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Número 421-422

Serie XLII

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Algunas precisiones y definiciones sobre el ceremonial

ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES
SOBRE
EL CEREMONIAL
POR
EDUARDO IGNACIO LLORENfE
SUMARIO: l. INTRODUCCIÓN.-11. PRECISIONES EN TORNO AL CEREMONIAL.-III. AL~
GUNAS DEFINICIONES SOBRE CEREMONIAL.-N. IMPORTANCIA DEL CEREMONIAL EN
LA VIDA COTIDIANA.-V. EXEMPLJ GRA11A.-VI. CONCLUSIÓN.
"Y, en verdad, que el trasladar los razonamientos a
hechos y no permitir que las palabras generen palabras,
sino acciones, es un signo propio de progreso, ya se ha
dicho. Una prueba de esto es, en primer Jugar, el celo
hada todo Jo que alabamos y el estar dispuestos a hacer
Jo que admiramos, pero no desear, ni siquiera soportar,
Jo que censuramos. "
PLUTARCO: Obras Morales y de Costumbres (MoraJJa).
84B. Madrid, Editorial Gredos, S. A., 2001, pág. 255.
Introducciones, Traducciones
y Notas de Concepción
Morales Otal y José García López.
RepeUUo et Deflniüo mater studiorum sunt
(ªLa repetldón y la defi.niddn son la madre de los estu­
dios"}.
l. INTRODUCCIÓN
Resulta tal vez difícil adentrarnos en el estudio de una disci­
plina sin antes precisar los alcances y objeto
de ésta, ya que es
verdad que en cualquier ciencia o saber práctico es pues impres­
cindible lograr llegar antes que nada a una definición de la
misma. Es por ello que cuanto más precisa, concisa e inteligible
Verbo, núm. 421-422 (2004), 119-138. 119
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EDUARDO IGNACIO LLORENTE
sea dicha definición, mejor entenderemos el objeto y el fin de la
ciencia, disciplina o saber práctico en cuestión.
Tomamos los vocablos enunciados anterior1nente de cien­
cia, disciplina o saber práctico
en el sentido más amplio de
los mismos, de acuerdo a las necesidades propias de cada es­
tudioso en la materia. Por consiguiente, cuando empecemos
a dilucidar ALGUNAS PRECISIONES y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMO­
NIAL, deberemos recordar tener muy en cuenta el sentido am­
plio y a la vez, por qué no, análogo de los vocablos citados
supra.
Tanto para el caso de ciencia, disciplina o saber práctico; pro­
ponemos atender a la siguiente definición clásica:
conocimiento
acerca de un objeto que busca su posible aplicación práctica en
una esfera de acción determinada. Lo interesante de esta defini­
ción es
que si bien toma su raíz clásica no deja de lado el ingre­
diente moderno sugerido
por el último tramo referido a " ... una
esfera de ·acción determinada".
En fin, es propósito entonces
de este breve texto el de en­
tregar al lector algunas herramientas y definiciones que pensa­
mos podrán ayudarlo a comprender e iniciru· un estudio más
profundo acerca de los alcances, objeto y fin del Ceremonial
caracterizado
-<:orno bien sugiere nuestro maestro el Embajador
Jorge
G. Blanco Villalta-por aspirar a una filosofía de vida, ele­
vándolo entonces a la categotia de todo
un "máximo ideal
ético".
Tal es la idea que en definitiva tenemos en la presentación
de este trabajo, trabajo sencillo
y escueto que -y como bien nos
recuerda el célebre refrán español sobre
"el que mucho abar­
ca, poco aprieta" -
no tiene otro sentido que ofrecer en forma
cabal
una definición extensiva y a la vez comprensiva del Cere­
monial.
A ello, pues, precisa y fundamentalmente nos atendremos, ni
más ni menos.
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
II. PRECISIONES EN TORNO AL CEREMONIAL
José Antonio de Urbina y de la Quintana, en su excelente
obra sobre "El protocolo en casa" (1) trae a colación una his­
tórica frase atribuida a
don Francisco de Quevedo y que dice
así:
"Te reciben según te presentas, te despiden según te com­
portas'. He allí1 querido lector, la síntesis más precisa en tomo
al Cere1nonial; considerando entonces que ya no es mucho lo
que podremos llegar a desarrollar en este breve texto acer­
ca del te1na en cuestión. Es que hay veces, en verdad, que
una pequeña frase lo dice todo ... en efecto, tal es el propósi­
to del maestro Urbina
al ejemplificamos la síntesis del ceremo­
nial en la mencionada frase histórica refiriéndonos: "Verás que
nos lo dicen todo sobre lo que debemos saber, sentir, practicar
y vivir" (2).
Como veremos más adelante cuando propongamos algunas
definiciones sobre Cere1nonial, es interesante
aclarar que-para
José Antonio de Urbina y de la Quintana "El Protocolo" (esto es,
a nuestro
modo de ver, "El Ceremonial") inunda nuestra vida coti­
diana, es más bien el Ceremonial "del hombre común" 1 de lo que
se llama "hombre de la calle" o ceremonial "del pueblo". Tal es
el sentido
que el autor otorga en su excelente escrito publicado
luego
de su exitoso libro "El protocolo en los negocios".
Ahora bien,
por su parte, el Profesor Aníbal Gotelli propone
ilustrar al lector sobre tres grandes etapas evolutivas del ceremo­
nial, que
pueden muy bien convivir hoy día: Ceremonial -Actos
de culto, Ceremonial -Arte, y Ceremonial -Saber práctico (3).
