y el pueblo dejen de ser el mismo hombre y el mismo pue­
blo por el hecho de pasar por estos diferentes estados".
No puedo dejar de recordar la indignación con que leía este
texto
de PRAT DE LA RIBA el Padre ÜRLANDIS, al dármelo a conocer.
Contiene
un juicio desorientado y desorientador que explica,
probablemente, muchas incoherencias internas
y debilidades en
las posturas políticas que ven en esto una inspiración de sus acti­
tudes pero, con su vaciedad e inconsistencia, el significativo
párrafo de PRAT DE LA RIBA es coherente con la inspiración filosó­
fica
que revela al escribir "la nacionalidad es un ,Volkgeist>, un
espíritu social o público".
Para los siste1nas idealistas en que se plasmaron estos con­
ceptos, este "espíritu del pueblo" es una más cercana y profunda .
expresión
de lo Absoluto que la fe o el culto religioso. Aunque
tal vez
PRAT DE LA RIBA no fuese plenamente consciente de ello, se
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había ciertamente contaminado e impregnado de aquellas dele­
téreas concepciones filosóficas.
Se explica asi que, para negar que la "unidad católica"
pueda ser admitida como explicación de la existencia histórica
de España, afirme que "es un contrasentido inexplicable hacer
de la religión católica, que es por su naturaleza universal, un
elemento de diferenciación de los pueblos. Por su origen, por
su fin, por su doctrina y por su misión social, la religión cató-·
lica es incompatible con la acción nacionalizadora que se le
atribuye". Podriamos observar aqui
el carácter abstracto y, en el fondo,
racionalista,
que atribuye a la catolicidad de la Iglesia, que siem­
pre, a lo largo
de su historia, ha asumido y se ha compenetra­
do en la vida histórica de los pueblos, de tal manera que no
sólo los pensadores católicos, apologistas de la fe y de la Igle­
sia
en los distintos pueblos, sino la misma autoridad jerárquica
de la Iglesia, ha hablado frecuentemente y
ha reconocido secu­
larmente su presencia generadora de tradición católica
en los
pueblos. Hace
poco tiempo, JUAN PABW II llamó a España "evange­
lizada y evangelizadora", y
nunca la Iglesia ha dejado de pro­
clamarse "generadora maternal" de la vida colectiva y
de la tra­
dición de pueblos como Italia, Irlanda, Polonia, Francia o Bél­
gica.
La Santa Sede ha dado el título de "Católica" a la Corona
española,
de "Cristianisima" a la Corona francesa, de "Fidelísi­
ma" a la Corona portuguesa, o de "Apostólica" a la Corona de
Hungría.
El pensamiento implícito del extraño juicio de PRAT DE LA RIBA
se pone más gravemente de manifiesto si continuamos la lectura
del párrafo
en que acaba de negar la posibilidad de la Iglesia
católica ejerza
una acción formadora de la tradición de un pue­
blo. Escribe
PRAT DE LA RIBA:
"Causa de individuallzadón social sólo podrían serlo las re­
ligiones antiguas, las religiones naturales, que nadan en cada
pueblo como los otros elementos de la vida popular, como el dere­
cho, la lengua.
No Jo podrá ser la religión de todas las naciones y
lenguas".
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La extravagancia de estas afirmaciones, desenfocadas y erró­
neas, pone ta1nbién de manifiesto que PRAT DE LA RrBA no era
consciente de que, en la filosofía inspiradora del contemporá­
neo nacionalis1no revolucionario, la negación o total olvido de
la transcendencia de lo religioso sobrenatural sobre la sociedad
y la cultura humana se apoya, precisamente, en aquella absolu­
tización
de lo inmanente. No se daba cuenta PRAT DE LA RIBA de
que, entendida como "espíritu del pueblo", universalizada y ab­
solutizada
en las filosofías idealistas, la nación pasa a tener el
papel de las religiones gentiles y a dar desde luego por "cance­
lada" la econonúa sobrenatural y divinizante
de la Iglesia cató­
lica, tnáximamente apta JJara ser orientadora y generadora de
culturas humanas.
FRANCISCO CANALS VIDAL
COLABORACIONES DE RAFAEL GAMBRA EN VERBO
N.º 15-16 (1963} "Socialización y socialismo".
26-27 (1964} "La democratización de la enseñanza media".
33 (1965} "La aceleración de la llistoria y el progresismo·
ca-
tólico".
51 (1967), ''Vivir la verdad: las virtudes cardinales y el hom-
bre moderno"
53-54 (1967), "Método
racional".
61-62 (1968} "Hacia una nueva estructura de la sociedad".
67-68 (1968} "Dos fragmentos de discurso en el acto de su ho-
menaje con motivo de la publicación de El silen-
do de Dios'.
70 (1968} "Recensión"
a FRANCISCO CANALS VID.AL: En torno al
diálogo católico-protestante.
73 (1969} "El mito del progreso: el progreso de la Wstoria y
el progreso en la historia".
77
(1969} "Recensión" a MANUEL ZURDO PIORNO: DeMouniera
la teología de la violencia.
78-79 (1969} "Maritain y Teilhard de Chardin".
81-82
(1970), "Recensión" a FRANcrsco SEGARRA, S. J.: Propagan-
da religiosa: nuevos datos
y aclaradones.
81-82 (1970), "Recensión" a JORGE SILES SALINAS: Ante la Historia.
85-86 (1970), "Enseñanza y educación".
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