Cada una de estas etapas si bien guardan cierta relación his­
tórica, no creemos que sean exhaustivas ni rígidas; sino que, y
(1) Cfr. URBINA y DE LA QUINTANA, José Antonio de: El Protocolo en casa. Usos
y costumbres, ideas y soludones en nuestra vida cotidiana. Madrid, Ediciones
Temas de Hoy S. A., 1995, págs. 25-30.
(2) !d .. Prólogo, pág. 25.
(3) Cfr. GoTELu, Anibal: Manual de Ceremonial Empresario e Institudonal.
Buenos Aires. Revista Imagen, 2001, pág. 35,
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muy por el contrario, pueden muy bien subsistir -obviamente
bajo diferentes formas-en pleno siglo XXI.
De todas maneras, resulta más que interesante el enfoque ante­
rior del profesor Anibal Gotelli, pues éste al mismo tiempo tiende
a insertar una división más
bien práctica en tomo al ceremonial en
tres grandes grupos: Ceremonial Público, que es el ceremonial de
Estado u Oficial;
Ceremonial privado, que es el referido a normas
de comportamiento social, conocido también como "Etiqueta
So­
cial"; y por último, el Ceremonial social, que es aquel en que inte­
ractúan dos disciplinas, y
que hacen al mejoramiento de las rela­
ciones entre los hombres
en una comunidad detenninada (4).
Por último, es interesante subrayar también la importancia
del Ceremonial y las Relaciones Públicas, papel no del todo acla­
rado
en estos últimos tiempos dada la complejidad de las rela­
ciones humanas y de las sociedades "globalizadas" de esta última
centuria. ·Es esto, creemos nosotros, toda una asignatura pen­
diente al respecto que habrá de redefinirse en los próximos años.
IIJ. .ALGUNAS DEFINICIONES SOBRE CEREMONIAL
Ahora bien, hemos hecho en nuestro apartado anterior un
esbozo general acerca de los alcances del Ceremonial pero sin
llegar a definirlo, pues resulta
en máxima importancia en primer
lugar precisar y lograr acercar
al lector los alcances de una disci­
plina antes de
poder llegar a definirla.
En referencia a los orígenes del Ceremonial,
es el propio
Blanco Villalta quien
en sus primeros capítulos de su magna obra
Ceremonial nos introduce al Ceremonial civil y religioso del
antiguo Egipto, pasando luego a las etapas de las dinastías chi­
nas, la cultura greco-romana y la influencia y desarrollo definiti­
vo del mismo
en el "Imperio Bizantino" (5). Lo interesante del
(4) Íd., págs. 41-42.
(5) Vid. BLANCO Vlll.ALTA, Jorge G.: Ceremonial. Buenos Aires. Lugar Editorial
S. A, 1992 (2.ª edición actualizada y ampliada), Ca,pitulo Segundo: "Teoóa del
Ceremonial", págs. 47-61.
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
enfoque del autor en cuestión es el de lograr una imagen histó­
rico-temporal del ceremonial
en su evolución desde los primeros
rudimentos (esto es, las ceremonias
y ritos fünebres del antiguo
Egipto); extendiéndolo hasta lograr su máxima expresión
de
desarrollo en la cultura bizantina. He allí expresado pues una
suerte de "Ceremonial histórico"; que no es otro que aquel bau­
tizado
por d profesor Aruoal Gotelli como "Ceremonial -Actos
de culto" (6).
De todos modos, el consenso de los diversos estudiosos en
tomo a una visión histórica acerca de los origenes del Ceremonial
está dado
en que tiene su raíz en las antiguas y solemnes "cere­
monias" religiosas de Cercano Oriente, más precisamente en el
desarrollo de la civilización egipcia (7). Asimismo, podriamos
citar lógicamente la importancia
y el desarrollo ulterior del Cere­
monial
en la culrura romana; eje y centro del mundo durante
siglos,
y que supo imperar y a la vez propagar todo un estilo de
vida y de ser "latino".
Habiendo considerado entonces -y aunque sea esta vez en
forma breve y sinóptica-algunos aspectos históricos de la dis­
ciplina objeto
de nuestro escrito; pasaremos ahora si a tratar de
dilucidar una o varias; o bien "la definitlo" del Ceremonial.
Trataremos
de lograr una definición del Ceremonial conside­
rando antes que
nada dos puntos de vista que resultan más bien
singulares.· El primero, es una "consideratio ca priori» ceremo-
(6) Vid. GoTEUJ, Aníbal: op. dt., pág. 35; en donde el autor pa.sa a explicar­
nos
que este ceremonial " ... se halla íntimamente ligado a lo religioso. Son las
épocas del rey-dios, del rey--sacerdote y del poder misterioso y sobrenatural del
medicine man. Tiene vigencia desde los orígenes de la Humanidad hasta la caída
del Imperio
de Occidente y el advenimiento de la organización política bárbara.
La.s figuras centrales son los reyes y los sacerdotes. Por ejemplo, esta concepción
del ceremonial fue la vigente en el Egipto faraónico, en el Imperio Romano y en
el Israel veterotestamentario." Subrayados en el original.
(J) Cfr., al respecto, además del estudio clásico de BLANCO VILLALTA, Jorge G.:
Íd., Capitulo Segundo: uTeoría del Ceremonial"; y del trabajo de GoTEw, Aníbal:
!d., Unidad Temática l. ulntroducción a la gestión protocolar"; el libro publicado
por Espasa Calpe
de BERISso, María: Protocolo y Ceremonial. Oficial, Empresario
y Sodal. Buenos Aires, Grupo Editorial Planeta s. A. l. C., 2001 (2.ª edición); espe­
cialmente la "Introducción" y "El Ceremonial y el Protocolo", en págs. 27-30.
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EDUARDO IGNACIO LLORENTE
niEE!'; y el segundo es -como seguramente adivinará el lector­
una "considerati.o «a posteriorb ceremonire".
En un escrito de nuestra autoría, publicado en esta revista
con anterioridad, nos referíamos a las relaciones entre la Política
y el Arte del Ceremonial (8); ilustrando al respecto
en que el
hombre, tomado en sus caracteres de "animal social y político"
de acuerdo a la argumentación aristotélica sobre la materia;
ha
aprendido y aplicado a lo largo de su existencia como tal ciertas
costumbres, reglas, principios o normas
de validez universal que
en esencia no constituyen otra cosa que el ceremonial (:)).
Sea tal vez esto adelantarnos un poco y entrar de lleno a una
"definición" del ceremonial; pero esta no es nuestra idea al res­
pecto; sino que,
por el contrario, el párrafo anterior a lo que hace
1nendón es más bien a un "consideraüo ca priori» ceremonia/', lo
que se traduce co1no la consideración anterior (intuitiva) del
ceremonial; que es lo que ya mismo pasamos a tratar (10).
• con~ideraüo "a priori,, ceremonim
Vamos a tratar de entender el término "Ceremonial" conside­
rándolo "a secas"; esto es, lejos
de toda significación valorativa o
relacional. Como hemos dicho, el ceremonial o la ceremonia es
(8) En efecto, tal es el título del escrito publicado. Vi'd., entonces "La Política
y el Arte del Ceremonial". Verbo, Serie XXXVII, núm. 365-366 (1998), págs. 471-
481. Madrid, Editorial Speiro S. A., 1998.
(9) Íd., Introducción, pág. 471.
(10)
Quisiéramos, y si nuestro atento lector nos lo permite, efectuar ante
todo una salvedad: el término o vocablo "Ceremonial', que proviene del original
latino
ceremonia/aa; es más bien un término equfvoco/multívoco, ya que el mismo
posee diferentes acepciones. Ergo, resulta necesario e imprescindible resaltar su
aspecto multivalente a efectos de no entrar en confusiones. Lo que sí está muy
en claro es que no podemos forzar al mismo, id est, al uso del vocablo "Cere­
monial' hacia un sentido "ané1.logd'; pues creo que "esencialmente" hablando no
le corresponde y sería por otra parte un crimen injustificado el forzar su uso hacia
dicho campo inexplorado, esto es ni más ni menos que el "bosque impenetrable"
de la analogía; de la que no muchos pudieron ya escapar.
Tomo el uso de las palabras ''término" y "vocablo" como sinónimos para no
inquietar más al lector.
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
ante todo "algo propio del ser humano, algo inserto in princi­
pium en su forma de ser hombre". Es decir, que el hombre; ade­
más
de ser un animal político por excelencia -el famoso zoon
politikón-de Aristóteles; y de vivir en sociedad, en su condición
de criatura· creada por Dios y en cuanto al fin último al que éste
debe aspirar; es -y aunque cueste creerlo--un "animal cere­
monial o ceremonioso" (11).
Es este último aspecto entonces que nos gustaría resaltar:
sobre que el hombre, considerado "a secas", "a priori'¡ es esen­
cialmente hablando
un animal social y político; y accidentalmen­
te (agregaríamos
de parte nuestra) ceremonial.
He allí explicado el sentido y significado de la "consideratio
ceremonJFff' (12).
Ahora bien, en cuanto a la "consideratio
nire" refiere; podemos decir que este enfoque privilegia princi­
palmente su carácter relacional y a la vez práctico
(en su acep­
ción ejemplificadora) del Ceremonial; el cual pasaremos a conti­
nuación a explicar:
• consideraüo ªa posteriori" ceremoniie
Es ya con este enfoque en que podemos pasar a considerar
al Ceremonial
como Arte y saber práctico. De cualquier forma, y
sin ser intención nuestra aventurarnos más allá del mundo cono­
cido, cual nuevo Cristóbal Colón
en busca de las Indias; podre­
mos llegar a presentar al Ceremoriial ". . . como una filosofía de
(11) Cfr. Pfo X (San): Catedsmo Mayor. Buenos Aires, Cruz y Fierro Editores,
1993
(Primera reimpresión), Parte Primera, Capítulo 11, 3, Del Hombre, nros. 49 y
56, págs. 19-20; en donde -como cristianos-se nos enseña que: "La criatura más
noble que Dios ha puesto sobre la tierra es el hombre"; agregando también que
u ••• el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios porque el alma humana es
espiritual y racional, libre en su obrar, capaz de conocer y amar a Dios y gozarlo
eternamente: perfecciones que son un reflejo de la infmita grandeza del Señor''.
(12)
Que, y por lógica, no es otro que el enfoque clásico de la política como
"actividad humano-social" trasladado al ceremonial. In condusio, el ceremonial
"a priod" es una actitud propia del ".ser humano", un comportamiento inherente
al mismo en su condición personal y racional de "criatura" creada por Dios.
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vida, como un ideal ético, por asi decirlo" (13). En efecto, tal es
el sentido
que a propósito ilustra el Embajador Jorge G. Blanco
Villalta.
en la obra de referencia (14).
Tomando, pues, este
punto de vista del Ceremonial conside­
rado ya como Arte o saber práctico; lograremos insertarlo
en tres
grandes ámbitos del accionar humano, a saber: primero, el ám­
bito de aplicación público, luego el privado; y por último, el
ámbito
de aplicación social (15). De allí, que las diversas defini­
ciones traídas
en este apartado involucren una, o más (en con­
junto o tomadas
en forma aislada) de las tres esferas enunciadas
con anterioridad.
En nuestro estudio anterior propusimos la definición
de Her­
nando Calleja para explicar lo que es el Ceremonial. Creemos
hoy
en día, y al redactar este pequeño trabajo, que dicha defini­
ción
no sólo es restringida a un ámbito de aplicación Oo cual
resulta excelente) sino que peca
en gran parte -y aunque parez­
ca
mentira-de fundamento (16). A fin de subsanar nuestro error
(13) Vid., del autor, "La Política y el Arte del Ceremonial". Verbo, Serie XXX­
VII, núm. 365-366 (1998), pág. 475 in fine.
(14) Cfr. BLANCO VIl.LALTA, Jorge G.: op. dt., especialmente págs. 57-59; y en
otro orden, págs. 403-415.
(15) Íd, Capítlllo Quinto: "Funciones del Ceremonial", págs. 327-413. Vid.
etiam, GOTEW, Aníbal: op. dt., págs. 40-42.
(16) La defrnición sobre Ceremonial presentada por Calleja decia: "Asi se
denomina al conjunto de ceremonias que deben observarse en las reuniones
solemnes, tanto civiles como religiosas, para realzar su importancia. También se
conocen con el mismo nombre las fórmulas de respeto y cortesía que se usan
entre los Estados, las autoridades y los particulares en determinadas ocasiones,
tales
como saludos de barcos, reuniones de cuerpos legisladores, matrimonios
reales, etc.
En algunas viejas ciudades españolas, como la de León, existía un ver­
dadero código, donde se prescribían con toda minuciosidad los distintos cere­
moniales
para todos los actos que en ella tuvieran Jugar con intervención de las
autoridades.
El Resumen de las políticas c:eremonias con que se gobierna la ciu­
dad de León, cabeza de su Reino, reimpreso en 1824, es un buen ejemplo de estos
venerables códigos de etiqueta ciudadana, que tanta influencia toman en los pue­
blos. También en las relaciones diplomáticas existe un riguroso ceremonial, que
se estableció en el Congreso de Viena (1814-15), que es el que vino observán­
dose entre los Estados hasta el Tratado de Versalles de 1919".
(In: CALLIUA, Hernando: Diccionario Político-Social. Barcelona, DUX, Edicio­
nes y Publicaciones, S. A., s/f, pág. 69. Subrayados en el original.)
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
y proceder a finalizar el cierre de este apartado; propondremos
en esta oportunidad una serie de explicaciones en lo que a "defi­
nitlones' refiere de las principales obras consultadas a tales efec­
tos de las cuales muchas ya fueron citadas
en este trabajo con el
objeto de que
el lector comience a familiarizarse con los autores
recomendados.
Para uno de los grandes maestros en la materia, el Embajador
Jorge Gastón Blanco Villalta, el Ceremonial
" ... es el conjunto de normas, principios y reglas creados por la
costumbre y aceptado por los estados y los organismos interna­
cionales, destinados a fijar la forma de las relaciones interna­
cionales
y las reglas del trato diplomático, que incluye, por ejem­
plo, el estilo de la recepción de los jefes de Estado en visitas ofi­
ciales, la
precedencia de éstos, las facultades del estado acredi­
tailte y del receptor en cuanto al asentimiento de la acreditación
de los jefes de misión, la presentación de cartas credenciales, los
privilegios e inmunidades diplomáticas, la precedencia diplomá­
tica, establecer el ordenamiento individual de todo acto o cere­
monia y la forma y el estilo de la documentación oficial" (17).
Ilustrando y repitiendo magistralmente el mismo Blanco
Villalta
-ya hacia el final de su obra-acerca de que:
". . . el ceremonial no crea jerarquías, sólo las reconoce, tampoco
inventa honores ni los otorga, ni fomenta el boato, sólo establece
un orden que haga posible las más libres y cómodas relaciones. No
complica, simplifica. No crea problemas, solamente los evita" (18).
Por otra parte, el Profesor Anfüal Gotelli nos explica que el
ceremonial se define
". . . como una disciplina témica organiZativa y comunicacional
cuyo objeto consiste en lograr la conjunción armónica y correcta
de todas las personas, los elementos, y las acciones que configu­
ran cualquier manifestación estatal, institucional, empresaria o
social
de carácter público" (19).
(17) BLANCO VILLALTA, Jorge G.: op. dt., págs. 411-412.
(18) !d., pág. 415 in fine.
(19) GoTEW, Anfbal: op. dt., pág. 34; y_ a lo que el autor remata al final del
párrafo al decir: "
... que el ceremonial, en cuanto disciplina técnica, enuncia un
conjunto de reglas y prOCedimientos operativos y comunicacionales de carácter
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EDUARDO IGNACIO LLORENTE
Lo que significa que, y en última instancia tal cual noso­
tros
lo entendemos; el Ceremonial no es algo estático y anti­
cuado, fuera
de serie; sino que lo concebimos como toda una
forma de ser, como algo dinámico propio de la naruraleza
hutnana;
como esperamos hubimos de explicar en los párrafos
anteriores referidos a la
"considera ti o ~a priori» ceremonia!'.
Tal fue nuestra intención prima al enunciar dicha conside­
ración. En otro
orden de cosas, traeremos a colación el testimonio de
la fundadora y directora del Centro de Esrudios de Protocolo;
María Berisso, quien
en su obra tirulada Protocolo y Ceremo­
nial (20) aparecida recientemente nos enseña en la Introducción
de la misma acerca de que:
"El ceremonial puede ser definido como la técnica del arte
de la vida social y, como en cualquier arte, ciertos elementos o
tradiciones
nos han sido legados. Este conjunto de reglas y con­
venciones es el que nos guía en nuestras relaciones" (21).
A lo que termina diciendo [esta misma experta] y aconseján­
donos sigamos como
una regla de oro del ceremonial -por cier­
to para tener muy
en cuenta-sobre que "(N)unca olvidemos
que seremos merecedores del mismo respeto y consideración
que demostremos tener por nuestro prójimo" (22).
práctico que, por una parte, establece el marco ordenador de las relaciones esta­
tales, empresarias, institucionales y sociales; y por otra, desarrolla la destreza
organizativa
de quien lo estudia y aplica en su vida de relación".
(20)
BÉRisso, María: Protocolo y Ceremonial. Oficial, Empresario y Soda].
Buenos Aires, Grupo Editorial Planeta S, A. l. C., 2001 (2.'" edición), 436 págs.
Prólogo de Julio de Allende.
(21)
BERJsso, María: op. cit., Introducción, pág. 2.7.
(22) Id, pág. 27 in fine. Que en definitiva no es otra cosa que los "Principios
para una buena convivencia" enunciados en el Cuadro 1 de la excelente obra cita­
da de José Antonio URBINA Y DE LA QUINTANA; al decir, fiel al humor espafiol:
"El que ladra recibe ladridos, el que sonríe, sonrisas. Por supuesto,
si quien ladra manda mucho, redbe sonrisas, que por dentro son JadridoS'.
(Wd. URBINA Y DE LA QUINTANA, José Antonio de: op. cit., pág. 33. Subrayados
nuestros.)
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
Por último, resta citar para completar este estudio la defini­
ción propuesta
por el diplomático español José Antonio de
Urbina al decir
-de una forma simple y a la vez didáctica-(en
concordancia también por qué no con el mismo Blanco Villalta)
que el Protocolo, el cotidiano, el de nuestro "día a día" " ... es
aquel que simplifica la vida, haciéndola más sencilla" (23).
He aquí
pues finalmente que llegamos -o al menos eso
creemos--a dilucidar las dos grandes variantes en tomo a una
definición del ceremonial; o bien (y respetando el titulo de este
apartado)
poder llegar a brindar al lector "Algunas definiciones
sobre Ceremonial'.
Por nuestra parte, y sin querer extendemos
demasiado sobre el asunto que aquí nos ocupa, nos gustarla
agregar sólo dos nociones fundamentales que pensamos hoy día
han sido perdidas o bien dejadas
de lado en tomo a una defini­
ción del Ceremonial: la primera,
es la noción clásica y filosófica
de esta disciplina; que no es otra que la que logramos explicar
bajo el encabezado titulado:
"consideratio
La segunda, cargada tal vez de tecnicismos propios del mundo
moderno y de la filosofía positivista imperante hoy día, explica­
da bajo el apartado nombrado y conocido como
"consideratio ca
posterlorn ceremoniEE"; subraya el carácter polifacético del Cere­
monial enfatizando sus rasgos de público, privado y/o social. Si
bien creemos que se ha logrado un pretendido "cientificismo" en
la materia acerca de "cómo definir el Ceremonial"; mucho de
estas definiciones pecan de ingenuidad sumergiéndose en una
atmósfera barroca por cierto inadecuada. Con esto queremos sig­
nificar
que cuanto más sencilla una definición, más fácil logrará
insertarse
en el común de la gente y mejor gustará al que sabe
usarse
de ella. Ya lo decía Lucio Anneo Séneca: "Hay cosas que
para saberlas no basta haberlas aprendido".
(23) Íd., pág. 26. Sin embaí-ge, en su obra anterior aparecida bajo el título
"El protocolo en los negocios", el mismo diplomático español ofrecía una defini­
ción "científica" del término protocolo, al afrrmar que u ••• es aquella disciplina que
con realismo, técnica y arte -pues tiene de las tres cosas--determina las estruc­
turas o las formas bajo las cuales se realiza una actividad humana importante".
(Cfr., sobie este último punto, URBINA y DE LA QUINTANA, José Antonio de: El
protocolo en los negocios. Madrid, Ediciones Temas de Hoy, S. A., 1994.)
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N. IMPORTANCIA DEL CEREMONIAL EN LA VIDA COTIDLANA
Interesante resulta destacar la importancia del Ceremonial
en la vida cotidiana, pues haciendo memoria, al decir que uno
de los "ámbitos de aplicación" de esta disciplina se encuadra
pfecisamente en la esfera "de lo social"i así pasaremos entonces
a bautizarlo de una forma elegante. Y lo social es ni más ni
menos
que ¡oh sorpresa! una parte por demás importante de la
vida cotidiana.
En la presentación del libro de José Sánchez Moreno,
al
explicar "ESTE LIBRO Es ... ", es el mismo autor quien nos hace
recordar: "(T)ened en cuenta que los modales de las personas
son el traje interior moral de cada uno" (24). Creemos que no hay
nada más cercano a la realidad que tal la expresión citada de José
Sánchez Moreno.
Por otra parte, una obra que recomendamos expresamente a
nuestro lector Oa cual ya la hemos citado en numerosas oportu­
nidades) es la
de José Antonio de Urbina, cuyo título "El proto­
colo
en casa" resulta más que llamativo para el desarrollo de este
apartado (25). Ahora bien, la
"Importancia del Ceremonial en la
vida cotidiana" está dada por el hecho de que la cuestión se
reduce simplemente a
". . . nuestra convivencia, el saber convivir con los demás em­
pezando por nuestra propia familia. Será positiva, firme, viva,
alegfe, en una palabra, eficaz, si está alimentada por nuestra
educación, cortesía
y buenos modales; en síntesis, por nues­
tro respeto a los demás, aunque no podamos verlos ni en pin­
tura" (26).
(24) SANCHBZ MORENO, José: Distindóny Etiqueta Moderna. (Tratado prácti­
co de relaciones sodales). BarCelona, Sociedad General Española de Librería,
1949, pág. 6.
(25) Vid. URBINA Y DE LA QUINTANA, José Antonio de: op. dt., especialmente
Primera
Parte, Cuestiones básicas y Segunda Parte, Nuestra vida cotidiana; págs.
31-299.
(26) Íd, págs. 3B4.
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
Aunque estas nociones aparezcan tal vez un tanto arcaicas en
nuestros días, es con la aplicación del Ceremonial en la vida dia­
ria y conservando asimismo las nociones enunciadas; que el
"hombre de la calle" podrá retornar a sus origenes que caracteri­
zaron -seguramente---- toda
una tradición familiar compuesta
principahnente
por la herencia de nuestros padres; valores que
ellos nos supieron inculcar desde cuando éramos chicos. De
todas formas, es interesante destacar tres pilares que pensamos
confonnan el eje directriz del Ceremonial
en la vida cotidiana; y
éstos son ni más ni menos que, l.º) los buenos modales, 2.0
) la
cortesía,
3. º) la palabra (27).
Con esto queremos significar,
y a manera de epilogo para con
este apartado, que de faltar alguno de esos pilares fundamenta­
les del Ceremonial
en la vida cotidiana poco es lo que podrá
lograrse
y asimismo progresarse en las relaciones humanas y
entre los pueblos ...
V. ExliMPLI GRATIA
Podríamos, por qué no, traer innumerables ejemplos acerca
de la "Importancia del Ceremonial en la vida cotidiana"; y aun­
que quisiéramos entusiasmar al lector; debemos serle francos en
este punto y señalarle que no es nuestra intención actual el cum­
plir tal cometido. Y ello se
debe a la sencilla razón que de traer
esos "innumerables ejemplo.s' estañamos excediendo el propó­
sito en la realización de este texto y por tanto viciando incons­
cientemente su interés para el cual fuera creado.
Séanos permitido entonces traer alguno caracteristico e ilus­
trativo al respecto.
(27) Como apreciará nuestro querido lector, hemos insertado estos "tres pila­
res" de acuerdo a un Orden de Precedencia; dado según la importancia de cada
uno y de acuerdo a su singularidad dentro de la "Importancia del Ceremonial en
la vida cotidiana". Asimismo, queremos efectuar una salvedad dentro de estos tres
pilares enunciados;
puesto que a su vez los mismos se apoyan en una especie de
"bloque único de hormigón" (¡olé, valga la expresión!) constituido éste por lo que
más importa: la EDUCACIÓN.
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EDUARDO IGNACIO LLORENTE
a) ¿Quién se iba a acordar de la cábala?
Era una persona más bien discreta, fiel a los buenos modales
y a las normas básicas de cortesía. Habiendo sido educado en
una familia tradicional de Recoleta, y llevando toda una "heren­
cia de empresa familiar" se dispuso a continuar la obra de sus
mayores pasando a formar ni 1nás ni menos que la 5.0 generación
que comenzaba a trabajar en una empresa familiar. Luego de tres
años
en el Departamento de Exportaciones, y habiendo por
entonces conocido la "miseria humana" en lo referido a "Nego­
ciaciones", lo llamaron un buen día de primavera para asistir a
una reunión con una familia empresaria judía localizada en cer­
canías donde explotó la
AMIA allí en la Buenos Aires de la era
"Menem". Cristiano él como era, y 'fiel a sus tradiciones, se sintió
un tanto incómodo al tener que "negociar" con el pueblo deici­
da, recordando las exactas palabras del Catecismo cuando los
acusaba de infieles ... de todas formas,
no se dejó intimar; y acep­

de buena gana la propuesta agendando una reunión. La misma
fue prevista para horas de la mañana, en pleno barrio judío y en
las oficinas de los interesados. Se presentó puntualmente a la
hora indicada, esto es 09:00 de la mañana; y entregó su tarjeta de
presentación empresaria a quien primero lo saludó.
Se estrecha­
ron por supuesto las manos y el anfitreón lo acompañó a la sala
de reuniones; quien asimismo pensaba asistirlo junto a los demás
socios del negocio. Entrado
en la sala de reuniones se percató de
lo extenso de
la mesa y preguntando si asistirían más personas
en dicha ocasión, le fue respondido que sí. Ahora bien, resulta
que U!),ª vez sentado el anfitrión en la cabecera norte de la mesa,
el joven empresario iba a ocupar gentilmente su derecha cuando
se le señaló grotescamente: "no, ahí, no; sírvase sentarse aquí, a
mi lado izquierdo". Sin ninguna explicación, y actuando en forma
natural, el empresario invitado vióse más
que sorprendido y
alegó a su anfitrión que pensaba sentarse alli por una mera fór­
mula de cortesía
y que no había sido su intención enojar a nadie.
Pasó a
sentarse luego en el lugar de la izquierda indicado luego
del escándalo;
y -a Dios gracias-- el judío le explicó que ese
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
lugar estaba "reservado" a su tío y que por una cuestión de "cába­
la" nadie sino él podía sentarse
allí. Esto es que, y el lugar de
honor "estaba reservado a
su tío, protector de la cábala", pensó
y concluyó entonces el joven empresario; acordándose al res­
pecto ... ¡que el ceremonial se adapta maravillosamente a todas
las circunstancias de la vida!
b} Una confusión de idiomas (28)
,3 de mayo de 1990. Boda por todo lo alto de la hija mayor
del marqués de la ... ,
con el segundo hijo del español duque de ...
en un impresionante chtJ.teau francés en Bretaña.
»La ceremonia tiene lugar por la tarde en la capilla del cha­
teau, y después recepción, cena y baile al estilo de la beDe épa­
que. Sin contar la parte francesa, muy numerosa, por ser el acon­
tecimiento _social del año, por la española, y además de la fami­
lia, han sido convidados numerosos parientes y amigos del novio.
,En un salón del castillo, copa en mano están charlando "Je
camte de ... ", tío de la novia y el marqués de ... , primo del novio,
con fama
de gran fortuna y cuyo francés es más bien esquemáti­
co. Hablan de coches, de política y
de negocios.
,A la pregunta del conde francés al marqués español de si
tiene algún gran negocio, éste, poseedor de
una de las 1nayores
granjas avícolas de España y
no sabiendo cómo decirlo en fran­
cés, con una curiosa traducción literal le contesta: "Out, j'ai WJe
maisan de paules' (Si, tengo una casa de gallinas).
,Es necesario explicar que en francés, la palabra paule tiene
un doble significado, el de "gallina" y el figurado de "prostituta".
En consecuencia, lo que el francés entiende es: "Sí, tengo una
casa de p .. .", y más bien sorprendido comenta: "Vraiment, c'est
une belle affaire!' (¡Verdaderamente, es un buen negocio!). In­
teresado, pregunta
de nuevo "Et, cambien de paules avez-vaus?'
(28) Cit. in: URBINA y DE LA QUINTANA, José Antonio de: op. cit., págs. 109-110.
Subrayados en el original; en donde el mismo autor testimonia de que "Esta anéc­
dota, auténtica, le fue contada al autor por un primo suyo que habla perfecta­
mente el francés, y que presenció esta •interesante• conversación".
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EDUARDO IGNACJO LLORENTE
("Y ¿cuántas 'gallinas' tiene usted?"). "Cinquantemil" (cincuenta
mil), le responde el español.
-último y asombrado comentario del conde francés "Oh-Jala!
Quelle grosse affaire!' (¡Menudo negocio!).
•¿Pueden ustedes imaginarse una casa de p ... con 50.000 p ... ?
Evidentemente,
un negocio redondo."
Es que, y aunque parezca mentira, dejando de lado lo cierto
del relato
y la veracidad de la anécdota; es regla necesaria recor­
dar siempre
que cuando uno escriba o J;,ien cuando hable ¡no
hagan
jamás traducciones literarias del idioma materno! (29).
e) Historia de otro "rapto", esta vez madrileño (30)
«Eran dos familias "conocidas", como se deda entonces, o de
la "alta sociedad", como se dice ahora (términos ambos igual de
ridículos), además emparentadas entre si. Los padres de ella
se oponían
al noviazgo por razones que nadie lograba compren­
der, pues eran primos (segundos o terceros), se conocían desde
ruñas, se querían de verdad, y él era un chico de valer con la
carrera terminada y un excelente empleo.
•Con absurdos pretextos retrasan una y otra vez la boda,
tanto que el asunto llega a ser la comidilla del
tout Madtid de
aquellos tiempos.
·Recuerdo el siguiente comentario
de un pariente común:
"¿No será por la estúpida vanidad de fulanito, que, aunque buena
persona, es un perfecto 'gilipollas', sin un duro ni capacidad para
ganarlo, pero siempre presumiendo de sus títulos y 'pergaminos'?
Y como
en Madrid todos los gastos de la boda los paga ella y no
tienen un duro, quizá sea esa la razón".
»Bueno, el novio
y su familia se hartaron; y aunque la novia
era menor (actualmente no lo sería, pues tenía veintidós años),
(29) !d., pág. 109; en donde el autor nos aconseja taxativamente al respecto
que: "Cuando escriban y, más aún, cuando hablen,
¡por Dios! no hagan traduc­
ciones mentales literales, pues los resultados, pueden
ser •Sorprendentes•".
(30) Cit. in: URBINA Y DE LA QUINTANA, José Antonio de; op. cit., págs. 161-162.
Subrayados
en el original.
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
con el consentimiento de ella (y según "malas lenguas" también
de su madre), prepararon cuidadosamente su "rapto".
»El día D hora H sale ella de su casa, oficialmente para jugar
al tenis
con unas amigas. Pasada una manzana, sus futuros sue­
gros la "raptan" llevándola
en coche directamente a un convento
próximo a Madrid, cuya madre superiora, que estaba en el "meo­
llo", era hermana de su futuro suegro. Allí quedó "depositada". A
continuación,
su futuro suegro y un padre jesuita, también pa­
riente de ambas familias (perdonen ustedes la repetición), man­
tienen una "interesante" conversación, a solas, con el padre de la
chica, en la que todo queda arreglado.
·A los tres días, en la mayor "intimidad", el padre jesuita los
casa
en la capilla del convento.
»Al final, todos contentos. Los novios, por su 111atrimonio. Los
padres del novio, por el fm de la pesadilla. Y el padre de la
novia, verdadero ganador en esta historia, por casar, muy bien
casada, a su hija, sin gastarse un duro.•
Moraleja
Tanto si es
Grande de España
y marqués,
como padre labriego
de la Pepica,
si boda hay
de través
y el papá, "agarrado"
o "sin pelas", eso es,
"pa" casarlos sin "dar boda"
hay
que hacerlo al revés
raptándola a
ella, primero,
y casándola, después (31).
(31) Íd., pág. 162 in flne.
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VI. CONCLUSIÓN
Aunque cueste creerlo, estimado lector, hemos arribado jun­
tos al
final de este breve ensayo cuyo título, Algunas precisiones
y definiciones sobre el ceremonim pensamos ha resultado ser más
que explicativo sobre la materia
en cuestión. Y como en todo
final,
ha llegado pues la hora de la Conclusión, síntesis de todo
trabajo
que pretende seriedad y rigor científico alrededor de las
ideas expuestas.
Sobre este punto queremos expresar
-y ruego se nos per­
mita tamaña
osadía-nuestra simpatía por lo que hemos deno­
minado
"consideratio
que no es posible enunciar una definición completa de lo que es
"el Ceremonial", sin antes conocer quién es el sujeto u objeto de
este
Arte o saber práctico; conocido y practicado tal vez en forma
inconsciente desde los albores de la humanidad
..
O sea que, y en otro orden de cosas, nos inclinamos a la defi­
nición propuesta pues la misma nos indica una "suerte" o "análi­
sis" de las primeras causas del Ceremonial; cosa que en la "con­
sidera
ti o
Lo que bien podemos alegar en favor de esta última defini­
ción propuesta; esto es, la bautizada bajo el nombre de
"consi­
deratio
determina a la primera.
Allí reside precisamente la originalidad de
las ideas expuestas
en el presente escrito. El lector juzgará al res­
pecto
si bien nos hayamos equivocado o falseado la realidad en
tomo a este último punto.
Last but not Jeast, quisiéramos mencionar dos coincidencias
respecto a la "teoña del·Ceremonial". La primera, es -y ello nos
enorgullece más que nada-el considerar también al Ceremonial
como "una filosofía de vida" como todo "un
máximo ideal ético";
tal cual lo enseñara nuestro maestro el Embajador Blanco Villalta.
La otra es, al citar las reflexiones de Mina Graciela Amato, técni­
ca
en ceremonial y protocolo; quien nos recuerda que "(E)l obje­
tivo del ceremonial es la comunicación", agregando asimismo
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ALGUNAS PRECISIONES Y DEFINICIONES SOBRE EL CEREMONIAL
que "(H)oy más que nunca, cuando lamentablemente el mal trato
es moneda
coniente, debemos fomentar las buenas maneras y
practicarlas en la vida diaria para formar a los niños y los jóve­
nes, basándonos
en el respeto y afecto por las personas" G2).
Tal fue el sentido primario y la intención que animó en la
preparación de este escrito
que hoy hemos presentado. Que en
definitiva no es otro que el recordar la vieja expresión ciceronia­
na
-y muy aplicable al ceremonial por cierto-al decir a su
interlocutor: "Pero no todo Jo que tiene cursos determinados y
regulares, Balba, ha de atribuirse a un dios, en vez de a la natu­
raleza" (33).
COWFÓN
Así nos enseña Séneca en las "Epístolas Morales a Lucilio"
que ...
"Cuando la prosperidad ha difundido par daquJer las exi­
gendas del lujo, primeramente comienza a ponerse más atención
en el ornato del cuerpo, Juego se afana uno por el mobiliario; des­
pués se centra el esfuerzo
en las propias casas para que se extí.en­
dan en el amplio espado del campo, para que sus paredes brillen
con mármoles conducidos a través del mar, para que los techos
sean decorados con adornos de
oro, para que el esplendor del
pavimento concuerde con el del artesonado; más tarde el fausto
se traslada a los banquetes donde se busca la distinción median­
te la novedad de las alimentos y el cambia del orden habitual, de
modo que se sirvan primero aquellos platos que suelen terminar
la comida
y aquellos que se ofredan a los invitados al entrar se
ofrezcan cuando salen.
Cuando el espíritu
se acostumbra a repudiar Jo que es tradi­
cional
y siente como vulgar Jo que es habitual, también en la
expresión busca la novedad: ora da nueva
vida y difunde las
palabras antiguas
y envé!}ecidas, ora inventa otras nuevas o con
(32) Cit. MIRTA GRACIELA AMA.TO: Un caJU1cado aporte para una mfljor convi­
vencia en
Uempos difíciles.
(33) CICERÓN, Marco Tulio: Sobre la naturaleza de los dioses. Libro 111, 24.
Madrid, Editorial Gredos,
S. A., 2000, pág. 293.
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significado nuevo, ora -moda ésta propagada recientemente­
se considera una elegancia la metáfora audaz y repetida.
Los hay que cercenan el pensamiento y esperan que se
les agradecerá si el sentido queda en suspensa dejando al oyente
en la duda de haberlo entendido;
los hay que retienen y alargan
la
frase; los hay que no caen en este defecto (pues es preciso que
obre así el que intenta una obra grandiosa), pero les agrada. Por
lo tanto, donde veas que gusta el estilo corrupto, no hay duda que
también aJU las costumbres se han apartado de la rectitud. Como
el lujo de los banquetes y el de los vestidos son indicio de una ciu­
dad enferma, así la extravagancia del estilo demuestra, al menos
si está generalizada, que han sucumbido también los espfritus de
quienes procede
tal lenguaje" (34).
(34) SaNECA, Lucio Anneo: Epístolas morales a Lucillo. Libro XIX, Epist. 114,
9-11. Madrid, Editorial
Gredas, S. A., 2001, págs. 33'l-~37.
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